Escrito: Redactado por José Carlos
Mariátegui en marzo de 1924.
Publicado por vez primera: Claridad, No. 5, marzo de 1924, Lima - Perú.
Publicado por vez primera: Claridad, No. 5, marzo de 1924, Lima - Perú.
Fuente: José Carlos Mariátegui, 'Fascismo sudamericano', 'Los intelectuales y la revolución' y otros artículos inéditos (1923 - 1924), Centro de Trabajo Intelectual Mariátegui, Lima, 1975.
El proletariado revolucionario ha perdido al más
grande de sus conductores y de sus leaders. Al que con mayor eficacia, con mayor
acierto y con mayor capacidad ha servido la causa de los trabajadores, de los
explotados, de los oprimidos.
Ninguna vida ha sido tan fecunda para el
proletariado revolucionano como la vida de Lenin. El leader ruso poseía una
extraordinaria inteligencia, una extensa cultura, una voluntad poderosa y un
espíritu abnegado y austero. A estas cualidades se unía una facultad asombrosa
para percibir hondamente el curso de la historia y para adaptar a él la
actividad revolucionaria.
Esta facultad genial, esta aptitud singular no
abandonó nunca a Lenin. Y así, iluminado por la experiencia de la insurrección
de 1905, Lenin comprendió claramente entonces la necesidad de crear un partido
revolucionario, exento de prejuicios e ilusiones democráticas y parlamentaristas
Luego, en 1907, Lenin advirtió la inminencia de la guerra, previó sus
consecuencias políticas y económicas y anunció la posibilidad y el deber de
aprovecharlas para precipitar y acelerar el fin del régimen capitalista.
Finalmente, despues de haber denunciado el carácter de la guerra europea y
despues de haber intervenido en los congresos de Zimmerwald y Kienthal -en los
cuales las minorias socialistas y sindicales de Europa afirmaron sus principios
clasistas e internacionalistas, abandonados por la Segunda Internacional-
Lenin condujo al proletariado ruso a la conquista del poder, abolió la
explotación capitalista en un pueblo de ciento veinte millones de hombres,
defendió la revolución de sus enemigos internos y externos y organizó la Tercera Internacional ,
que reune hoy en sus rangos multiudinarios a millones de hombres de todas las
nacionalidades y de todas las razas en marcha hacia la "lucha final".
Cualquiera que sea la posición ideológica que se
tenga en el campo revolucionario, no se puede negar a Lenin el derecho a un
puesto principal en la historia de la redención de los trabajadores. Vemos, por
eso, que los propios socialistas de la Segunda Inteernacional ,
de esa Internacional reformista tan energicamente atacada por Lenin, en su
mensaje de condolencia a Moscú han rendido homenaje a la rectitud y a la
sinceridad dal revolucionario ruso.
Comunistas, socialisas y libertarios, los hombres
de todas las escuelas y todos los partidos revolucionarlos, y aún los que fuera
de éstos y de aquellas, anhelan un régimen de justicia social, se dan cuenta de
que la obra y la personalidad de Lenin no pertenece a una secta ni a un grupo
sino a todo el proletariado, a los revolucionarios de todos lo paises.
El duelo de los trabajadores es, pues, universal
y unánime.
La muerte de Lenin significa una perdida inmensa
para la Revolución :
Lenin habría podido aun dar mucho esfuerzo inteligente a las muchedumbres
revolucionarias. Pero ha tenido tiempo, afortunadamente, para cumplir la parte
esencial de su obra y de su misión; ha definido el sentido histórico de la
crisis contemporanea, ha descubierto un método y una praxis realmente
proletarios y clasistas y ha forjado los instrumentos morales y materiales de la Revolución. Millares
de colaboradores, millones de discípulos proseguirán, completarán y
concluirán su obra.
"Claridad", a nombre de la vanguardia
organizada del proletariado y de la juventud y los intelectuales
revolucionarios del Peru, saluda la memoria del gran maestro y agitador ruso.
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