Desde el inicio la guerra sucia al estilo nicaragüense contra la República Árabe Siria, el 18 de julio de 2012, combatientes provenientes del Levante y de todo el mundo musulmán han estado afluyendo a ese país. Según la historia contada en la prensa atlantista y la de las monarquías del Golfo, se trata de una migración espontánea.
El diario británico The Guardian acaba de anunciar que «un informe del Consejo de Seguridad de la ONU señala que 15 000 personas viajaron a Siria e Irak para luchar junto al Emirato Islámico y otros grupos extremistas similares. Esas personas vienen de más 80 países».
Pero el Consejo de Seguridad no redacta informes sino que los solicita al secretario general de la ONU quien a su vez los manda a redactar por sus representantes y comités. The Guardian no precisa quién es el autor del documento que cita. Probablemente se trata de cifras proporcionadas por Peter Neumann, director del Centro Internacional de Estudios sobre la Radicalización del King’s College de Londres.
Peter Neumann, cuya unidad de investigaciones tiene como patrocinador al Centro Interdisciplinario de Herzliya (en Israel), trabaja también como experto para la Open Society de George Soros y se ha dedicado a recolectar cifras oficiales, sin tener en cuenta las cifras presentadas por los dos Estados afectados, o sea Siria e Irak.
En septiembre de 2014, este profesor Peter Neumann acompañó al presidente Obama a la Asamblea General de la ONU y la reunión del Consejo de Seguridad sobre la cuestión del terrorismo. En Londres cuenta con la colaboración de Aaron Y. Zelin –igualmente experto del WINEP, el think tank del AIPAC.
Para decirlo de otra manera, el Guardian presenta engañosamente toda una serie de cifras como si vinieran de una instancia internacional cuando en realidad se trata de datos proporcionados por expertos estrechamente vinculados a Estados Unidos e Israel.
Las cifras del profesor Neumann reflejan las presentadas por los servicios de inteligencia de Estados Unidos y son como promedio de 12 a 16 veces inferiores a las cifras presentadas por el Ejército Árabe Sirio.
A raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, numerosos institutos recibieron subvenciones para que produjeran estudios sobre el peligro que representaba al-Qaeda. Al igual que entonces, ahora se está produciendo una explosión de la cantidad de investigaciones sobre la yihad en el Levante, pero esos estudios se basan todos en las mismas fuentes y no tienen más objetivo que confirmar la versión de los países de la OTAN y las monarquías del Golfo.
Según el profesor Neumann, el Emirato Islámico atacó Irak, conquistó un territorio más grande que Jordania y ha estado administrándolo con sólo 800 hombres. Y desde entonces supuestamente ha reforzado considerablemente sus tropas, al extremo de poner en jaque a la coalición estadounidense con menos de 5 000 hombres, lo cual resulta claramente absurdo.
Aunque tampoco es posible verificar con otras fuentes los estimados del Ejército Árabe Sirio, que en junio de 2014 situaba en 250 000 la cantidad de yihadistas extranjeros que han viajado a Siria desde hace 2 años, hay que reconocer que, estando en el terreno, esa evaluación parece mucho más lógica, cercana a la realidad e incluso altamente probable.
A modo de ejemplo, desde el inicio de la crisis, llegaron a Siria 2 contingentes de combatientes provenientes de Libia. El primer contingente se componía de miembros del Grupo Islámico combatiente en Libia (GICL, representante de al-Qaeda en Libia) y se estima que contaba al menos 3 000 hombres. Pero el profesor Neumann sólo habla de 556 hombres en 3 años.
El segundo contingente se componía de 1 500 afganos, mientras que el profesor Neumann sólo cuenta 23 hombres, en 3 años.
El Ejército Árabe Sirio ha hecho saber que incinera los cuerpos de los yihadistas que mata en combate, exceptuando los cadáveres de los individuos cuyos países de origen han firmado con Siria acuerdos de repatriación. En ese sentido, Damasco y la Fundación Emir Abdelkader organizaron discretamente la devolución de más de 1 000 cadáveres de yihadistas argelinos. Pero el profesor Neumann sólo cuenta 250 argelinos muertos en Siria.
Esta polémica nada tiene de inocente. Según la versión de los miembros de la OTAN y las monarquías del Golfo, Siria estaría viviendo una revolución interna respaldada por algunos yihadistas extranjeros. Pero la República Árabe Siria denuncia una agresión externa en la que participan algunos sirios y sobre todo los yihadistas extranjeros que llegan masivamente del exterior.
En todo caso, el resultado de la elección presidencial del 3 de junio de 2014 demostró que la historia contada por los medios de los países de la OTAN es falsa ya que Bachar al-Assad obtuvo el 88,7% de los sufragios de sus conciudadanos.
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