4 feb 2013

Mao Tse Tung


Fue el máximo dirigente del Partido Comunista de China (PCCh) y de la República Popular China. Bajo su liderazgo, el Partido Comunista se hizo con el poder en la China continental en 1949, cuando se proclamó la nueva República Popular, tras la victoria en la Guerra Civil contra las fuerzas de la República de China. La victoria comunista provocó la huida de Chiang Kai-shek y sus seguidores del Kuomintang a Taiwán y convirtió a Mao en el líder máximo de China hasta su muerte en 1976.

En el plano ideológico, Mao asumió los planteamientos del marxismo-leninismo pero con matices propios basados en las características de la sociedad china, muy diferente de la europea. En particular, el comunismo de Mao otorga un papel central a la clase campesina como motor de la revolución, planteamiento que difiere de la visión tradicional marxista-leninista de la Unión Soviética, que veía a los campesinos como una clase con escasa capacidad de movilización y adjudicaba a los trabajadores urbanos el papel central en la lucha de clases.

La etapa de gobierno de Mao estuvo caracterizada por intensas campañas de reafirmación ideológica, que provocarían grandes conmociones sociales y políticas en China, como el Gran Salto Adelante y especialmente la Revolución Cultural, momento en el que su poder alcanzó las cotas máximas al desarrollarse un intenso culto a la personalidad en torno a su figura. Aún hoy en día, el papel histórico de Mao está rodeado de una gran controversia. Años después de su muerte, en 1981, el Partido Comunista de China publicó un análisis oficial sobre la responsabilidad de Mao en los problemas sociales y económicos derivados de sus políticas, en el que se le achacaban errores graves, aún cuando se reconocía su papel como gran líder revolucionario y artífice de la subida al poder del Partido Comunista. Desde entonces, el Partido Comunista de China ha mantenido esta valoración histórica de Mao como un gran líder, fuente de legitimidad del propio partido, que sin embargo habría cometido algunos errores graves. Fuera de la República Popular, las valoraciones de Mao han variado desde la visión amable que lo mostraba como un líder popular1 hasta la percepción de su etapa en el poder como un ejemplo de autoritarismo tiránico y brutal. La mayor discrepancia entre estas visiones contrapuestas de la figura de Mao se refiere a cuál habría sido su nivel de responsabilidad en el fracaso de muchas de las políticas radicales que se adoptaron durante su liderazgo, así como a las cifras de muertos como consecuencia, directa o indirecta, de esas campañas políticas (los más alcistas hablan de 70 millones, los más bajistas dan 10 millones). Por otro lado entre 1949 y 1975 la esperanza de vida se duplicó: de 32 a 65 años. A comienzos de los años 1970, Shanghái tenía una tasa de mortalidad infantil menor que Nueva York.5 En una generación, la tasa de alfabetización subió de 15% en 1949 a 80-90% a mediados de los años 70.6 Entre 1949 y 1976 China, el "enfermo de Asia", se transformó en una potencia industrial importante, con una tasa de desarrollo igualada solamente por los grandes auges de crecimiento de la historia.


Durante la década de los años 1950, Mao comenzó a consolidar su visión particular de la ideología comunista, que en muchos aspectos se alejaba del discurso de los fundadores del comunismo chino. Las ideas de Mao se consolidarían como ideología propia del Partido Comunista de China durante la época de la ocupación japonesa, entre 1938 y 1945. A la versión del comunismo inspirada por Mao se le denomina, fuera de China, "maoísmo". En el uso del propio Partido Comunista de China, se prefiere la designación "Pensamiento de Mao Zedong". Las ideas de Mao han tenido una gran influencia en el desarrollo de otros movimientos comunistas, particularmente en Asia, África y América Latina.

Una de sus principales ideas era la visión de los campesinos como el motor de la revolución. Tradicionalmente, las ideas marxistas-leninistas habían visto a los obreros industriales como la fuerza que conduciría a la revolución. Mao se dio cuenta de que éste no era el caso de China, y que la revolución se debía desarrollar desde el campesinado. En aquel entonces, China no tenía una población significativa de obreros, pero sí tenía una gran masa de campesinos descontentos, lo cual acabaría respaldando las ideas de Mao.

Según su teoría, el marxismo-leninismo debía aplicarse a los casos concretos y situaciones específicas. Mao partía de la idea de que los campesinos debían formar la base de la revolución comunista, lo que sólo era posible si los dirigentes políticos absorbían el mensaje de la revolución y lo hacían comprensible a la población campesina. Esto significaba que los dirigentes políticos debían ser conscientes de las realidades locales y tratar de integrar las aspiraciones de los campesinos con la política del partido. Mao también se basó en las teorías de Hegel y Marx para desarrollar el materialismo dialéctico, aplicando la teoría de la dialéctica a los conflictos reales del mundo, afirmando que sólo la realidad del conflicto era lo que tenía importancia. Mao desarrolló una teoría de la dialéctica que fue analizada por décadas. Es difícil, sin embargo, establecer la validez de su teoría, por cuanto los análisis realizados siempre estaban influidos por prejuicios políticos, como todo análisis realizado.

Mao también desarrolló teorías como la estrategia de tres fases en la guerra de guerrillas y el concepto de la dictadura democrática del pueblo. Asimismo, defendió la Revolución Cultural como mecanismo para evitar la restauración del capitalismo.

Entre 1957 y 1960, Mao dirige una ambiciosa campaña de masas denominada Gran Salto Adelante, política desarrollista que marcaba el distanciamiento entre el comunismo chino y el soviético. El Gran Salto Adelante fue un fracaso, y provocó una gran hambruna, que se vio agravada por catástrofes naturales.

Entre 1966 y 1969, alentado por seguidores como Lin Biao y su propia esposa Jiang Qing, promovió una nueva campaña de movilización social, la Revolución Cultural, con el objetivo, según Mao, de profundizar la construcción del socialismo e impedir la restauración capitalista; no obstante, hay quien considera que, en el fondo, el auténtico objetivo de la Revolución Cultural era apartar del poder a Liu Shaoqi, Presidente de la República Popular China, y Deng Xiaoping, secretario general del partido, que le habían apartado del poder efectivo tras el fracaso del Gran Salto Adelante. Para ello, socavó los apoyos de los dirigentes del partido, creando estructuras de poder paralelas como comités revolucionarios y, de manera especial, los guardias rojos, jóvenes adoctrinados que “atacaban” a quienes eran considerados reaccionarios o contrarrevolucionarios. Mao acabaría, sin embargo, pidiendo al ejército que acabara con los desmanes de los guardias rojos, ante los crecientes actos de intimidación y violencia provocados por estos. En abril de 1969, el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China dio por concluida la Revolución Cultural y se suspendieron las actividades de los guardias rojos. Las luchas de poder que se sucedieron a continuación llevarían a una situación de gran inestabilidad hasta después de la muerte de Mao, cuando los reformistas liderados por Deng Xiaoping conseguirían hacerse con el poder.

Como líder ideológico del partido, la figura de Mao dominó la política y la sociedad de la República Popular China hasta su muerte el 9 de septiembre de 1976 en Pekín.

Mao Zedong era el mayor de tres hijos de una moderadamente próspera familia de campesinos y prestamistas. Nació en la aldea de Shaoshan en la región de Xiangtang, provincia de Hunan. Sus ancestros habían emigrado a este lugar durante la época de la dinastía Ming y se habían dedicado a la agricultura por varias generaciones.

Junto a su nombre original "Zedong", Mao tuvo también un nombre de cortesía "Rùnzhī" (润之 / 潤之), utilizado en la edad adulta por las personas ajenas a su entorno familiar. El uso de los nombres de cortesía caería, sin embargo, en desuso durante el siglo XX, por lo que este nombre alternativo de Mao es apenas conocido en el uso chino actual.

Durante la Revolución de Xinhai en 1911, que acabó con la caída de la dinastía Qing y la proclamación de la nueva República de China, sirvió en el ejército provincial de Hunan. En la década de 1910, Mao regresó a la escuela, donde mostró especial dedicación por la actividad física y por las acciones colectivas.

Tras graduarse en la Primera Universidad Normal de Hunan en 1918, Mao viajó con su profesor de secundaria y su futuro suegro, el profesor Yang Changji, a Pekín durante la época del Movimiento del Cuatro de Mayo, cuando Yang obtuvo una posición en la facultad de la Universidad de Pekín. Gracias a las recomendaciones de Yang, Mao obtuvo un trabajo como asistente en la biblioteca de la universidad. Al mismo tiempo, se registró como estudiante a tiempo parcial en la Universidad de Pekín y asistió a muchas de las charlas de eruditos de la época tales como Chen Duxiu, Hu Shih y Qian Xuantong. Mientras estudiaba, tuvo ocasión de dedicarse a la lectura, lo cual influyó notablemente en su vida. También en Pekín contrajo matrimonio con su primera esposa, Yang Kaihui, estudiante de la misma universidad e hija de Yang Changji.

En lugar de salir al exterior, como muchos de sus compatriotas radicales hicieron en aquella época, Mao viajó extensamente por China durante los años 1920, regresando finalmente a Hunan, donde comenzó a promover las acciones colectivas y la causa de los derechos de los trabajadores.

A la edad de 27 años, Mao asistió al Primer Congreso del Partido Comunista de China el 23 de julio de 1921. En ese primer congreso Mao Zedong dijo: “el marxismo salvará a China”. Dos años más tarde fue elegido miembro del Comité Central en el Tercer Congreso. Durante algún tiempo, trabajó en Shanghái, en donde se encontraba la sede del Partido Comunista, pero después del fracaso del partido en organizar a los trabajadores y de los problemas que había conllevado la alianza con el Partido Nacionalista Kuomintang (KMT), Mao quedó desilusionado con el movimiento revolucionario y regresó a su aldea de Shaoshan, aparentemente retirado de la política. Durante este tiempo, también desarrolló una forma de neurastenia, que le causaba depresiones que serían recurrentes de manera ocasional durante el resto de su vida. Sin embargo, su interés por la política volvió a renacer tras las violentas rebeliones de Shanghái y Cantón en 1925, que propiciaron el movimiento "Vengar la Vergüenza" por toda China.

Por ese entonces, Mao fue director del Instituto de Entrenamiento a Campesinos, organizado por el Kuomintang. En 1926 regresa a Hunan y ve que los árboles tenían la corteza arrancada, recordando lo que había conocido durante su infancia, que los campesinos en China comían las cortezas de los árboles. Sobre la base de esa experiencia escribe en 1926 ”Análisis de las clases en la sociedad China”, y a principios de 1927, el “Informe sobre una investigación del movimiento campesino de Hunan" donde sostiene que sin los campesinos pobres no habría revolución. Este Informe se considera el primer trabajo importante en la teoría maoísta.

Dentro del frente unido que formaron el PCCh y el KMT, el trabajo político en el ejército estaba a cargo principalmente de miembros del PCCh, y Mao se traslada a Cantón, donde el fundador del KMT, Sun Yat-sen, había fundado la Academia Militar de Whampoa, donde los comunistas chinos colaborarían, a instancias de la Internacional Comunista, con el KMT.

Desde la Academia Militar de Whampoa, la alianza del KMT y el Partido Comunista preparaba la lucha armada para reunificar el país, dividido en zonas controladas por los llamados señores de la guerra.

Mao escapó al terror que se desencadenó en China en la primavera y verano de 1927, cuando el KMT, ya dominado por la figura de Chiang Kai-shek, rompió la alianza con los comunistas. De vuelta en Hunan, Mao dirigió el Levantamiento de la Cosecha de Otoño en Changsha, con el objetivo de tomar el poder y hacer de Hunan una provincia independiente del Kuomitang. Este levantamiento fue derrotado y el propio Mao estuvo a punto de ser fusilado, pero logró escapar de los guardias que lo llevaban al lugar del fusilamiento.

Después de duros combates, Mao y su grupo guerrillero se refugiaron en las montañas de Jinggang en el sudeste de China. Tiempo después se les unirían las tropas de Zhu De y de Zhou Enlai, quienes también venían huyendo de la ofensiva del KMT, y crearían la primera base revolucionaria en esa región, el embrión de un nuevo Estado, la República Soviética de China, a veces llamada simplemente "sóviet de Jiangxi", de la cual fue elegido presidente. Fue durante este periodo cuando Mao se casó con He Zizhen, después de que su primera esposa, Yang Kaihui, hubiera sido asesinada por las fuerzas del KMT.

Mao con la ayuda de Zhu De, ensambló un modesto pero efectivo ejército de guerrilla, llevó a cabo reformas en el ámbito rural y proveyó de refugio a los comunistas que huían de las purgas que se llevaban a cabo en las ciudades. El Partido Comunista volvió a crecer, el Ejército Rojo por esa época contaba con unos 60.000 hombres.

Bajo la creciente presión del KMT, que estrechaba su cerco en torno a las fuerzas comunistas, surgió una lucha entre los dirigentes de éstas por tomar el poder. Mao fue destituido de su importante posición y reemplazado por otros dirigentes, como Zhou Enlai, más afines a la línea marcada por la Internacional Comunista. Al grupo que dirigía el partido en estos momentos, liderado por Wang Ming y Bo Gu, se le conoció como los veintiocho bolcheviques.

Chiang Kai-shek, que había afianzado su poder en Nankín, la capital de la República de China, estaba determinado a acabar con el movimiento comunista. El Kuomintang lanzó cinco campañas de cerco y aniquilamiento entre 1931 y 1934 sobre los comunistas pertrechados en esa base fronteriza.Las cuatro primeras fueron rechazadas por el Ejército Rojo, con el apoyo de la población, aplicando la táctica militar de la guerra popular de guerrillas. Para Mao Zedong la revolución china tuvo un principio básico: la guerra campesina, con la táctica de atraer al enemigo a las bases rojas y aplicar los principios de la guerra de guerrillas, que Mao resumía diciendo “Cuando el enemigo avanza retrocedemos, cuando el enemigo acampa lo hostigamos, cuando no quiere pelear lo atacamos y cuando huye lo perseguimos”. Con esta táctica mantuvieron las bases de apoyo y el Ejército Rojo se pertrechó de armas y municiones del Kuomitang.

En octubre de 1934, el ejército del Kuomintang avanzó con un millón de hombres hacia las zonas controladas por los comunistas en el sóviet de Jiangxi, en la quinta campaña de cerco y aniquilamiento. En la dirección del Partido Comunista, la línea de Mao quedó en minoría y fue acusado de derechista. Se impulsó, contra las opiniones de Mao y de Zhu De, una guerra de posiciones, de ejército contra ejército. El Ejército Rojo perdió la iniciativa y fue derrotado, viéndose obligado a huir en un periplo por la China interior que sería conocido como la Larga Marcha.

En enero de 1935 llegan a la localidad de Zunyi. Allí se celebró una importante reunión del Buró Político ampliado (conocida como la Reunión de Zunyi), donde son criticados los gruesos errores cometidos en los últimos años. La línea militar basada en la guerra de posiciones, que relegaba la táctica de la guerra de guerrillas es criticada y los responsables de haberla impulsado son cuestionados. Mao Tse Tung es designado Jefe Militar. Pasó a predominar la línea maoísta de que la Revolución China iba del campo a la ciudad.

Japón había invadido China, ocupando Manchuria en 1931, y la discusión en el seno el Partido Comunista pasaba por qué posición tomar ante la invasión japonesa. En 1932 el gobierno de la “República Soviética China” ya le había declarado la guerra a Japón. Triunfa la línea maoísta de marchar hacia el norte para encabezar la lucha contra la invasión japonesa, estableciéndose una base comunista en Yan'an. Ese sería el final de la Larga Marcha, un año después de iniciada, tras recorrer 12.500 km. Al partir de las montañas de Jinggang eran 80.000 de los que llegaron sólo la décima parte, y Mao cuenta que el momento más tremendo de su vida fue durante esa Larga Marcha, cuando se dividen y la Internacional Comunista apoya esa división contra Mao. En asamblea, ante esos 8.000 hombres mal vestidos y mal alimentados, Mao afirma: "los que quieran seguir que sigan, tenemos que seguir porque nosotros vamos a abrir el camino y los que se han ido van a volver".

Durante la Larga Marcha el Partido Comunista define la táctica de Frente Único Antijaponés, el que recién se conformaría en 1937, tras el "incidente de Sian" en el que dos generales del Kuomintang, partidarios del Frente Único, arrestan a Chiang Kai-shek con la intención de fusilarlo. Mao envía a Zhou Enlai como mediador, quien sostiene en nombre del Partido Comunista que matar a Chian Kai Sek en ese momento favorecía al imperialismo japonés. Chiang Kai-shek es liberado y se firma un programa de 10 puntos, que tenía como centro poner fin a la guerra civil y unirse para resistir al Japón, y la condición era que cesaran los ataques al Ejército Rojo y el Partido Comunista.

En ese momento, Mao afirma que dentro del KMT habían sectores de burguesía nacional, opuesta al imperialismo, y sectores de burguesía compradora, que se subordinaban a uno u otro imperialismo. Y que Chiang Kai-shek representaban a sectores de burguesía compradora subordinados a los imperialismos norteamericano e Inglés, y por lo tanto opuestos a aquellos subordinados al imperialismo japonés. Así, el Frente Único Antijaponés se hizo con esa burguesía con la que se estuvo en guerra desde 1927 hasta el incidente de Sian, y una vez derrotado el invasor japonés tuvieron que volver a enfrentar al Kuomintang. La reflexión en relación a la política con la Burguesía Nacional en China en todo este periodo Mao, la resumía diciendo: “cuando nos unimos no olvidar que va a traicionar, y cuando traiciona no olvidar que nos vamos a tener que volver a unir”.

En 1943 Mao adquirió un nivel de poder en el partido nunca antes alcanzado por ningún otro dirigente. En marzo Mao fue designado presidente del Politburó al mando de un Secretariado en el que lo acompañaban Liu Shaoqi y Wang Jiaxiang. Los poderes eran extraordinarios no solo porque el Secretariado podía tomar decisiones cuando el Politburó no estuviera en sesión, cosa que ya era así anteriormente, sino porque que se afirmó explícitamente que en caso de discrepancia Mao tenía la última palabra. En la práctica, los órganos colegiados, tanto el Politburó como el Comité Central, habían perdido el poder efectivo dentro del partido en favor de una sola persona, Mao, alrededor de quien en los años siguientes se crearía todo un culto a la personalidad dentro del partido y, después del triunfo en la guerra, en toda China.

En 1944, Estados Unidos envió una misión diplomática llamada la misión Dixie, para entrevistarse con los comunistas. Según comenta Edwin Moise en su libro sobre la historia de China:

La mayoría de los estadounidenses estaban favorablemente impresionados con los comunistas, quienes parecían ser menos corruptos, más unidos y más vigorosos en su resistencia contra el Japón que el Kuomintang. También pudieron constatar que los comunistas eran populares en amplias áreas de China, particularmente en el norte. Al final, sin embargo, este contacto entre los estadounidenses y los comunistas chinos no produjo ningún resultado.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos siguieron respaldando a Chiang Kai-shek, ya abiertamente en guerra contra el ejército comunista de Mao Zedong, renombrado como Ejército Popular de Liberación (EPL), en su estrategia de derrotar al comunismo donde éste se manifestara. Igualmente, la Unión Soviética dio apoyo a Mao, si bien la ayuda militar que recibieron de esta nación nunca fue tan alta como originalmente se creía y constantemente se mantuvo muy por debajo de las promesas soviéticas.

El 21 de enero de 1949, las fuerzas del Kuomintang sufrieron una derrota masiva a manos del EPL, y comenzaron a replegarse hacia el sur. A lo largo del año, fueron cayendo en cadena las ciudades más importantes, obligando al KMT a trasladar la capital sucesivamente de Nankín a Wuhan, Cantón, Chongqing y finalmente Chengdu. El 10 de diciembre de 1949, el EPL rodeó a las tropas del KMT en Chengdu, el último baluarte de las fuerzas nacionalistas. Chiang Kai-shek y su hijo Chiang Ching-kuo huyeron en avión a Taiwán, donde conseguirían mantener el régimen de la República de China.

La República Popular China fue establecida el 1 de octubre de 1949. Fue la culminación de dos décadas de lucha dirigida por el Partido Comunista. Durante el periodo de 1954 a 1959, Mao fue Presidente del partido. Se residenció en Zhongnanhai, un complejo de edificios cercano a la Ciudad Prohibida de Pekín.

Habiendo consolidado su poder, Mao inició un programa de colectivización que duró hasta el año 1958. Las tierras fueron redistribuidas, tras ser expropiadas a terratenientes y entregadas a los campesinos para que las cultivaran. También se iniciaron grandes proyectos de industrialización y la construcción de las infraestructuras para facilitar los cambios económicos y sociales que se querían llevar a cabo. Durante este periodo, China tuvo un crecimiento interanual en el PNB de entre un 4 y un 9%.

Uno de los programas iniciados en esta época fue el Movimiento de las Cien Flores, mediante el cual Mao indicaba su supuesta voluntad de considerar diferentes opiniones acerca de como China debía ser gobernada. Dada la oportunidad que se les ofrecía de expresarse, algunos intelectuales y liberales chinos indicaron su oposición al régimen comunista, llegando incluso a cuestionar el liderazgo de Mao. Esto fue inicialmente tolerado y hasta promovido. Sin embargo, a los pocos meses, Mao revirtió esta política, haciendo presos a todos aquellos que habían criticado a su gobierno, en lo que se llamó el Movimiento Antiderechista. Algunos críticos del régimen comunista chino, como la escritora Jung Chang, afirman que el Movimiento de las Cien Flores habría sido simplemente una maniobra para identificar a aquellos individuos cuyas opiniones resultaban peligrosas para el régimen.

En 1958, Mao lanzó el Gran Salto Adelante, un plan económico presentado como alternativa al modelo soviético que se basaba en gran parte en el desarrollo de la industria pesada. Bajo este modelo, la agricultura fue colectivizada y se promovió la industria a pequeña escala.

En Asia, el Ejército Rojo invadió Manchuria en el último mes de la guerra y también tomó el control de Corea cerca de Paralelo 38. En China, Mao Zedong del Partido Comunista de China, receptivo a recibir el apoyo soviético, derrotó al prooccidental y proamericano Partido Nacionalista Chino, en la Guerra Civil China.

Al principio, el Gran Salto Adelante pareció tener un gran éxito al incrementarse considerablemente la producción agrícola e industrial, particularmente la industria del acero. Sin embargo, Mao y otros líderes del partido, en lugar de aceptar el crecimiento estable y continuo que venían experimentado, consideraron que podrían acelerar el crecimiento económico estableciendo metas irreales. Con este fin, movieron un considerable número de campesinos a las acererías, lo cual terminó siendo un desastre. Si bien las cuotas de producción de acero se llegaban a cumplir según las cifras oficiales, parte del acero producido era de muy mala calidad, dado que no había suficiente materia prima para alcanzar las metas y se utilizaban desechos de hierro para lograr la cuota establecida.

Por otra parte las relaciones chino-soviéticas comenzaron a deteriorarse y Nikita Jrushchov canceló los acuerdos de asistencia técnica que habían firmado los soviéticos. Además, se dieron varias sequías severas, que afectaron a la producción agrícola, reduciéndola considerablemente. La combinación del establecimiento de cuotas de producción industrial irreales, la retirada de la asistencia técnica soviética, las sequías, el desplazamiento de agricultores a las fábricas y una economía que trataba de recuperar en diez años los desastres de años de guerra y caos, ocasionaron la hambruna más grande de la historia reciente de China.

Si bien existe controversia acerca del número de muertes ocasionado por la hambruna durante el Gran Salto Adelante, se estima que no menos de 30 millones de personas fallecieron por inanición.

Después del fallecimiento de Stalin y la subida al poder de Jrushchov, las relaciones chino-soviéticas se deterioraron considerablemente. Se produjeron disputas fronterizas y desacuerdos en relación al camino que debía seguir el comunismo, es decir si seguir fomentando la revolución o, por el contrario, mantener el statu quo.

Como resultado del desastre del Gran Salto Adelante y el deterioro de las relaciones sino-soviéticas, algunos líderes chinos, entre ellos Liu Shaoqi y Deng Xiaoping decidieron que Mao debía ser depuesto como jefe del Estado, relegándole a una posición meramente simbólica y ceremonial. En 1959, Liu Shaoqi accedió al puesto de Presidente de la República Popular China, Jefe del Estado, mientras que Mao mantuvo su posición de Presidente del Partido Comunista. Liu comenzó a buscar soluciones a los problemas de China a través de políticas de carácter más reformista.

Mao lanzó lo que se denominó la Revolución Cultural en 1966. Esto le permitía a Mao estar por encima de la jerarquía del partido, dando poder directamente a los guardias rojos, grupos de jóvenes defensores de la ortodoxia ideológica, que llegaron a crear sus propios tribunales. La Revolución Cultural buscó impulsar el camino hacia el socialismo, y denunciar a los que se oponían al mismo. Para ello adoptaron medidas de todo tipo, desde la destrucción del arte considerado burgués, asaltos a personas vestidas a la manera occidental, interrupción de ceremonias religiosas, etc. Una medida de gran importancia fue la pegada de carteles, en los que denunciaban lo que consideraban errores de distintos miembros destacados del partido.

Fue durante este periodo cuando Mao eligió a Lin Biao como su sucesor. No está claro si Lin estaba planeando un golpe de estado o un intento de asesinato a Mao, lo que sí se sabe es que falleció en un accidente aéreo cuando su avión sobrevolaba Mongolia al intentar huir del país con rumbo a Moscú. Posteriormente, se anunció que Lin había planeando la destitución de Mao, e incluso su asesinato en dos ocasiones, y fue expulsado póstumamente del partido. Para esta época, Mao había perdido la confianza de muchos de los dirigentes del partido.

En 1969, se celebró el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el que Mao anunció que la Revolución Cultural había terminado, si bien a menudo se considera que la revolución cultural se extendió hasta el fallecimiento de Mao en 1976. En los últimos años de su vida, Mao experimentó serios problemas de salud debidos posiblemente al mal de Parkinson, así como problemas pulmonares y cardíacos como consecuencia del tabaco. Durante estos años, Mao permaneció pasivo mientras varias facciones dentro del Partido Comunista luchaban para lograr el poder después de que Mao falleciera.

Mao falleció el 9 de septiembre de 1976 a la edad de 82 años y la lucha por el poder dentro del partido se intensificó. Por una parte estaban los izquierdistas liderados por la llamada Banda de los Cuatro, dirigida por la viuda de Mao, Jiang Qing, quienes abogaban por la continuación de la política de movilización revolucionaria de masas. Por otra parte, estaban dos grupos más moderados; uno liderado por Hua Guofeng, el sucesor designado por el propio Mao, que abogaba por el retorno a la dirección centralizada siguiendo el patrón soviético, y otro liderado por Deng Xiaoping, que estaba a favor de reformar completamente la economía de China de acuerdo con políticas pragmáticas, desenfatizando el rol de la ideología en la determinación de las políticas económicas y sociales.

Al final, los moderados lograron el control del gobierno, y Deng Xiaoping se impuso sobre Hua Guofeng en la lucha por el poder.

Un elemento preponderante en los años de liderazgo de Mao fue el culto a la personalidad. Mao se presentaba a sí mismo como un enemigo de los terratenientes, hombres de negocios y de las potencias de Occidente, particularmente los Estados Unidos. Por otra parte, declaraba ser aliado de los campesinos y trabajadores.

En 1962, Mao propuso la creación del Movimiento de Educación Socialista, el cual estaba dirigido a proteger a los campesinos de las tentaciones del feudalismo y capitalismo que pensaba estaban comenzado a surgir en las áreas rurales. Se publicó una gran cantidad de propaganda en la cual Mao era la figura central. Numerosas vallas y canciones se referían a Mao como el sol rojo en el centro de nuestros corazones y el salvador del pueblo.

El culto a Mao fue vital para el lanzamiento de la Revolución Cultural. La juventud china había crecido bajo el régimen comunista y se les había inculcado el amor hacia Mao, y en dicha revolución se convirtieron en sus principales seguidores.

El principal impulsor de esta política de culto a la personalidad, a la que Mao se opuso, fue Lin Biao, además recopilador de las Citas del Presidente Mao, libro publicado en octubre de 1966 con citas y dichos de Mao. A los miembros del partido se les exigía llevar siempre consigo este libro. A lo largo de los años la imagen de Mao aparecía en todas partes, en todos los hogares, oficinas y comercios. Sus dichos aparecían en publicaciones escritas de cualquier naturaleza, y los guardias rojos se encargaban de publicar carteles alabándole con imágenes suyas de acercamiento al pueblo chino. Era común también que formaciones de guardias, con en libro de las Citas del Presidente Mao en la mano izquierda, le citasen en grupo para promover sus ideas, dichos y sus formas de pensar por los pueblos y zonas rurales. Este movimiento se hizo más intensivo a medida que avanzaba la Revolución Cultural.

A día de hoy, el culto a Mao se ha reducido considerablemente en China, especialmente en las zonas no rurales, si bien es cierto que su imagen sigue estando muy presente (el ejemplo más claro es el de la plaza de Tiananmen). No obstante, la mayoría de la población china le consideran, junto con Marx y Lenin, uno de los padres del comunismo y un gran líder socialista. Mao es oficialmente reconocido por el Partido Comunista como un gran líder revolucionario por su papel en la lucha contra los japoneses y la creación de la República Popular China, pero el maoísmo es considerado actualmente por el Partido como un desastre económico y político.

Fuera de China, el culto a Mao y la preferencia por el maoísmo se extienden principalmente por la zona de Sudamérica y los países del sur de Asia. Por otro lado, cabe destacar al teórico comunista francés Charles Bettelheim.

El legado de Mao es objeto de gran controversia. Muchos chinos consideran a Mao como un gran revolucionario, un gran líder. Reivindican su figura, aunque reconozcan que incurrió en serios errores al final de su gobierno. De acuerdo con Deng Xiaoping, quien fuera desplazado durante la Revolución Cultural acusado de seguir el camino de restauración capitalista, Mao estaba las tres cuartas partes en lo correcto y una cuarta parte errado y su contribución fue primordial y sus errores secundarios. Algunos miembros del Partido Comunista, sin embargo, acusan a Mao de ser el responsable de la ruptura con la Unión Soviética. También se le critica el no haber adoptado políticas relacionadas con el control de la natalidad, las cuales fueron desarrolladas posteriormente por sus sucesores cuando establecieron una serie de incentivos y programas a fin de lograr que las familias chinas sólo tuvieran un hijo.

Los críticos de Mao, sin embargo, afirman que logró éxitos de gran importancia. Por ejemplo, antes de 1949 el índice de analfabetismo era del 80% y el promedio de vida de la población era meramente 35 años. A su muerte, el índice de analfabetismo había bajado al 6% y el promedio de vida se duplicó a 70 años. La población de China durante el periodo de Mao aumentó en 57% llegando a 700 millones comparado con la cifra de 400 millones que había permanecido constante entre las Guerras del opio y la Guerra Civil China. También dicen sus seguidores que bajo Mao China se deshizo de un siglo de humillaciones a las que le sometieron las potencias occidentales y surgió como una gran potencia mundial. También afirman que Mao logró la industrialización del país y aseguró la soberanía de China bajo su mando. Se dice también que Mao terminó con el régimen corrupto del Kuomintang. Los oponentes a Mao indican que los logros en la erradicación del analfabetismo y las expectativas de vida, también fueron alcanzadas por el régimen del Kuomintang en Taiwán. Algunos de estos logros se obtuvieron debido a que el país no estuvo en guerra durante ese periodo y por tanto pudo dedicarle recursos al mejoramiento de la población.

Mao planteaba que el socialismo era la única respuesta para China, debido, entre otros argumentos, a que las potencias occidentales y particularmente los Estados Unidos, nunca permitirían que China avanzara bajo un régimen capitalista. De hecho, esta teoría no estaba lejos de la realidad, por cuanto Estados Unidos mantuvo un embargo comercial a la República Popular China que duró hasta 1972, cuando Richard Nixon decidió que China constituía una potencia que debía ser considerada favorablemente en la Guerra Fría con la Unión Soviética.

Detractores y seguidores coinciden en afirmar que Mao fue un gran estratega militar lo cual demostró en la Guerra Civil China y en la Guerra de Corea. De hecho, las tácticas de Mao han sido utilizadas constantemente por aquellos que luchan como insurgentes en diferentes lugares del mundo, así como por aquellos que tratan de aplastar la insurgencia.

Por otra parte, la ideología del maoísmo ha influido en muchos movimientos comunistas en el mundo tales: Sendero Luminoso en el Perú y el movimiento comunista en Nepal. Sin embargo, China se apartó totalmente de la línea maoísta cuando Deng Xiaoping inició las reformas económicas.

En la actualidad el seguimiento de Mao se ha reducido drásticamente en China. De hecho, algunas de sus obras han sido muy criticadas posteriormente. El libro Mao: La Historia desconocida, escrito por Jung Chang y Jon Halliday, señala que Mao creó muchos mitos en cuanto a sus logros y su juventud, a fin de mostrarse como el héroe del pueblo. Incluso afirman que algunas incidencias de la Gran Marcha, en particular la Batalla del Puente Luding, eran totalmente falsas. Con todo, el libro de Chang y Halliday, cuya versión en español apareció en abril del 2006, ha sido objeto de numerosas críticas por sus faltas de rigor histórico.

Sin embargo, continúan las muestras de seguimiento al “Pensamiento Mao Zedong”. En Zhengzhou, al norte de Wuhan, una ciudad obrera, industrial, todos los 9 de septiembre, aniversario de la muerte de Mao, se reúnen miles de trabajadores en la plaza central; allí cuatro obreros publicaron un llamamiento que circuló por toda China, titulado “Mao, nuestro líder para siempre”, de denuncia de los seguidores del camino capitalista a los que Mao Tsetung combatió, que se adueñaron de la dirección del Partido y del Estado, pasaron a nombre propio los bienes del Estado, y son parte de esa clase dirigente de la China capitalista e imperialista actual. Hay una proliferación de centros de estudio de las obras de Mao, legales algunos, clandestinos otros; casas de té donde se cantan las canciones y se pasan las películas de la Revolución Cultural. Millones de chinos llevan el distintivo de Mao, para mostrar que son maoístas. Esto puede explicarse por las palabras del propio Mao, quien afirmaba que una de las leyes del proletariado es “luchar y fracasar, volver a luchar para volver a fracasar, y así hasta la victoria final”.



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