Fue un político comunista español.
De pequeño se trasladó con su familia a Vizcaya, afiliándose a los 9 años a las Juventudes Socialistas de España (JSE). A los catorce años participó en la fundación del Partido Comunista de España, en el que fue uno de los militantes más activos del núcleo vizcaíno. A los quince era miembro de la escolta personal del secretario general del Partido, Óscar Pérez Solís. Al poco, participó en un atentado, frustrado, contra el dirigente socialista Indalecio Prieto.
En 1930 fue elegido miembro de Comité Central del PCE, razón por la cual en 1931 fue enviado a Moscú para completar su formación política, donde permaneció hasta 1933, año en el que participó en las reuniones de la Komintern. A su regreso a España fue nombrado miembro del Comité Ejecutivo del Partido. Desde 1936 se hizo cargo de la dirección del órgano del partido, Mundo Obrero.
En las elecciones generales españolas de 1936 fue elegido diputado por la provincia de Córdoba en las listas del Frente Popular. Durante la Guerra Civil fue uno de los ministros comunistas en los gobiernos de Largo Caballero y Negrín (Instrucción Pública y Bellas Artes). Siendo ministro en el gabinete Negrín, llevó a cabo una intensa campaña de prensa contra el entonces ministro de Defensa Nacional, Indalecio Prieto, usando el seudónimo de Juan Ventura, hasta que logró su cese (marzo de 1938), lo cual trajo aparejado también el suyo. Como ministro impulsó las denominadas Milicias de la Cultura —para la alfabetización de milicianos y soldados— y potenció el servicio radiofónico del Altavoz del Frente —dirigido a los combatientes combinando propaganda y entretenimiento.
Posteriormente fue nombrado comisario político del ejército republicano de la zona Centro-Sur, siendo un ardiente defensor de la resistencia a ultranza.
Tras el golpe de estado de Casado fue de los contrarios a la rendición, permaneciendo en Valencia. Pese a la oposición de Palmiro Togliatti, con Pedro Checa y Jesús Larrañaga organizó la dirección del PCE que habría de pasar a la clandestinidad tras la victoria franquista. Finalmente logró salir del país, siendo uno de los últimos dirigentes del PCE en hacerlo.
En 1939 se exilió primero a Orán (Argelia) y después a la Unión Soviética, donde fue el representante del PCE en la Komintern y se preocupó por la precaria situación de los refugiados españoles. A la muerte del secretario general José Díaz se enfrentó con Dolores Ibárruri por el cargo, pero en 1943 fue enviado a México para intentar sacar de la prisión a Ramón Mercader, el asesino de Lev Trotski. En 1944 fue expulsado del partido bajo la acusación de llevar a cabo actividades antisoviéticas.
Expulsado del partido, intentó formar su grupo propio, el Movimiento Comunista de Oposición. Cuando Tito rompió con Stalin en 1948, Hernández se puso de su lado. En 1954 se trasladó a Belgrado y formó el Partido Nacional Comunista Español. Después fue nombrado asesor de la embajada yugoslava en México, dónde trabajó hasta su muerte. Publicó una autobiografía en la que plasmaba sus divergencias y enfrentamientos con los dirigentes del PCE. Yo fui un ministro de Stalin (1953).
ESCRITOS
1951: A los comunistas de España
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