2 nov 2014
Presidenta de Liberia inaugura unidad de tratamiento contra el ébola donde laborarán médicos cubanos
La unidad de tratamiento del ébola donde trabajarán los médicos cubanos que se encuentran en Liberia, con la misión de combatir la epidemia, quedó inaugurada con la presencia de la presidenta de ese país Ellen Johnson, según refleja en su cuenta de Facebook el médico cubano Ronald Hernández Torres.
En su cuenta en la red social el galeno cubano dice: “Buen día a las amigas y amigos. Hace unos minutos culminó la inauguración de la unidad de tratamiento de ébola, que fue presidida por la honorable presidenta de Liberia Ellen Johnson y asistieron los embajadores acreditados en el país. Los representantes de las organizaciones internacionales que laboran aquí: OMS, Médicos Sin Fronteras, Unión Africana. Unión Europea y, por supuesto la brigada médica cubana con su consejo de dirección y el representante diplomático”.
En esta unidad de tratamiento, los colaboradores cubanos de la salud compartirán faena con profesionales de otras naciones.
Los murciélagos podrían ser claves en las investigaciones sobre el ébola
Los murciélagos son los principales sospechosos de contagiar el ébola a los humanos en el peor brote de esta enfermedad en la historia, sin embargo, los científicos creen que pueden arrojar información valiosa sobre cómo combatirla.
Los murciélagos pueden ser portadores sin enfermar de más de 100 virus diferentes, como el ébola, la rabia, el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por sus siglas en inglés).
Mientras que esto les convierte en una reserva temible de la enfermedad, especialmente en los bosques de África donde migran vastas distancias, también abre la intrigante posibilidad de que los científicos aprendan cómo mantienen a raya virus como el ébola.
“Si podemos comprender cómo lo hacen entonces eso podría llevar a mejores modos de tratar infecciones que son altamente letales en personas y otros mamíferos”, dijo Olivier Restif, investigador de la Universidad de Cambridge en Reino Unido.
Las pistas comenzaron a emerger tras un análisis genético, que sugiere que la capacidad de los murciélagos para evitar el ébola puede estar vinculada con su otra habilidad: la capacidad de volar.
Volar requiere que el metabolismo del murciélago vaya a una velocidad muy alta, causando estrés y potencial daño celular, y los expertos piensan que los murciélagos han desarrollado un mecanismo que limita este daño teniendo partes de su sistema inmune permanentemente conectadas.
La amenaza a los humanos de los murciélagos viene camino de la cena. La carne de caza – desde murciélagos a antílopes, ardillas, puercoespines y monos – han ostentado un lugar privilegiado en los menús de África Central y Occidental.
El peligro de contraer el ébola está en la exposición a sangre infectada al matar y preparar estos animales.
Huésped natural
Los científicos que estudian el ébola desde su descubrimiento en 1976 en la República Democrática del Congo, entonces Zaire, han sospechado desde hace tiempo que los murciélagos de la fruta son su huésped natural, aunque el vínculo con los humanos a veces es indirecto porque la fruta que tiran los murciélagos infectados puede ser recogida fácilmente por otra especie, extendiendo el virus a animales como los monos.
El nexo de infección de la vida salvaje lleva a brotes esporádicos de ébola tras existir contacto de los humanos con sangre y otros fluidos de animales infectados.
Esto sucedió sin lugar a dudas en el brote actual, aunque la escala de la crisis, que ahora alcanza Liberia, Sierra Leona y Guinea y se ha cobrado unas 5.000 vidas, refleja fallos posteriores en salud pública.
“Lo que sucede ahora es un desastre de salud pública más que un problema de gestión de la vida salvaje”, dijo Marcus Rowcliffe de la Sociedad Zoológica de Londres que dirige el zoo de la ciudad.
El papel de los murciélagos en la propagación del ébola probablemente sea una combinación de sus inmensas poblaciones, son los segundos roedores entre los mamíferos del mundo, además de por su inusual sistema inmune, según Michelle Baker de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation, la agencia nacional científica de Australia.
Baker, que está intrigada por la capacidad de los murciélagos de vivir en “equilibrio” con los virus, publicó un estudio con colaboradores en Nature el año pasado estudiando el genoma del murciélago. Encontraron una inesperada concentración de genes que reparan los daños en el ADN, encontrando un vínculo entre la capacidad de volar y la inmunidad.
“Esto plantea una interesante posibilidad de que las adaptaciones que permiten volar han tenido efectos inadvertidos sobre la función inmune de los murciélagos y posiblemente en su esperanza de vida”, escribieron.
Los murciélagos pueden ser portadores sin enfermar de más de 100 virus diferentes, como el ébola, la rabia, el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por sus siglas en inglés).
Mientras que esto les convierte en una reserva temible de la enfermedad, especialmente en los bosques de África donde migran vastas distancias, también abre la intrigante posibilidad de que los científicos aprendan cómo mantienen a raya virus como el ébola.
“Si podemos comprender cómo lo hacen entonces eso podría llevar a mejores modos de tratar infecciones que son altamente letales en personas y otros mamíferos”, dijo Olivier Restif, investigador de la Universidad de Cambridge en Reino Unido.
Las pistas comenzaron a emerger tras un análisis genético, que sugiere que la capacidad de los murciélagos para evitar el ébola puede estar vinculada con su otra habilidad: la capacidad de volar.
Volar requiere que el metabolismo del murciélago vaya a una velocidad muy alta, causando estrés y potencial daño celular, y los expertos piensan que los murciélagos han desarrollado un mecanismo que limita este daño teniendo partes de su sistema inmune permanentemente conectadas.
La amenaza a los humanos de los murciélagos viene camino de la cena. La carne de caza – desde murciélagos a antílopes, ardillas, puercoespines y monos – han ostentado un lugar privilegiado en los menús de África Central y Occidental.
El peligro de contraer el ébola está en la exposición a sangre infectada al matar y preparar estos animales.
Huésped natural
Los científicos que estudian el ébola desde su descubrimiento en 1976 en la República Democrática del Congo, entonces Zaire, han sospechado desde hace tiempo que los murciélagos de la fruta son su huésped natural, aunque el vínculo con los humanos a veces es indirecto porque la fruta que tiran los murciélagos infectados puede ser recogida fácilmente por otra especie, extendiendo el virus a animales como los monos.
El nexo de infección de la vida salvaje lleva a brotes esporádicos de ébola tras existir contacto de los humanos con sangre y otros fluidos de animales infectados.
Esto sucedió sin lugar a dudas en el brote actual, aunque la escala de la crisis, que ahora alcanza Liberia, Sierra Leona y Guinea y se ha cobrado unas 5.000 vidas, refleja fallos posteriores en salud pública.
“Lo que sucede ahora es un desastre de salud pública más que un problema de gestión de la vida salvaje”, dijo Marcus Rowcliffe de la Sociedad Zoológica de Londres que dirige el zoo de la ciudad.
El papel de los murciélagos en la propagación del ébola probablemente sea una combinación de sus inmensas poblaciones, son los segundos roedores entre los mamíferos del mundo, además de por su inusual sistema inmune, según Michelle Baker de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation, la agencia nacional científica de Australia.
Baker, que está intrigada por la capacidad de los murciélagos de vivir en “equilibrio” con los virus, publicó un estudio con colaboradores en Nature el año pasado estudiando el genoma del murciélago. Encontraron una inesperada concentración de genes que reparan los daños en el ADN, encontrando un vínculo entre la capacidad de volar y la inmunidad.
“Esto plantea una interesante posibilidad de que las adaptaciones que permiten volar han tenido efectos inadvertidos sobre la función inmune de los murciélagos y posiblemente en su esperanza de vida”, escribieron.
Política social: “Mais Médicos”, más salud
Mejorar la salud fue una de las principales demandas que se escucharon durante las manifestaciones de junio de 2013 en Brasil. La mayoría de la población se atiende a través del sistema público, el Sistema Único de Salud (SUS), el cual no es único sino que convive con el sistema privado y lo que quedó del sistema mutual, al que solo acceden los trabajadores estatales y jubilados. El SUS es una referencia sanitaria internacional, y la creación del mismo fue producto de años de lucha, que posibilitaron incorporar la salud como un derecho en la reforma Constitucional de 1988. Antes del SUS la población se encontraba a la intemperie. La Presidenta Dilma Rousseff respondió a los reclamos de la población creando el Programa Mais Médicos. Para ello Brasil realizó un convenio con la Organización Panamericana de la Salud, que contrató profesionales extranjeros, la mayoría de ellos cubanos. Los consejos profesionales de medicina llevaron adelante una campaña para poner en duda la capacidad de los profesionales y la veracidad de los títulos habilitantes, por lo que fue el Ministerio de Salud quien reconoció los títulos.
Como informamos en APU, Dilma salió por izquierda ante las manifestaciones y levantó los reclamos de la sociedad. A la semana de iniciadas las manifestaciones, convocó una reunión con todos los gobernadores en la que expuso cinco puntos que consideraba necesario para mejorar el país, dos de los cuales fueron: el llamado a una Asamblea Constituyente para llevar adelante una Reforma Política, y la contratación de médicos extranjeros para garantizar el derecho a la salud. Según el último levantamiento del Conselho Federal de Medicina (CFM) hecho en 2012, Brasil tiene 388.015 médicos, cerca de 1,8 cada mil habitantes. Argentina tiene 3,2, España y Portugal 4 e Inglaterra 2,7. Según ese informe solo el 8% de los profesionales brasileros están en municipios con hasta 50 mil habitantes y municipios de ese tamaño representan casi el 90% de las ciudades del país. La población, quienes gobiernan y trabajan en salud, saben de la dificultad de conseguir profesionales para los lugares alejados de las grandes ciudades, de difícil acceso o tan solo zonas pobres.
Para intentar resolver ese problema, en el año 2011 el gobierno de Dilma creó el Programa de Valorización de los Profesionales de Atención Básica (PROVAB), una iniciativa para llevar médicos recién recibos al interior del país, con un salario de 8 mil reales (32 mil pesos al oficial). La demanda de los municipios ante la iniciativa fue de 13 mil médicos. Sólo 4.392 médicos se inscribieron y 3.800 firmaron contrato, lo que significa un 29% de las bacantes disponibles. Tras las manifestaciones Dilma retomó un proyecto muy valiente y anunció “cuando no haya disponibilidad de médicos brasileros, contrataremos profesionales extranjeros para trabajar exclusivamente en el Sistema Único de Salud. En este último aspecto, sé que vamos a enfrentar un buen debate democrático. De entrada, me gustaría decirle a la clase médica brasilera que no se trata, ni de cerca, de una hostilidad o falta de respeto a nuestros profesionales. Se trata de una acción de emergencia, localizada, teniendo en cuenta la gran dificultad que estamos atravesando para encontrar médicos en número suficiente y con disposición para trabajar en las áreas más remotas del país o en las zonas más pobres de nuestras grandes ciudades. Siempre ofreceremos a los médicos brasileros las vacantes a ser cubiertas. Solo después llamaremos a médicos extranjeros. Pero es preciso que quede claro que la salud de los ciudadanos debe prevalecer sobre cualquier otro interés”.
La corpo médica
Los consejos profesionales de medicina pusieron el grito en los medios, junto con unos cuantos billetes, tras el anuncio de la Presidenta y comenzaron una feroz campaña de desprestigio de los profesionales, ya que casi el 80% de los contratados son cubanos. De los 14 mil médicos que forman parte del programa, sólo 1.500 son brasileros. Día y noche, en diarios, radio y televisión, la prensa atacaba el programa poniendo en duda las capacidades de los profesionales cubanos, cuando no atacaron con el macartismo más rancio, como sucedió con la revista Veja, la Noticias brasilera, que colocó en tapa a una de las médicas cubanas señalándola como “la comisaria política del régimen”.
Con la ejecución del Programa, la campaña mediática terminó. Sólo fue necesario que los médicos cubanos comenzaran a trabajar. La población, los trabajadores, los intendentes y gobernadores que se habían opuesto al programa, cayeron a sus pies. El programa benefició a más de 50 millones de brasileros, muchos de los cuales no tenían acceso alguno a la salud. El simple hecho de que los médicos cumplieran su jornada laboral, lo que cualquiera sabe que es muy difícil de conseguir de los doctores en el sistema público, consiguió que el número de atenciones se duplicaran en municipios que ya contaban con profesionales. Quien se ha atendido en el sistema público sabe de lo que estamos hablando: pocos turnos porque el médico o la doctora se quieren ir temprano para atender en el sector privado.
La mejor prensa es el pueblo
La llegada de los médicos cubanos posibilitó a la población conocer otra calidad de atención. Más humana. La población se sorprende de que los médicos cubanos no se sientan escritorio por medio, sino al lado del paciente. Sorprende el tiempo que los profesionales destinan a las personas para escucharlas, que no saturen con medicación, que citen a los pacientes al otro día para control y no que el turno sea para dentro de unos meses.
Con el Programa Mais Médicos el gobierno de Dilma Rousseff llegó a los más necesitados y con atención de calidad. Los intendentes que no se inscribieron para recibir médicos se arrepienten y quienes cuentan con los profesionales extranjeros piden recibir más. El modo de contratación es el siguiente: el Estado nacional paga 10 mil reales por profesional a la Organización Panamericana de la Salud, que es quien paga a los profesionales, y los municipios son responsables de garantizarles casa y comida. La Presidenta ya anunció para su próximo mandato el “Mais Especialidades”, para el que contratará no sólo médicos generalistas sino profesionales de otras disciplinas. Donde no había accedo a la salud en el país, hoy hay. Donde la calidad de la misma merecía ser mejorada, lo fue. Y la Presidenta demostró que a la corporación médica se la puede confrontar y vencer, que el pueblo acompaña cuando de lo que se trata es de mejorarle la vida a las personas.
Como informamos en APU, Dilma salió por izquierda ante las manifestaciones y levantó los reclamos de la sociedad. A la semana de iniciadas las manifestaciones, convocó una reunión con todos los gobernadores en la que expuso cinco puntos que consideraba necesario para mejorar el país, dos de los cuales fueron: el llamado a una Asamblea Constituyente para llevar adelante una Reforma Política, y la contratación de médicos extranjeros para garantizar el derecho a la salud. Según el último levantamiento del Conselho Federal de Medicina (CFM) hecho en 2012, Brasil tiene 388.015 médicos, cerca de 1,8 cada mil habitantes. Argentina tiene 3,2, España y Portugal 4 e Inglaterra 2,7. Según ese informe solo el 8% de los profesionales brasileros están en municipios con hasta 50 mil habitantes y municipios de ese tamaño representan casi el 90% de las ciudades del país. La población, quienes gobiernan y trabajan en salud, saben de la dificultad de conseguir profesionales para los lugares alejados de las grandes ciudades, de difícil acceso o tan solo zonas pobres.
Para intentar resolver ese problema, en el año 2011 el gobierno de Dilma creó el Programa de Valorización de los Profesionales de Atención Básica (PROVAB), una iniciativa para llevar médicos recién recibos al interior del país, con un salario de 8 mil reales (32 mil pesos al oficial). La demanda de los municipios ante la iniciativa fue de 13 mil médicos. Sólo 4.392 médicos se inscribieron y 3.800 firmaron contrato, lo que significa un 29% de las bacantes disponibles. Tras las manifestaciones Dilma retomó un proyecto muy valiente y anunció “cuando no haya disponibilidad de médicos brasileros, contrataremos profesionales extranjeros para trabajar exclusivamente en el Sistema Único de Salud. En este último aspecto, sé que vamos a enfrentar un buen debate democrático. De entrada, me gustaría decirle a la clase médica brasilera que no se trata, ni de cerca, de una hostilidad o falta de respeto a nuestros profesionales. Se trata de una acción de emergencia, localizada, teniendo en cuenta la gran dificultad que estamos atravesando para encontrar médicos en número suficiente y con disposición para trabajar en las áreas más remotas del país o en las zonas más pobres de nuestras grandes ciudades. Siempre ofreceremos a los médicos brasileros las vacantes a ser cubiertas. Solo después llamaremos a médicos extranjeros. Pero es preciso que quede claro que la salud de los ciudadanos debe prevalecer sobre cualquier otro interés”.
La corpo médica
Los consejos profesionales de medicina pusieron el grito en los medios, junto con unos cuantos billetes, tras el anuncio de la Presidenta y comenzaron una feroz campaña de desprestigio de los profesionales, ya que casi el 80% de los contratados son cubanos. De los 14 mil médicos que forman parte del programa, sólo 1.500 son brasileros. Día y noche, en diarios, radio y televisión, la prensa atacaba el programa poniendo en duda las capacidades de los profesionales cubanos, cuando no atacaron con el macartismo más rancio, como sucedió con la revista Veja, la Noticias brasilera, que colocó en tapa a una de las médicas cubanas señalándola como “la comisaria política del régimen”.
Con la ejecución del Programa, la campaña mediática terminó. Sólo fue necesario que los médicos cubanos comenzaran a trabajar. La población, los trabajadores, los intendentes y gobernadores que se habían opuesto al programa, cayeron a sus pies. El programa benefició a más de 50 millones de brasileros, muchos de los cuales no tenían acceso alguno a la salud. El simple hecho de que los médicos cumplieran su jornada laboral, lo que cualquiera sabe que es muy difícil de conseguir de los doctores en el sistema público, consiguió que el número de atenciones se duplicaran en municipios que ya contaban con profesionales. Quien se ha atendido en el sistema público sabe de lo que estamos hablando: pocos turnos porque el médico o la doctora se quieren ir temprano para atender en el sector privado.
La mejor prensa es el pueblo
La llegada de los médicos cubanos posibilitó a la población conocer otra calidad de atención. Más humana. La población se sorprende de que los médicos cubanos no se sientan escritorio por medio, sino al lado del paciente. Sorprende el tiempo que los profesionales destinan a las personas para escucharlas, que no saturen con medicación, que citen a los pacientes al otro día para control y no que el turno sea para dentro de unos meses.
Con el Programa Mais Médicos el gobierno de Dilma Rousseff llegó a los más necesitados y con atención de calidad. Los intendentes que no se inscribieron para recibir médicos se arrepienten y quienes cuentan con los profesionales extranjeros piden recibir más. El modo de contratación es el siguiente: el Estado nacional paga 10 mil reales por profesional a la Organización Panamericana de la Salud, que es quien paga a los profesionales, y los municipios son responsables de garantizarles casa y comida. La Presidenta ya anunció para su próximo mandato el “Mais Especialidades”, para el que contratará no sólo médicos generalistas sino profesionales de otras disciplinas. Donde no había accedo a la salud en el país, hoy hay. Donde la calidad de la misma merecía ser mejorada, lo fue. Y la Presidenta demostró que a la corporación médica se la puede confrontar y vencer, que el pueblo acompaña cuando de lo que se trata es de mejorarle la vida a las personas.
Camilo en el corazón del pueblo
Hace cincuenta y cinco años, Javier Torres Ramírez vio despegar del aeropuerto Ignacio Agramonte el CESNA 310 que conduciría a Camilo Cienfuegos hasta La Habana, después de estar ese 28 de octubre varias horas en Camagüey, donde era frecuente su presencia después de la traición de Hubert Matos.
Narra que minutos más tarde del regreso de Santiago de Cuba del ayudante y de su piloto, donde ambos cumplieron instrucciones precisas del Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, él tuvo el privilegio de vender dos tabacos al legendario Comandante y sendas maltas para él y Jorge Enrique Mendoza Reboredo.
Javier trabajaba en la cafetería particular radicada en la terminal aérea. No olvida que los tres –Camilo, el piloto y el ayudante—enfilaron sus pasos hacia la pista para abordar el aparato, mientras Mendoza, delegado del INRA en la provincia, seguía atentamente la trayectoria de este hasta ver perderse en el horizonte.
Con 75 años perdura aun en su pensamiento cómo, con solo ocho años, salía con su cajón de limpiabotas del reparto Villa Mariana, donde todavía reside hasta la terminal del ferrocarril, para tomar el tren y bajarse frente al aeropuerto a una distancia de diez kilómetros. Allí desde 1962 engrosó las filas de Cubana de Aviación como mozo de limpieza y luego en labores de multioficio.
Una vez anterior –el 21 de octubre—vio a Camilo que por órdenes de Fidel y Raúl viajó a Camagüey para desbaratar las acciones contrarrevolucionarias lideradas por Hubert Matos.
Se agolpan en su memoria los días difíciles en que Fidel y otros altos dirigentes se asentaron en Camagüey para, desde aquí, dirigir las acciones de búsqueda. “¡Aquello fue lo más grande de la vida!, ¿Cómo que ese hombre va a desaparecer?, exclamó desde lo más hondo de su corazón, quebrantado con los años y para que ese órgano vital funcione mejor posee un marcapaso, que “gracias a la Revolución no me costó un centavo”.
¿Cómo conoció Soto a Camilo?
Pablo Soto Endemaño no pudo eludir la entrevista-testimonio de cómo conoció a Camilo Cienfuegos, al decir de él, un hombre bondadoso y de cualidades extraordinarias como jefe.
Primero se detuvo en un necesario antecedente: “Yo tengo un amigo de la infancia, capitán del Ejército Rebelde y de la columna de Camilo que se llama Jorge Óscar Salazar de la Rosa, alías Siquitrilla, que conocíamos desde antes de triunfar la Revolución.
“Estando yo en el Regimiento Leoncio Vidal, de Santa Clara, de pronto recibo un radiograma que decía: Ve a Sancti Spíritus a coger un avión para ir a La Habana y lo firmaba Jorge Óscar. Me dije: ¡Está loco!”. No fui a ningún lugar.
“Al día siguiente recibí otro radiograma, firmado por el jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde (Camilo) para que me presentara en el Escuadrón 56 del cual era jefe Salazar. Entonces en lugar de irme en un avión, me tuve que ir en una guagua”.
Soto, con 80 años hoy, relató todas las peripecias para localizar a su amigo dentro del barullo en aquel cuartel que estaba en el Puente de La Lisa, actualmente escuela 13 de Marzo; definitivamente lo encontró en un restorán, llamado San Pedro. Comió con él. Después durmieron en una casa de campo y al día siguiente lo llevó a conocer a Camilo.
“Entramos a Columbia sin problemas. Llegamos a una casa donde vivía Camilo. Él entró como Pedro por su casa, era muy querido de la familia de Camilo y por Camilo. Me lo presentó. Todavía estaba descansando y conversamos. Me dijo que quería que trabajara con ellos y le manifesté, que quería un trabajo para terminar mi carrera. Me respondió: sí, sí, tú vas a terminar tu carrera, pero trabaja con nosotros”
Pablo años antes de incorporarse al Frente Guerrillero del Escambray del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, bajo el mando del Comandante Faure Chomón, había iniciado la carrera de derecho en la Universidad de La Habana.
“Me comí la tusa al decirle al jefe del Ejército que tenía que llamar a Santa Clara para decir que yo tenía que ir para La Habana. En definitiva lo que quería era volver a Las Villas. Retorné a La Habana como segundo jefe del Escuadrón 56 con Salazar. Al poco tiempo empecé a trabajar en la oficina de Camilo”.
Fue tan sencillo aparentemente, exclamé al hacer una pausa en la conversación.
“Pasaron muchas cosas, muchas cosas. Imagínate tú, en definitiva, yo no se como hay gente por ahí que pueden recordar los días y las horas en que hizo algo en aquella época, en que uno no sabía en qué día vivía, eran tantas las cosas a la que uno estaba acostumbrado”.
Después de aquello tuvo el honor también de viajar a Camagüey para una misión, encabezada por Camilo para neutralizar la sedición, mejor dicho la traición, fraguada por Hubert Matos.
“La noche del 20 de octubre hubo una reunión muy importante en el Estado Mayor. Salazar y yo siempre estábamos juntos y él era una persona muy apegada a Camilo. Éste salió y dijo: váyanse que esto va a durar mucho.
“Yo dormía junto con otros compañeros en la pagaduría de la División de Infantería de Columbia, quedaba en pié porque se venía tumbando lo otro para convertirlo en escuela.
“Salazar me dejó allí y siguió para el Estado Mayor. Después de acostarme, al poco rato él otra vez llamándome, me asomo y dice: Sal con el arma larga. Los demás querían irse, me monté con él y allá el rollo que había, preparándose para venir para Camagüey.
“Se había citado a un grupo de oficiales, gente mayormente de la columna de Camilo. Llegué al despacho de él. No era tan difícil entrar. Recuerdo que estaba detrás del buró, había un montón de oficiales y cogió una granada y me la tiró. Eran cosas de él. La eché en el bolsillo. Recuerdo que estaba en camiseta.
“Tenía una 38 situada en la sobaquera y de allí se organizó la partida. Se mandaron a buscar armas a los almacenes de la retaguardia en San Ambrosio, pero que no pudieron utilizarse, había que quitarle toda la grasa de preservación.
“Nos pertrechamos mejor en la misma armería del Estado Mayor y Camilo se montó en el camión con nosotros, al menos en el que yo iba, hasta el aeropuerto de Columbia. Había dos aviones. Allí se bajó y no lo vi más hasta después en que llegamos a Camagüey.
“Él apenas bajó preguntó por la situación, la cual estaba controlada. El jefe de la Policía que era Arsenio García estaba allí y Mendoza con una serie de compañeros. Prácticamente todos los compañeros que vinimos en los dos aviones, nos quedamos en el aeropuerto y él salió solo con dos o tres compañeros en un yipi Willy descapotado para Camagüey.
“La mayoría de los que llegamos tuvimos que esperar para entrar a Camagüey. Momentos después se aparecieron en el aeropuerto con Hubert Matos y otros oficiales, a los que, en definitiva, con otros compañeros, ayudé a llevarlos hasta el avión DC3 viejo que los condujo para La Habana”.
Después del acontecimiento del 21 de octubre ¿volvió a ver a Camilo?
“Esa misma noche, Salazar y yo dormimos en la misma cama de Hubert Matos en el cuartel Agramonte y al otro día, por la mañana, Camilo hizo una reunión en la oficina del traidor al lado del balcón y empezó a designar los cargos y demás.
“A Salazar y a mi nos mandó para Morón urgente con la misión de verificar como estaba todo aquello. Imagínate tú, no se sabía bien cual era la situación en los escuadrones. Estuvimos dos o tres días.
“Según hablé con Manolo Espinosa (Cabeza) el me dijo que estuvimos el 25 de octubre en Ciego de Ávila con el mismo objetivo, de comprobar como andaban las cosas. De ahí vinimos a Camagüey y Camilo nombró a Pancho Parra, jefe de Escuadrón.
“Independientemente de que El Chino Figueredo estaba en Ciego de Ávila y él lo nombró inspector territorial del Regimiento.
“Estuvimos en Ciego. Allí recibí recibí una lección de calidad humana de Camilo, de la sensibilidad suya. Es una anécdota que viví.
“Pocos días antes del 21 de octubre, Camilo me había mandado a San Ambrosio a buscar dos cajas de pistolas Rawlins y como faltaba una le dije al capitán que había que hacer el recibo como es.
“Al entrar en la oficina de Camilo se las dejo encima del buró, pero en su oficina siempre había un grupo de compañeros. Y de aquella que estaba abierta empezó a dar pistolas a todas las personas que estaban allí.
“Cuando se enteraron llegaron un poco más y me retiré, me dio pena quedarme allí para que no se pensara de que quería que me diera una pistola. El objetivo era que me firmara el vale. ¿Quién te dice a ti que según Manolo Espinosa, a quien vi hace como tres años en que fui a verlo en la Víbora, me dijo fue el 25 de octubre en que él me dijo: dame la pistola, era una pistola colt con escacha de plata y de oro.
“Digo: coño Manolo, no me la quite. No, si te traigo una nueva, aquí te la manda Camilo. ¿Qué te parece? Como ese hombre con todos los problemas que había se acordó de mi en aquel momento. ¿Qué te dice de la personalidad de Camilo?. Eso lo viví yo, esa grandeza, ese respeto a él mismo y a los demás, ese reconocimiento que yo no merecía naturalmente.
“Eso me marcó no por el regalo físico sino por el gesto, por la acción, por el recuerdo”.
–Fue un momento difícil cuando se da por desaparecido a Camilo. ¿Cómo recibiste esa mala noticia?
“Imagínate tú, estábamos en Ciego de Ávila todavía. Allí había varios particulares que tenían aviones propios. Recuerdo que había un teniente del Ejército Rebelde que reparaba máquinas de escribir, era piloto.
Todos los días estuvimos saliendo en un avión particular buscando a Camilo, incluso, recuerdo que, desde La Habana de la oficina del abogado de Camilo, que después fue Secretario de Obras Pública en Cuba vinieron unos abogados con una santera que decía saber donde estaba Camilo.
Aquella gente con el deseo de encontrarlo nos vieron en Ciego de Ávila y nos hicieron venir a Florida para llegar por una línea de ferrocarril a la costa y buscar en un cayo. Lo viramos de arriba a abajo y regresamos decepcionados por no haber tenido éxito.
“Tu me preguntas cómo me sentí yo. ¡Eso se lo puedes preguntar a cualquier cubano por la desaparición de Camilo. Todavía lo estamos sintiendo.
Pablo Soto después inició nuevamente la carrera en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. No le convalidaron ninguna asignatura, pero se recibió como abogado.
La mayor parte de su vida, transcurrida en esta ciudad, donde vive como uno más en el edificio multifamiliar de la calle Lugareño, la dedicó al Tribunal Revolucionario, al trabajo de la Fiscalía y antes de retirarse como letrado de la defensa quedó en su mente la idea de que nació para hacer justicia con la vocación humanista enseñada por Camilo y aprendida también de Fidel, el abogado del pueblo.
Miguel Peña Maceo mantiene intacto en su memoria el momento en que ordenaron a la Compañía de la Policía Militar, asentada en La Cabaña, desplegarse Camagüey.
Narra que minutos más tarde del regreso de Santiago de Cuba del ayudante y de su piloto, donde ambos cumplieron instrucciones precisas del Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, él tuvo el privilegio de vender dos tabacos al legendario Comandante y sendas maltas para él y Jorge Enrique Mendoza Reboredo.
Javier trabajaba en la cafetería particular radicada en la terminal aérea. No olvida que los tres –Camilo, el piloto y el ayudante—enfilaron sus pasos hacia la pista para abordar el aparato, mientras Mendoza, delegado del INRA en la provincia, seguía atentamente la trayectoria de este hasta ver perderse en el horizonte.
Con 75 años perdura aun en su pensamiento cómo, con solo ocho años, salía con su cajón de limpiabotas del reparto Villa Mariana, donde todavía reside hasta la terminal del ferrocarril, para tomar el tren y bajarse frente al aeropuerto a una distancia de diez kilómetros. Allí desde 1962 engrosó las filas de Cubana de Aviación como mozo de limpieza y luego en labores de multioficio.
Una vez anterior –el 21 de octubre—vio a Camilo que por órdenes de Fidel y Raúl viajó a Camagüey para desbaratar las acciones contrarrevolucionarias lideradas por Hubert Matos.
Se agolpan en su memoria los días difíciles en que Fidel y otros altos dirigentes se asentaron en Camagüey para, desde aquí, dirigir las acciones de búsqueda. “¡Aquello fue lo más grande de la vida!, ¿Cómo que ese hombre va a desaparecer?, exclamó desde lo más hondo de su corazón, quebrantado con los años y para que ese órgano vital funcione mejor posee un marcapaso, que “gracias a la Revolución no me costó un centavo”.
¿Cómo conoció Soto a Camilo?
Pablo Soto Endemaño no pudo eludir la entrevista-testimonio de cómo conoció a Camilo Cienfuegos, al decir de él, un hombre bondadoso y de cualidades extraordinarias como jefe.
Primero se detuvo en un necesario antecedente: “Yo tengo un amigo de la infancia, capitán del Ejército Rebelde y de la columna de Camilo que se llama Jorge Óscar Salazar de la Rosa, alías Siquitrilla, que conocíamos desde antes de triunfar la Revolución.
“Estando yo en el Regimiento Leoncio Vidal, de Santa Clara, de pronto recibo un radiograma que decía: Ve a Sancti Spíritus a coger un avión para ir a La Habana y lo firmaba Jorge Óscar. Me dije: ¡Está loco!”. No fui a ningún lugar.
“Al día siguiente recibí otro radiograma, firmado por el jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde (Camilo) para que me presentara en el Escuadrón 56 del cual era jefe Salazar. Entonces en lugar de irme en un avión, me tuve que ir en una guagua”.
Soto, con 80 años hoy, relató todas las peripecias para localizar a su amigo dentro del barullo en aquel cuartel que estaba en el Puente de La Lisa, actualmente escuela 13 de Marzo; definitivamente lo encontró en un restorán, llamado San Pedro. Comió con él. Después durmieron en una casa de campo y al día siguiente lo llevó a conocer a Camilo.
“Entramos a Columbia sin problemas. Llegamos a una casa donde vivía Camilo. Él entró como Pedro por su casa, era muy querido de la familia de Camilo y por Camilo. Me lo presentó. Todavía estaba descansando y conversamos. Me dijo que quería que trabajara con ellos y le manifesté, que quería un trabajo para terminar mi carrera. Me respondió: sí, sí, tú vas a terminar tu carrera, pero trabaja con nosotros”
Pablo años antes de incorporarse al Frente Guerrillero del Escambray del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, bajo el mando del Comandante Faure Chomón, había iniciado la carrera de derecho en la Universidad de La Habana.
“Me comí la tusa al decirle al jefe del Ejército que tenía que llamar a Santa Clara para decir que yo tenía que ir para La Habana. En definitiva lo que quería era volver a Las Villas. Retorné a La Habana como segundo jefe del Escuadrón 56 con Salazar. Al poco tiempo empecé a trabajar en la oficina de Camilo”.
Fue tan sencillo aparentemente, exclamé al hacer una pausa en la conversación.
“Pasaron muchas cosas, muchas cosas. Imagínate tú, en definitiva, yo no se como hay gente por ahí que pueden recordar los días y las horas en que hizo algo en aquella época, en que uno no sabía en qué día vivía, eran tantas las cosas a la que uno estaba acostumbrado”.
Después de aquello tuvo el honor también de viajar a Camagüey para una misión, encabezada por Camilo para neutralizar la sedición, mejor dicho la traición, fraguada por Hubert Matos.
“La noche del 20 de octubre hubo una reunión muy importante en el Estado Mayor. Salazar y yo siempre estábamos juntos y él era una persona muy apegada a Camilo. Éste salió y dijo: váyanse que esto va a durar mucho.
“Yo dormía junto con otros compañeros en la pagaduría de la División de Infantería de Columbia, quedaba en pié porque se venía tumbando lo otro para convertirlo en escuela.
“Salazar me dejó allí y siguió para el Estado Mayor. Después de acostarme, al poco rato él otra vez llamándome, me asomo y dice: Sal con el arma larga. Los demás querían irse, me monté con él y allá el rollo que había, preparándose para venir para Camagüey.
“Se había citado a un grupo de oficiales, gente mayormente de la columna de Camilo. Llegué al despacho de él. No era tan difícil entrar. Recuerdo que estaba detrás del buró, había un montón de oficiales y cogió una granada y me la tiró. Eran cosas de él. La eché en el bolsillo. Recuerdo que estaba en camiseta.
“Tenía una 38 situada en la sobaquera y de allí se organizó la partida. Se mandaron a buscar armas a los almacenes de la retaguardia en San Ambrosio, pero que no pudieron utilizarse, había que quitarle toda la grasa de preservación.
“Nos pertrechamos mejor en la misma armería del Estado Mayor y Camilo se montó en el camión con nosotros, al menos en el que yo iba, hasta el aeropuerto de Columbia. Había dos aviones. Allí se bajó y no lo vi más hasta después en que llegamos a Camagüey.
“Él apenas bajó preguntó por la situación, la cual estaba controlada. El jefe de la Policía que era Arsenio García estaba allí y Mendoza con una serie de compañeros. Prácticamente todos los compañeros que vinimos en los dos aviones, nos quedamos en el aeropuerto y él salió solo con dos o tres compañeros en un yipi Willy descapotado para Camagüey.
“La mayoría de los que llegamos tuvimos que esperar para entrar a Camagüey. Momentos después se aparecieron en el aeropuerto con Hubert Matos y otros oficiales, a los que, en definitiva, con otros compañeros, ayudé a llevarlos hasta el avión DC3 viejo que los condujo para La Habana”.
Después del acontecimiento del 21 de octubre ¿volvió a ver a Camilo?
“Esa misma noche, Salazar y yo dormimos en la misma cama de Hubert Matos en el cuartel Agramonte y al otro día, por la mañana, Camilo hizo una reunión en la oficina del traidor al lado del balcón y empezó a designar los cargos y demás.
“A Salazar y a mi nos mandó para Morón urgente con la misión de verificar como estaba todo aquello. Imagínate tú, no se sabía bien cual era la situación en los escuadrones. Estuvimos dos o tres días.
“Según hablé con Manolo Espinosa (Cabeza) el me dijo que estuvimos el 25 de octubre en Ciego de Ávila con el mismo objetivo, de comprobar como andaban las cosas. De ahí vinimos a Camagüey y Camilo nombró a Pancho Parra, jefe de Escuadrón.
“Independientemente de que El Chino Figueredo estaba en Ciego de Ávila y él lo nombró inspector territorial del Regimiento.
“Estuvimos en Ciego. Allí recibí recibí una lección de calidad humana de Camilo, de la sensibilidad suya. Es una anécdota que viví.
“Pocos días antes del 21 de octubre, Camilo me había mandado a San Ambrosio a buscar dos cajas de pistolas Rawlins y como faltaba una le dije al capitán que había que hacer el recibo como es.
“Al entrar en la oficina de Camilo se las dejo encima del buró, pero en su oficina siempre había un grupo de compañeros. Y de aquella que estaba abierta empezó a dar pistolas a todas las personas que estaban allí.
“Cuando se enteraron llegaron un poco más y me retiré, me dio pena quedarme allí para que no se pensara de que quería que me diera una pistola. El objetivo era que me firmara el vale. ¿Quién te dice a ti que según Manolo Espinosa, a quien vi hace como tres años en que fui a verlo en la Víbora, me dijo fue el 25 de octubre en que él me dijo: dame la pistola, era una pistola colt con escacha de plata y de oro.
“Digo: coño Manolo, no me la quite. No, si te traigo una nueva, aquí te la manda Camilo. ¿Qué te parece? Como ese hombre con todos los problemas que había se acordó de mi en aquel momento. ¿Qué te dice de la personalidad de Camilo?. Eso lo viví yo, esa grandeza, ese respeto a él mismo y a los demás, ese reconocimiento que yo no merecía naturalmente.
“Eso me marcó no por el regalo físico sino por el gesto, por la acción, por el recuerdo”.
–Fue un momento difícil cuando se da por desaparecido a Camilo. ¿Cómo recibiste esa mala noticia?
“Imagínate tú, estábamos en Ciego de Ávila todavía. Allí había varios particulares que tenían aviones propios. Recuerdo que había un teniente del Ejército Rebelde que reparaba máquinas de escribir, era piloto.
Todos los días estuvimos saliendo en un avión particular buscando a Camilo, incluso, recuerdo que, desde La Habana de la oficina del abogado de Camilo, que después fue Secretario de Obras Pública en Cuba vinieron unos abogados con una santera que decía saber donde estaba Camilo.
Aquella gente con el deseo de encontrarlo nos vieron en Ciego de Ávila y nos hicieron venir a Florida para llegar por una línea de ferrocarril a la costa y buscar en un cayo. Lo viramos de arriba a abajo y regresamos decepcionados por no haber tenido éxito.
“Tu me preguntas cómo me sentí yo. ¡Eso se lo puedes preguntar a cualquier cubano por la desaparición de Camilo. Todavía lo estamos sintiendo.
Pablo Soto después inició nuevamente la carrera en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. No le convalidaron ninguna asignatura, pero se recibió como abogado.
La mayor parte de su vida, transcurrida en esta ciudad, donde vive como uno más en el edificio multifamiliar de la calle Lugareño, la dedicó al Tribunal Revolucionario, al trabajo de la Fiscalía y antes de retirarse como letrado de la defensa quedó en su mente la idea de que nació para hacer justicia con la vocación humanista enseñada por Camilo y aprendida también de Fidel, el abogado del pueblo.
Camilo un hombe excepcional
Miguel Peña Maceo mantiene intacto en su memoria el momento en que ordenaron a la Compañía de la Policía Militar, asentada en La Cabaña, desplegarse Camagüey.
Él combatió en la columna del Ejército Rebelde bajo las órdenes del Comandante Juan Almeida Bosque. El testimoniante cuenta que muchas de las veces que fue al Estado Mayor en funciones de trabajo vio a Camilo, pero que la oportunidad de conversar con él se originó en Camagüey en dos ocasiones, precisamente, una de ellas el 22 de octubre.
“En la parte anterior de la oficina donde él estaba había teléfono y dirigiéndose a mi dijo: “Ese teléfono nadie puede cogerlo, a no ser yo” y según Peña era lógico, quizás los vestigios de las tropas de Matos quisieran tomar el aparato para cualquier acto contrario a la Revolución.
“Nadie sabía la hora en que llegaba Camilo. A veces cuando estabas en la posta principal por donde debía de entrar, sí, no en la última o en la microonda”, sostiene el entrevistado antes de hablar sobre la vez en que Camilo se apareció en horas de la madrugada.
“Me cuadré delante de él, mandó a ponerme cómodo y acto seguido preguntó: “¿Desayunó? ¿Le dieron café?. Respondí: el café y el desayuno es cuando uno sale de la posta. Lo noté molesto y salió rumbo a la cocina. A los diez o quince minutos estaba el cocinero con una jarra de leche y café, no solo para mi si no para todos los que estábamos de guardia”.
–¿Cómo recuerdas a Camilo?
–”Como un hombre alegre, noble, humilde y de buen corazón. Leal a Fidel que ni en la pelota jugaba contra él. Nunca lo vi ofender a nadie”.
–¿Cómo lo definiría?
–”Como un cubano y revolucionario de verdad. No se me olvida cuando el 26 de octubre en La Habana dijo que esta Revolución es más verde que las palmas y los poemas de Bonifacio Byrne: si desecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día, nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía”.
En estos días de octubre de 1959 Miguel conoció a Gladys Alonso Álvarez, su esposa. Son ya casi 55 años de casados. Tienen dos hijos. Ella vivía en la calle Primera, frente a la posta del cuartel Agramonte cuando acaecieron aquellos hechos.
“Subida en el techo de mi casa me asomé a la posta. Vi a Camilo y a Hubert Matos. Por suerte no hubo derramamiento de sangre”.
Miguel echó raíces en Camagüey, lejos de su Palma Soriano natal, escenario principal de sus acciones clandestinas antes de tomar los picos de la Sierra Maestra. Nunca ha olvidado a Camilo, el Señor de la Vanguardia, condición que volvió a ratificar aquí en los tenebrosos días de la traición.
A Camilo hay que recordarlo vivo (+ Video)
¿Quién no sucumbiría ante un carácter jovial, jaranero y lleno de “maldades”? Su simpatía personal y su eterna sonrisa, características que lleva consigo la idiosincrasia de la mayoría de los cubanos, lo convirtieron en un guerrillero de estirpe popular.
Esa misma picardía mantiene Ivo Conde Martínez, quien tuvo la suerte y el honor de compartir parte de la infancia y su etapa juvenil con Camilo Cienfuegos Gorriarán, cada vez que recuerda las anécdota de su entrañable amigo.
Con ellas cierra la mayoría de los conversatorios que realiza sobre la personalidad del Héroe de Yaguajay, regalándole al auditorio una gran sonrisa.
Recobra Aldo la paz
Luego de ser operado el 22 de enero de 1959 de las amígdalas en el Hospital Militar Finlay de Columbia, Camilo se sentía aburrido y le comenta a sus compañeros: “Estoy ansioso por hacer algo que me saque de esta monotonía. Al rato se le ocurrió hacerle una broma a Aldo el piloto que trabajaba con él.
La idea era darle celos a la esposa y junto a la enfermera que lo atendió durante su recuperación, llamaron a casa de dicho amigo. La cómplice preguntó por Aldo, fingiendo haber estado con él hacía dos meses cuando su helicóptero sufrió un desperfecto y tuvieron que hacer un aterrizaje forzoso en una finca, por lo que ahora él tenía que responder por las consecuencias de aquella acción.
Ante esa realidad, imagínese la reacción de una mujer, aunque sea de las que dice que no es celosa. Cuando el piloto llegó a su casa tenía todas sus cosas recogidas y las maletas en la puerta.
Cabizbajo y sin hallar una solución, Aldo se aparece en el hospital y le cuenta lo sucedido a Camilo. Este actuó como si nada y continuó echándole leña al fuego: “En el tiempo que fuiste a resolver el problema con el mecánico, bien pudo haber sucedido esa aventura”.
A lo que Aldo responde: “No fastidies Camilo, que el único que sabía eso eras tú. ¿Cómo arreglarás esta jodedera tuya?”
Camilo confiesa que se le fue la mano. Llama a la enfermera, para que convenza a la esposa de Aldo de que había sido una broma. Finalmente, ante la negativa de creer esa historia, tuvieron que reunirse todos en el hospital para devolverle la paz a Aldo.
“El día que este se case, la broma se la hago yo”
En el Estado Mayor del Ejército había un capitán que le hacía maldades a los novios el día de la boda o al carro destinado para llevar a las parejas a la luna de miel.
En una ocasión, Camilo expresó: “Cuando este se case el que le va hacer la broma soy yo, esto es cosa mía.
En efecto, al cabo de tres meses el capitán anunció su compromiso y desde aquel momento comenzó a fraguarse la venganza. El plan era emborracharlo el día antes, mientras que sus compañeros fingían seguirle la rima. Cuando el capitán cayó, se dirigieron hasta la Casa de Socorro de Ave 51 y 124, donde lo enyesaron de la cintura hasta los tobillos.
Alarmado el capitán se preguntaba: “¿Cómo pasó esto…..y mi boda…y mi luna de miel?”
Camilo le hizo creer que se había caído borracho del jeep y que con el golpe se había fracturado la cadera y las piernas.
Así se casó el bromista capitán y tuvo una primera noche de luna de miel “limitada” en el Hotel Hilton, hoy Habana Libre.
A varios de sus compañeros le atemorizó la idea de que el capitán conociera del engaño, pues su enfurecimiento recaería sobre el resto del grupo y no de Camilo.
Al día siguiente, con natural destreza, Camilo resolvió el problema. Llamó al hotel, lo llevó al Hospital Calixto García y le confesó que era una broma suya.
Aminorar la furia del capitán con el resto de los compañeros era el siguiente paso, por lo que Camilo les pidió que se perdieran por tres días de la capital. Así dieron tiempo a que el capitán estuviera con su esposa, recobrara el tiempo perdido y se le olvidara la molestia.
Esa misma picardía mantiene Ivo Conde Martínez, quien tuvo la suerte y el honor de compartir parte de la infancia y su etapa juvenil con Camilo Cienfuegos Gorriarán, cada vez que recuerda las anécdota de su entrañable amigo.
Con ellas cierra la mayoría de los conversatorios que realiza sobre la personalidad del Héroe de Yaguajay, regalándole al auditorio una gran sonrisa.
Recobra Aldo la paz
Luego de ser operado el 22 de enero de 1959 de las amígdalas en el Hospital Militar Finlay de Columbia, Camilo se sentía aburrido y le comenta a sus compañeros: “Estoy ansioso por hacer algo que me saque de esta monotonía. Al rato se le ocurrió hacerle una broma a Aldo el piloto que trabajaba con él.
La idea era darle celos a la esposa y junto a la enfermera que lo atendió durante su recuperación, llamaron a casa de dicho amigo. La cómplice preguntó por Aldo, fingiendo haber estado con él hacía dos meses cuando su helicóptero sufrió un desperfecto y tuvieron que hacer un aterrizaje forzoso en una finca, por lo que ahora él tenía que responder por las consecuencias de aquella acción.
Ante esa realidad, imagínese la reacción de una mujer, aunque sea de las que dice que no es celosa. Cuando el piloto llegó a su casa tenía todas sus cosas recogidas y las maletas en la puerta.
Cabizbajo y sin hallar una solución, Aldo se aparece en el hospital y le cuenta lo sucedido a Camilo. Este actuó como si nada y continuó echándole leña al fuego: “En el tiempo que fuiste a resolver el problema con el mecánico, bien pudo haber sucedido esa aventura”.
A lo que Aldo responde: “No fastidies Camilo, que el único que sabía eso eras tú. ¿Cómo arreglarás esta jodedera tuya?”
Camilo confiesa que se le fue la mano. Llama a la enfermera, para que convenza a la esposa de Aldo de que había sido una broma. Finalmente, ante la negativa de creer esa historia, tuvieron que reunirse todos en el hospital para devolverle la paz a Aldo.
“El día que este se case, la broma se la hago yo”
En el Estado Mayor del Ejército había un capitán que le hacía maldades a los novios el día de la boda o al carro destinado para llevar a las parejas a la luna de miel.
En una ocasión, Camilo expresó: “Cuando este se case el que le va hacer la broma soy yo, esto es cosa mía.
En efecto, al cabo de tres meses el capitán anunció su compromiso y desde aquel momento comenzó a fraguarse la venganza. El plan era emborracharlo el día antes, mientras que sus compañeros fingían seguirle la rima. Cuando el capitán cayó, se dirigieron hasta la Casa de Socorro de Ave 51 y 124, donde lo enyesaron de la cintura hasta los tobillos.
Alarmado el capitán se preguntaba: “¿Cómo pasó esto…..y mi boda…y mi luna de miel?”
Camilo le hizo creer que se había caído borracho del jeep y que con el golpe se había fracturado la cadera y las piernas.
Así se casó el bromista capitán y tuvo una primera noche de luna de miel “limitada” en el Hotel Hilton, hoy Habana Libre.
A varios de sus compañeros le atemorizó la idea de que el capitán conociera del engaño, pues su enfurecimiento recaería sobre el resto del grupo y no de Camilo.
Al día siguiente, con natural destreza, Camilo resolvió el problema. Llamó al hotel, lo llevó al Hospital Calixto García y le confesó que era una broma suya.
Aminorar la furia del capitán con el resto de los compañeros era el siguiente paso, por lo que Camilo les pidió que se perdieran por tres días de la capital. Así dieron tiempo a que el capitán estuviera con su esposa, recobrara el tiempo perdido y se le olvidara la molestia.
Verdades irrefutables contra falsedades evidentes sobre Venezuela
El martes 7 de octubre de 2014 el diario El País publicó, en sus páginas de Opinión, una tribuna sobre la República Bolivariana de Venezuela, firmada por un tal Diego Arria, de quien dicho periódico simplemente nos dice que “fue embajador de Venezuela ante la ONU y asesor especial del secretario general Kofi Annan”.
En él habla de “la tiranía comunista venezolana que es conocida por proporcionar pasaportes a terroristas de Hezbolá y por su cooperación con los narcoterroristas de las FARC” (gravísimas acusaciones que el autor no considera necesario fundamentar, seguramente porque es imposible: lo único que Venezuela ha mandado a Palestina, arrasada una vez más, son 80 toneladas de ayuda humanitaria, alimentos y medicinas; en cuanto al conflicto colombiano, el señor Arria yerra el tiro, pues no es el Gobierno venezolano el que se está sentando con las FARC sino el propio gobierno colombiano, cuyo Presidente Juan Manuel Santos estaría, según el sagaz articulista, “apoyando al régimen de Maduro”).
A continuación califica de delincuentes a los gobernantes bolivarianos democráticamente elegidos y habla del “colapso de la democracia y del Estado de derecho, del linchamiento judicial, tortura y persecución contra los disidentes, de la inexistencia de la libertad de expresión, del récord olímpico de violaciones a los derechos humanos, debidamente documentadas —según él— por la ONU”, la cual también sabría que “el régimen está controlado por el Gobierno cubano”. Alega como única prueba de todo esto que la “dictadura venezolana rompió relaciones con Israel y lo calificó de Estado genocida, apoyó a los palestinos y se declaró enemigo del Estado sionista y de los Estados Unidos”… lo cual a ciencia cierta debe de ser la única verdad en todo el libelo.
De sus palabras habría que deducir que los castro-comunistas-chavistas se han hecho con el control de la ONU, ya que sólo así se explicaría que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) haya decidido que su Plan de Acción para la Erradicación del Hambre y la Pobreza lleve por nombre “Hugo Chávez Frías”. O que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconozca a Venezuela como el quinto país con mayor matrícula universitaria del mundo y segundo en Latinoamérica (sólo por detrás de… sí, de Cuba).
Actualmente, uno de cada tres habitantes de Venezuela bolivariana está estudiando, para lo que el Estado ha tenido que construir miles de centros de enseñanza primaria, secundaria y por cierto, 22 universidades públicas y más de 1500 Aldeas Universitarias (importantísima misión por la que se consigue llevar las clases universitarias a los lugares más remotos del país). La educación es completamente gratuita en todos los niveles —gratuita de verdad, no como en España—, incluyendo los libros de texto y el transporte, las tres comidas diarias y también los ordenadores portátiles o tablets para el alumnado (más de tres millones y medio han entregado ya) y los viajes vacacionales, que por sexto año consecutivo disfrutaron gratuitamente más de dos millones y medio de niños y niñas.
O también que el representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconozca el avance que ha registrado Venezuela en el cumplimiento de las Metas del Milenio, dirigidas a desarrollar una mayor equidad e inclusión social para la población: “Venezuela tiene un comportamiento bastante bueno a través de las Misiones, donde el tema de la alimentación, de la educación, del acceso a la salud, de la reducción de la pobreza y la erradicación de la pobreza extrema (aspecto en el que Venezuela ha bajado en diez años de 22 al 5’5%) están en muy buena vía; la promoción de la equidad de género y de autonomía de la mujer; reducción de la mortalidad infantil y materna, combate del VIH/Sida, malaria y otras enfermedades endémicas; asegurar la sostenibilidad ambiental, etc”. ¡Qué extraña y atípica dictadura!
O que, en estos tiempos de crisis económica internacional, por la cual en España se producen más de doscientos desahucios diarios desde hace años, en cambio el gobierno venezolano ha superado la cifra de 650.000 viviendas entregadas a otras tantas familias necesitadas, habiendo otras trescientas mil en construcción, en camino hacia el objetivo marcado para 2019 de tres millones de viviendas sociales. ¡Qué extraña y atípica democracia!
Dado que Venezuela es el país del mundo con mayor porcentaje en gasto social, destinándose a lo que allí denominan “inversión social” el 64% del PNB, sería imposible recoger en un breve artículo todos los logros que ello ha posibilitado y que, vistos desde España, producen sonrojo y sana envidia. Baste por tanto citar algunos de ellos:
-Aprobación de la Ley de prevención de la violencia machista más avanzada, sin ninguna duda, del mundo, que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia y deja en pañales las de otros países, tan cacareadas como ineficientes, como la española. Esta ley distingue entre 19 tipos de violencia machista y defiende a todas las mujeres, al contrario que la española que sólo protege a las compañeras o excompañeras sentimentales, mientras desprotege a todas las demás (madres, hijas, hermanas, amigas, simples conocidas, desconocidas, y por supuesto prostitutas).
-Se han construido 10.187 Módulos de Atención Médica Primaria permanente (24 horas) y 3.000 grandes Centros de Diagnóstico Integral (200 anuales durante 15 años). Además, se incluye en la Sanidad pública gratuita la atención oculista y la bucodental, que en el Primer Mundo nos cuesta un ojo de la cara.
-Gracias a la Misión Milagro han recuperado la vista, total o parcialmente, millones de personas sin recursos de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Guyana, Granada, Haití, Honduras, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, y ahora también de Palestina, África, Asia, ¡Europa! (Italia y Portugal) e incluso EEUU. En julio de este año se cumplieron diez años desde que comenzó esta increíble hazaña, alcanzándose ese mes la cifra de 3.400.000 beneficiadas. El mismo camino lleva la Misión Sonrisa, que convirtió la salud bucodental en política de Estado.
-Como también ha avalado la ONU, el analfabetismo ha sido erradicado, y se lleva el mismo camino en cuanto a la alfabetización digital. Esto, junto con una política cultural ejemplar, de edición masiva de libros de literatura universal, poesía y teatro (se calculan más de 43 millones de ejemplares editados y distribuidos gratuitamente) y la proliferación de bibliotecas públicas, la recuperación de salas de teatro y cine, y la promoción y producción de obras y películas nacionales ha convertido a Venezuela en uno de los países con un índice de lectura más elevado del continente y superior, por cierto, al de países desarrollados como EEUU y sí, también al de España.
-Incremento espectacular del número de pensionistas (se multiplicó por 9), que ya se acerca a los tres millones.
-¿No hay libertad de expresión? En 1998, cuando Chávez ganó sus primeras elecciones, existían 331 radios privadas, en 2010 eran 466. En 1998 eran 32 las televisiones privadas, hoy son 61. Ni un solo medio de comunicación escrito o audiovisual ha sido cerrado, en estos 15 años, a pesar de los continuos llamados al magnicidio y de los constantes insultos racistas contra el presidente de la República (antes Chávez o ahora Maduro) al que lo más bonito que le llaman es mono, apelativo racista con el que históricamente los señoritos de la élite se refirieron a la mayoría negra o mestiza o, simplemente, pobre. No podemos decir lo mismo de la democracia española, donde sí se han cerrado periódicos, revistas y emisoras de radio por orden gubernativa.
De hecho, el pueblo venezolano se ha dotado de la Constitución más avanzada y garantista del mundo, por la que, incluso, se observa el derecho a revocar al gobierno a mitad del mandato, por referéndum, cosa que la oposición también ha intentado sin éxito. No hay otro país en el mundo que haya realizado más procesos electorales (19 en 15 años), todos ellos supervisados por observadores internacionales nada sospechosos de infiltración bolchevique, como el Carter Center, la OEA, o los enviados por el Congreso de los diputados español, que a regañadientes tuvieron que certificar la escrupulosa limpieza de los procesos electorales, hecho éste que, por otra parte, ha redundado en un aumento constante y sostenido en el porcentaje de participación, hasta alcanzar niveles de record histórico que sobrepasan por mucho los maltrechos porcentajes que ostentamos en la vieja y civilizada Europa.
Pero, ¿quién es el autor de semejante libelo del que El País presenta un currículo tan escueto? Ciertamente los antecedentes de Diego Arria son mucho más extensos y harto conocidos en aquel país. De hecho, ha ocupado todo tipo de cargos desde finales de la década de los 60: Este patriota, que no prestó servicio militar en su país pero sí en la Academia Militar de Augusta, Virginia (USA), que no estudió en la universidad venezolana pero se graduó en la de Michigan (USA), y que inició su vida profesional en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington (USA), es recordado por su vinculación con sonados casos de corrupción durante la IV República, al lado del defenestrado Carlos Andrés Pérez. Fue Diputado al Congreso, Ministro de Información, ministro de Turismo, Gobernador de Caracas, embajador venezolano ante la ONU, Presidente del Consejo de Seguridad y Secretario Asistente y Consejero del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas… Todo esto mientras el 80% de la población venezolana se consumía en la miseria y exclusión más absoluta, en casas de cartón, con unas tasas de analfabetismo espeluznantes, donde dos de cada tres habitantes nunca habían visto un médico.
Diego Arria está considerado el mejor exponente de la corrupción en Venezuela. Entre sus numerosos escándalos se pueden citar la compra a tremendo sobreprecio, siendo gobernador de Caracas, de múltiples terrenos con los que amasó pingües y millonarios beneficios. O el de la compra y transporte desde Europa de más de 800 autocares cochambrosos, al punto de inservibles: tenían el suelo de cartón piedra y con la lluvia se pudrieron. Un niño perdió la vida al ceder el suelo de uno de los vehículos. Al ex gobernador no se le pidieron responsabilidades por la operación fraudulenta, ni se realizó investigación alguna sobre ese hecho abominable. Eso sí, él se embolsó hartos millones de las arcas públicas, mientras los autobuses fueron arrinconados en una cuneta como chatarra, que costó su peso en oro.
En 1988 se sumó a la campaña de Carlos Andrés Pérez, siendo designado embajador de Venezuela ante la ONU, mientras su presidente ejecutaba la masacre (en febrero de 1989) que pasará a la historia como el Caracazo, con miles de muertos en las fosas comunes.
Ultraderechista, anticomunista, exponente del macartismo-betancourista, reaparece en Honduras en noviembre de 2009 como observador en las elecciones que convocó el asesino golpista Micheletti para legitimar su régimen de facto. Defensor de los intereses norteamericanos en Venezuela, regresa al país para unirse a la Mesa de la Unidad Democrática (conocida popularmente como Mesa de Ultra Derecha), en la que presentó su candidatura en las primarias organizadas por dicha entidad política, quedando penúltimo con el 1% de los votos. Es decir, ni siquiera le votan 99 de cada 100 opositores.
Esta es la realidad y así la hemos contado, como decía algún excelso periodista. Claro que semejante personaje y todas sus patrañas, no desentonan en ese periódico, El País, antaño portavoz de la progresía ibérica y hoy rancio entre los rancios: el mismo día, martes 7, compartía la página de Opinión del susodicho con otro demócrata de toda la vida, adalid de las libertades y de la modernidad, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Dubai.
Y es que Dios los cría y ellos se juntan.
En él habla de “la tiranía comunista venezolana que es conocida por proporcionar pasaportes a terroristas de Hezbolá y por su cooperación con los narcoterroristas de las FARC” (gravísimas acusaciones que el autor no considera necesario fundamentar, seguramente porque es imposible: lo único que Venezuela ha mandado a Palestina, arrasada una vez más, son 80 toneladas de ayuda humanitaria, alimentos y medicinas; en cuanto al conflicto colombiano, el señor Arria yerra el tiro, pues no es el Gobierno venezolano el que se está sentando con las FARC sino el propio gobierno colombiano, cuyo Presidente Juan Manuel Santos estaría, según el sagaz articulista, “apoyando al régimen de Maduro”).
A continuación califica de delincuentes a los gobernantes bolivarianos democráticamente elegidos y habla del “colapso de la democracia y del Estado de derecho, del linchamiento judicial, tortura y persecución contra los disidentes, de la inexistencia de la libertad de expresión, del récord olímpico de violaciones a los derechos humanos, debidamente documentadas —según él— por la ONU”, la cual también sabría que “el régimen está controlado por el Gobierno cubano”. Alega como única prueba de todo esto que la “dictadura venezolana rompió relaciones con Israel y lo calificó de Estado genocida, apoyó a los palestinos y se declaró enemigo del Estado sionista y de los Estados Unidos”… lo cual a ciencia cierta debe de ser la única verdad en todo el libelo.
De sus palabras habría que deducir que los castro-comunistas-chavistas se han hecho con el control de la ONU, ya que sólo así se explicaría que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) haya decidido que su Plan de Acción para la Erradicación del Hambre y la Pobreza lleve por nombre “Hugo Chávez Frías”. O que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconozca a Venezuela como el quinto país con mayor matrícula universitaria del mundo y segundo en Latinoamérica (sólo por detrás de… sí, de Cuba).
Actualmente, uno de cada tres habitantes de Venezuela bolivariana está estudiando, para lo que el Estado ha tenido que construir miles de centros de enseñanza primaria, secundaria y por cierto, 22 universidades públicas y más de 1500 Aldeas Universitarias (importantísima misión por la que se consigue llevar las clases universitarias a los lugares más remotos del país). La educación es completamente gratuita en todos los niveles —gratuita de verdad, no como en España—, incluyendo los libros de texto y el transporte, las tres comidas diarias y también los ordenadores portátiles o tablets para el alumnado (más de tres millones y medio han entregado ya) y los viajes vacacionales, que por sexto año consecutivo disfrutaron gratuitamente más de dos millones y medio de niños y niñas.
O también que el representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconozca el avance que ha registrado Venezuela en el cumplimiento de las Metas del Milenio, dirigidas a desarrollar una mayor equidad e inclusión social para la población: “Venezuela tiene un comportamiento bastante bueno a través de las Misiones, donde el tema de la alimentación, de la educación, del acceso a la salud, de la reducción de la pobreza y la erradicación de la pobreza extrema (aspecto en el que Venezuela ha bajado en diez años de 22 al 5’5%) están en muy buena vía; la promoción de la equidad de género y de autonomía de la mujer; reducción de la mortalidad infantil y materna, combate del VIH/Sida, malaria y otras enfermedades endémicas; asegurar la sostenibilidad ambiental, etc”. ¡Qué extraña y atípica dictadura!
O que, en estos tiempos de crisis económica internacional, por la cual en España se producen más de doscientos desahucios diarios desde hace años, en cambio el gobierno venezolano ha superado la cifra de 650.000 viviendas entregadas a otras tantas familias necesitadas, habiendo otras trescientas mil en construcción, en camino hacia el objetivo marcado para 2019 de tres millones de viviendas sociales. ¡Qué extraña y atípica democracia!
Dado que Venezuela es el país del mundo con mayor porcentaje en gasto social, destinándose a lo que allí denominan “inversión social” el 64% del PNB, sería imposible recoger en un breve artículo todos los logros que ello ha posibilitado y que, vistos desde España, producen sonrojo y sana envidia. Baste por tanto citar algunos de ellos:
-Aprobación de la Ley de prevención de la violencia machista más avanzada, sin ninguna duda, del mundo, que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia y deja en pañales las de otros países, tan cacareadas como ineficientes, como la española. Esta ley distingue entre 19 tipos de violencia machista y defiende a todas las mujeres, al contrario que la española que sólo protege a las compañeras o excompañeras sentimentales, mientras desprotege a todas las demás (madres, hijas, hermanas, amigas, simples conocidas, desconocidas, y por supuesto prostitutas).
-Se han construido 10.187 Módulos de Atención Médica Primaria permanente (24 horas) y 3.000 grandes Centros de Diagnóstico Integral (200 anuales durante 15 años). Además, se incluye en la Sanidad pública gratuita la atención oculista y la bucodental, que en el Primer Mundo nos cuesta un ojo de la cara.
-Gracias a la Misión Milagro han recuperado la vista, total o parcialmente, millones de personas sin recursos de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Guyana, Granada, Haití, Honduras, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, y ahora también de Palestina, África, Asia, ¡Europa! (Italia y Portugal) e incluso EEUU. En julio de este año se cumplieron diez años desde que comenzó esta increíble hazaña, alcanzándose ese mes la cifra de 3.400.000 beneficiadas. El mismo camino lleva la Misión Sonrisa, que convirtió la salud bucodental en política de Estado.
-Como también ha avalado la ONU, el analfabetismo ha sido erradicado, y se lleva el mismo camino en cuanto a la alfabetización digital. Esto, junto con una política cultural ejemplar, de edición masiva de libros de literatura universal, poesía y teatro (se calculan más de 43 millones de ejemplares editados y distribuidos gratuitamente) y la proliferación de bibliotecas públicas, la recuperación de salas de teatro y cine, y la promoción y producción de obras y películas nacionales ha convertido a Venezuela en uno de los países con un índice de lectura más elevado del continente y superior, por cierto, al de países desarrollados como EEUU y sí, también al de España.
-Incremento espectacular del número de pensionistas (se multiplicó por 9), que ya se acerca a los tres millones.
-¿No hay libertad de expresión? En 1998, cuando Chávez ganó sus primeras elecciones, existían 331 radios privadas, en 2010 eran 466. En 1998 eran 32 las televisiones privadas, hoy son 61. Ni un solo medio de comunicación escrito o audiovisual ha sido cerrado, en estos 15 años, a pesar de los continuos llamados al magnicidio y de los constantes insultos racistas contra el presidente de la República (antes Chávez o ahora Maduro) al que lo más bonito que le llaman es mono, apelativo racista con el que históricamente los señoritos de la élite se refirieron a la mayoría negra o mestiza o, simplemente, pobre. No podemos decir lo mismo de la democracia española, donde sí se han cerrado periódicos, revistas y emisoras de radio por orden gubernativa.
De hecho, el pueblo venezolano se ha dotado de la Constitución más avanzada y garantista del mundo, por la que, incluso, se observa el derecho a revocar al gobierno a mitad del mandato, por referéndum, cosa que la oposición también ha intentado sin éxito. No hay otro país en el mundo que haya realizado más procesos electorales (19 en 15 años), todos ellos supervisados por observadores internacionales nada sospechosos de infiltración bolchevique, como el Carter Center, la OEA, o los enviados por el Congreso de los diputados español, que a regañadientes tuvieron que certificar la escrupulosa limpieza de los procesos electorales, hecho éste que, por otra parte, ha redundado en un aumento constante y sostenido en el porcentaje de participación, hasta alcanzar niveles de record histórico que sobrepasan por mucho los maltrechos porcentajes que ostentamos en la vieja y civilizada Europa.
Pero, ¿quién es el autor de semejante libelo del que El País presenta un currículo tan escueto? Ciertamente los antecedentes de Diego Arria son mucho más extensos y harto conocidos en aquel país. De hecho, ha ocupado todo tipo de cargos desde finales de la década de los 60: Este patriota, que no prestó servicio militar en su país pero sí en la Academia Militar de Augusta, Virginia (USA), que no estudió en la universidad venezolana pero se graduó en la de Michigan (USA), y que inició su vida profesional en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington (USA), es recordado por su vinculación con sonados casos de corrupción durante la IV República, al lado del defenestrado Carlos Andrés Pérez. Fue Diputado al Congreso, Ministro de Información, ministro de Turismo, Gobernador de Caracas, embajador venezolano ante la ONU, Presidente del Consejo de Seguridad y Secretario Asistente y Consejero del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas… Todo esto mientras el 80% de la población venezolana se consumía en la miseria y exclusión más absoluta, en casas de cartón, con unas tasas de analfabetismo espeluznantes, donde dos de cada tres habitantes nunca habían visto un médico.
Diego Arria está considerado el mejor exponente de la corrupción en Venezuela. Entre sus numerosos escándalos se pueden citar la compra a tremendo sobreprecio, siendo gobernador de Caracas, de múltiples terrenos con los que amasó pingües y millonarios beneficios. O el de la compra y transporte desde Europa de más de 800 autocares cochambrosos, al punto de inservibles: tenían el suelo de cartón piedra y con la lluvia se pudrieron. Un niño perdió la vida al ceder el suelo de uno de los vehículos. Al ex gobernador no se le pidieron responsabilidades por la operación fraudulenta, ni se realizó investigación alguna sobre ese hecho abominable. Eso sí, él se embolsó hartos millones de las arcas públicas, mientras los autobuses fueron arrinconados en una cuneta como chatarra, que costó su peso en oro.
En 1988 se sumó a la campaña de Carlos Andrés Pérez, siendo designado embajador de Venezuela ante la ONU, mientras su presidente ejecutaba la masacre (en febrero de 1989) que pasará a la historia como el Caracazo, con miles de muertos en las fosas comunes.
Ultraderechista, anticomunista, exponente del macartismo-betancourista, reaparece en Honduras en noviembre de 2009 como observador en las elecciones que convocó el asesino golpista Micheletti para legitimar su régimen de facto. Defensor de los intereses norteamericanos en Venezuela, regresa al país para unirse a la Mesa de la Unidad Democrática (conocida popularmente como Mesa de Ultra Derecha), en la que presentó su candidatura en las primarias organizadas por dicha entidad política, quedando penúltimo con el 1% de los votos. Es decir, ni siquiera le votan 99 de cada 100 opositores.
Esta es la realidad y así la hemos contado, como decía algún excelso periodista. Claro que semejante personaje y todas sus patrañas, no desentonan en ese periódico, El País, antaño portavoz de la progresía ibérica y hoy rancio entre los rancios: el mismo día, martes 7, compartía la página de Opinión del susodicho con otro demócrata de toda la vida, adalid de las libertades y de la modernidad, el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Dubai.
Y es que Dios los cría y ellos se juntan.
The New York Times: EEUU y Cuba más próximos contra el Ébola, enfureciendo a republicanos
Después de un poco de cobertura inicial, Estados Unidos parece haber abrazado la idea de trabajar en estrecha colaboración con Cuba como parte de la respuesta mundial a la epidemia de Ébola.
Un funcionario de nivel medio de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) asistió a una cumbre regional en La Habana el miércoles, organizada por una asociación de tendencia de izquierda de las naciones latinoamericanas.
“Esta es una urgencia mundial y todos debemos trabajar juntos y cooperar”, dijo Nelson Arboleda, director de los CDC para Centroamérica, a los periodistas en la conferencia.
La conferencia fue organizada por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, también conocido como el ALBA, un grupo regional cuyos miembros incluyen a Venezuela, Bolivia y Ecuador. Es justo decir que los Estados Unidos no están por lo general en la lista de invitados de las cumbres del ALBA, ya que el grupo está liderado por los países con relaciones difíciles con Washington, y se formó en parte para contrarrestar su influencia en el hemisferio.
Pero si hay un lado positivo en la crisis del Ébola, parece ser la inyección de una dosis de pragmatismo a la relación usualmente venenosa de Washington con La Habana.
Cuba se ha convertido en uno de los principales actores en el esfuerzo por contener el Ébola en África Occidental, tras el compromiso de desplegar cientos de médicos y enfermeras para tratar a los pacientes en los tres países con el mayor número de casos.
A medida que la primera oleada de médicos cubanos llegaba a África, los funcionarios de los Estados Unidos parecían incapaces de decidir si iban a colaborar con ellos en el trabajo de campo. Dijeron más tarde, felizmente, que lo harían, pero se han quedado cortos al ofrecerse para tratar o evacuar al personal médico cubano que pueda contraer el virus.
El diario estatal de Cuba, Granma, destacó la asistencia del Sr. Arboleda de pasada; no abordó su visita como un momento decisivo. Del mismo modo, cuando el secretario de Estado John F. Kerry recientemente pronunció un discurso sobre el Ébola, el Departamento de Estado tomó la inusual decisión de invitar al principal diplomático de Cuba en Washington, pero no llamó la atención sobre su asistencia.
Como era de esperar, un par de legisladores republicanos del sur de la Florida han criticado la misión médica cubana. El representante Mario Díaz-Balart criticó a los CDC el jueves por enviar el señor Arboleda a la reunión.
“Es una vergüenza que Estados Unidos envíe a un representante a una reunión del ALBA en La Habana y elogie a la dictadura cubana por envíar mano de obra médica no voluntaria a África Occidental”, dijo en un comunicado.
La representante Ileana Ros-Lehtinen advirtió a principios de este mes que los médicos cubanos que prestan servicios en África podrían traer el virus a América Latina, lo que plantea una amenaza a su comunidad.
“La decisión del régimen de Castro para enviar médicos cubanos es un intento apenas disimulado de propaganda que puede poner en riesgo el sur de Florida”, advirtió.
Afortunadamente, ellos se están convirtiendo cada vez más en voces solitarias en el debate sobre la política hacia Cuba.
Un funcionario de nivel medio de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) asistió a una cumbre regional en La Habana el miércoles, organizada por una asociación de tendencia de izquierda de las naciones latinoamericanas.
“Esta es una urgencia mundial y todos debemos trabajar juntos y cooperar”, dijo Nelson Arboleda, director de los CDC para Centroamérica, a los periodistas en la conferencia.
La conferencia fue organizada por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, también conocido como el ALBA, un grupo regional cuyos miembros incluyen a Venezuela, Bolivia y Ecuador. Es justo decir que los Estados Unidos no están por lo general en la lista de invitados de las cumbres del ALBA, ya que el grupo está liderado por los países con relaciones difíciles con Washington, y se formó en parte para contrarrestar su influencia en el hemisferio.
Pero si hay un lado positivo en la crisis del Ébola, parece ser la inyección de una dosis de pragmatismo a la relación usualmente venenosa de Washington con La Habana.
Cuba se ha convertido en uno de los principales actores en el esfuerzo por contener el Ébola en África Occidental, tras el compromiso de desplegar cientos de médicos y enfermeras para tratar a los pacientes en los tres países con el mayor número de casos.
A medida que la primera oleada de médicos cubanos llegaba a África, los funcionarios de los Estados Unidos parecían incapaces de decidir si iban a colaborar con ellos en el trabajo de campo. Dijeron más tarde, felizmente, que lo harían, pero se han quedado cortos al ofrecerse para tratar o evacuar al personal médico cubano que pueda contraer el virus.
El diario estatal de Cuba, Granma, destacó la asistencia del Sr. Arboleda de pasada; no abordó su visita como un momento decisivo. Del mismo modo, cuando el secretario de Estado John F. Kerry recientemente pronunció un discurso sobre el Ébola, el Departamento de Estado tomó la inusual decisión de invitar al principal diplomático de Cuba en Washington, pero no llamó la atención sobre su asistencia.
Como era de esperar, un par de legisladores republicanos del sur de la Florida han criticado la misión médica cubana. El representante Mario Díaz-Balart criticó a los CDC el jueves por enviar el señor Arboleda a la reunión.
“Es una vergüenza que Estados Unidos envíe a un representante a una reunión del ALBA en La Habana y elogie a la dictadura cubana por envíar mano de obra médica no voluntaria a África Occidental”, dijo en un comunicado.
La representante Ileana Ros-Lehtinen advirtió a principios de este mes que los médicos cubanos que prestan servicios en África podrían traer el virus a América Latina, lo que plantea una amenaza a su comunidad.
“La decisión del régimen de Castro para enviar médicos cubanos es un intento apenas disimulado de propaganda que puede poner en riesgo el sur de Florida”, advirtió.
Afortunadamente, ellos se están convirtiendo cada vez más en voces solitarias en el debate sobre la política hacia Cuba.
Murió en Miami el terrorista Gaspar Jiménez Escobedo
Durante un almuerzo en Miami, en el 2009, los terroristas Orlando Bosch, Gaspar Jiménez y Guillermo Novo.
Según medios en Miami, murió en esa ciudad el pasado 29 de octubre el terrorista Gaspar Jiménez Escobedo, cómplice de Luis Posada Carriles en varios atentados contra instalaciones y civiles cubanos.
Como el autor intelectual de la voladura de un avión civil en pleno vuelo que costó la vida a 73 personas frente a las costas de Barbados, Jiménez Escobedo fue entrenado por la CIA desde 1961, particularmente en el manejo de explosivos.
Era miembro de las organizaciones terroristas Abdala, Cuba Independiente y Democrática y sustituyó al terrorista Orlando Bosh al frente del CORU por encontrarse este último detenido en Venezuela después del atentado al avión de Cubana en Barbados.
Fue el autor y ejecutor de varios atentados contra funcionarios cubanos en representaciones en el exterior.
Junto con los terroristas Gustavo Castillo y Orestes Ruiz Fernández, el 23 de julio de 1976 participó directamente en la ejecución del intento de secuestro del cónsul cubano en la cuidad de Mérida, Estados Unidos Mexicanos, Daniel Ferrer Fernández, donde resultó asesinado el técnico cubano de la Flota Camaronera del Caribe, Artaignan Díaz Díaz. Luego de varios meses detenido, logró evadirse del penal de México.
En 1977 fue detenido por las autoridades norteamericanas acusado de violar la Ley de Neutralidad del Gobierno de EE.UU, aunque lo liberaron posteriormente. En 1986, junto con Silas Cuervo viaja a El Salvador donde se entrevista con el terrorista Luis Posada Carriles para organizar un plan de atentados contra el líder cubano Fidel Castro.
Desde junio de 1993 se vincula al grupo paramilitar de la FNCA, fungiendo desde entonces como uno de sus principales activistas. Se desempeñó como “guardaespaldas” del ex directivo de esa organización Alberto Hernández. Ese mismo año participó en los preparativos para un atentado contra el presidente Fidel Castro durante la toma de posesión del presidente hondureño Carlos Alberto Reina.
Al no efectuarse la visita, el plan queda postergado para Colombia en 1994, durante la IV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, con resultados infructuosos.
Fue uno de los principales enlaces de la FNCA con Posada Carriles en los preparativos del plan de atentado frustrado en Panamá, en función del cual viajó a Centroamérica para reunirse con Posada Carriles y entregarle dinero.
Durante la celebración de la X Cumbre Iberoamericana celebrada en noviembre de 2000 en la República de Panamá, resultó detenido por las autoridades de ese país junto con Posada Carriles , Guillermo Novo Sampol y Pedro Remón Rodríguez, por estar involucrado en un plan de atentado contra el Presidente de Cuba. La ex Presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, indultó a los terroristas en el 2004.
Como Posada Carriles, se radicó en Miami sin cumplir sanción alguna por sus crímenes.
Según medios en Miami, murió en esa ciudad el pasado 29 de octubre el terrorista Gaspar Jiménez Escobedo, cómplice de Luis Posada Carriles en varios atentados contra instalaciones y civiles cubanos.
Como el autor intelectual de la voladura de un avión civil en pleno vuelo que costó la vida a 73 personas frente a las costas de Barbados, Jiménez Escobedo fue entrenado por la CIA desde 1961, particularmente en el manejo de explosivos.
Era miembro de las organizaciones terroristas Abdala, Cuba Independiente y Democrática y sustituyó al terrorista Orlando Bosh al frente del CORU por encontrarse este último detenido en Venezuela después del atentado al avión de Cubana en Barbados.
Fue el autor y ejecutor de varios atentados contra funcionarios cubanos en representaciones en el exterior.
Junto con los terroristas Gustavo Castillo y Orestes Ruiz Fernández, el 23 de julio de 1976 participó directamente en la ejecución del intento de secuestro del cónsul cubano en la cuidad de Mérida, Estados Unidos Mexicanos, Daniel Ferrer Fernández, donde resultó asesinado el técnico cubano de la Flota Camaronera del Caribe, Artaignan Díaz Díaz. Luego de varios meses detenido, logró evadirse del penal de México.
En 1977 fue detenido por las autoridades norteamericanas acusado de violar la Ley de Neutralidad del Gobierno de EE.UU, aunque lo liberaron posteriormente. En 1986, junto con Silas Cuervo viaja a El Salvador donde se entrevista con el terrorista Luis Posada Carriles para organizar un plan de atentados contra el líder cubano Fidel Castro.
Desde junio de 1993 se vincula al grupo paramilitar de la FNCA, fungiendo desde entonces como uno de sus principales activistas. Se desempeñó como “guardaespaldas” del ex directivo de esa organización Alberto Hernández. Ese mismo año participó en los preparativos para un atentado contra el presidente Fidel Castro durante la toma de posesión del presidente hondureño Carlos Alberto Reina.
Al no efectuarse la visita, el plan queda postergado para Colombia en 1994, durante la IV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, con resultados infructuosos.
Fue uno de los principales enlaces de la FNCA con Posada Carriles en los preparativos del plan de atentado frustrado en Panamá, en función del cual viajó a Centroamérica para reunirse con Posada Carriles y entregarle dinero.
Durante la celebración de la X Cumbre Iberoamericana celebrada en noviembre de 2000 en la República de Panamá, resultó detenido por las autoridades de ese país junto con Posada Carriles , Guillermo Novo Sampol y Pedro Remón Rodríguez, por estar involucrado en un plan de atentado contra el Presidente de Cuba. La ex Presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, indultó a los terroristas en el 2004.
Como Posada Carriles, se radicó en Miami sin cumplir sanción alguna por sus crímenes.
Bolivia está cambiando
Para el viajero que vuelve a Bolivia varios años después y camina despacito por las empinadas calles de La Paz, ciudad encaramada entre barrancos escarpados a casi cuatro mil metros de altitud, los cambios saltan a la vista: ya no se ven personas mendigando ni vendedores informales pululando por las aceras. Se percibe que hay pleno empleo. La gente va mejor vestida, luce más sana. Y el aspecto general de la capital se ve más esmerado, más limpio, más verde y ajardinado. Se nota el auge de la construcción. Han surgido decenas de altos edificios llamativos y se han multiplicado los modernos centros comerciales, uno de los cuales posee el mayor complejo de cines (18 salas) de Sudamérica.
Pero lo más espectacular son los sensacionales teleféricos urbanos de tecnología futurista que mantienen sobre la ciudad un permanente ballet de coloridas cabinas, elegantes y etéreas como pompas de jabón. Silenciosas y no contaminantes. Dos líneas funcionan ya, la roja y la amarilla; la tercera, la verde, se inaugurará en las próximas semanas, creando así una red interconectada de transporte por cable de once kilómetros, la más larga del mundo, que permitirá a decenas de miles de paceños ahorrarse un promedio de dos horas diarias de tiempo de transporte.
“Bolivia cambia. Evo cumple” afirman unos carteles en la calle. Y cada cual lo constata. El país es efectivamente otro. Muy distinto al de hace apenas un decenio, cuando estaba considerado “el más pobre de América Latina después de Haití”. En su mayoría corruptos y autoritarios, sus gobernantes se pasaban la vida implorando préstamos a los organismos financieros internacionales, a las principales potencias occidentales o a las organizaciones humanitarias mundiales. Mientras las grandes empresas mineras extranjeras saqueaban el subsuelo, pagándole al Estado regalías de miseria y prolongando el expolio colonial.
País relativamente poco poblado (unos diez millones de habitantes), Bolivia posee una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados (dos veces Francia). Sus entrañas rebosan de riquezas: plata (piénsese en Potosí…), oro, estaño, hierro, cobre, zinc, tungsteno, manganeso, etc. El Salar de Uyuni tiene la mayor reserva de potasio y litio del mundo, este último considerado la energía del futuro. Pero la principal fuente de ingresos hoy la constituye el sector de los hidrocarburos, con las segundas mayores reservas de gas natural de América del Sur, y petróleo, aunque en menor cantidad (unos 16 millones de barriles anuales).
El crecimiento económico de Bolivia en estos últimos nueve años, desde que gobierna Evo Morales, ha sido sensacional, con una tasa promedio del 5% anual… En 2013, el PIB llegó a crecer hasta el 6,8%, y en 2014 y 2015, según las previsiones del FMI, también será superior al 5%… El porcentaje más elevado de América Latina. Y todo ello con una inflación moderada y controlada, inferior al 6%.
El nivel de vida general se ha duplicado. El gasto público, a pesar de las importantes inversiones sociales, también está controlado; hasta el punto de que el saldo en cuenta corriente ofrece un resultado positivo con un superávit fiscal de 2,6% (en 2014). Y aunque las exportaciones, principalmente de hidrocarburos y de productos de la minería, representan un papel importante en esta bonanza económica, es la demanda interna (+5,4%) la que constituye el principal motor del crecimiento.
En fin, otro éxito inaudito de la gestión del ministro de Economía, Luis Arce: las reservas internacionales en divisas de Bolivia, con respecto al PIB, alcanzaron el 47%, situando a este país, por primera vez, a la cabeza de América Latina, muy por delante de Brasil, México o Argentina. Evo Morales ha señalado que, de país estructuralemente endeudado, Bolivia podría pasar a ser prestamista, y ha revelado que ya “cuatro Estados de la región”, sin precisar cuáles, se han dirigido a su Gobierno pidiéndole créditos…
En un país en el que más de la mitad de la población es originaria, Evo Morales es el primer indígena, en los últimos cinco siglos, que alcanzó, en enero de 2006, la presidencia del Estado. Y desde que asumió el poder, este presidente diferente desechó el “modelo neoliberal” y lo cambió por un nuevo “modelo económico social comunitario productivo”. Nacionalizó, a partir de mayo de 2006, los sectores estratégicos (hidrocarburos, minería, electricidad, recursos ambientales) generadores de excedentes e invirtió una parte de estos excedentes en los sectores generadores de empleo (industria, manufactura, artesanía, transporte, desarrollo agropecuario, vivienda, comercio, etc.). Y consagró otra parte de esos excedentes a la reducción de la pobreza mediante políticas sociales (enseñanza, sanidad), incrementos salariales (a los funcionarios y trabajadores del sector público), estímulos a la inclusión [bono Juancito Pinto, renta dignidad, bono Juana Azurduy] y políticas de subvenciones.
Los resultados de la aplicación de este modelo se reflejan no solo en las cifras expuestas aquí arriba, sino en un dato bien explícito: más de un millón de bolivianos (o sea, el 10% de la población) han salido de la pobreza. La deuda pública, que representaba el 80% del PIB, se redujo a apenas el 33% del PIB. La tasa de desempleo (3,2%) es la más baja de América Latina, hasta tal punto que miles de bolivianos emigrados en España, Argentina o Chile empiezan a regresar, atraídos por la facilidad de empleo y el notable incremento del nivel de vida.
Además, Evo Morales ha emprendido la construcción de un verdadero Estado, hasta ahora más bien virtual. Hay que reconocer que la inmensa y torturada geografía boliviana (un tercio, altas montañas andinas, dos tercios, tierras bajas tropicales y amazónicas) así como la fractura cultural (36 naciones etno-lingüísticas) nunca facilitaron la integración y la unificación. Pero, lo que no se hizo en casi dos siglos, el presidente Morales está decidido a llevarlo a cabo acabando con la dislocación. Primero, promulgando una nueva Constitución, adoptada por referéndum, que establece por vez primera un “Estado plurinacional” y reconoce los derechos de las diferentes naciones que conviven en el territorio boliviano. Y luego lanzando una serie de ambiciosas obras públicas (carreteras, puentes, túneles) con el objetivo de conectar, articular, comunicar regiones dispersas para que todas ellas y sus habitantes se sientan parte de un todo común: Bolivia. Nunca se había hecho. Y por eso hubo tantas tentativas de secesión, separatismo y de fraccionamiento.
Hoy, con todos estos éxitos, los bolivianos se sienten –quizás por vez primera– orgullosos de serlo. Orgullosos de su cultura originaria y de sus lenguas vernáculas. Orgullosos de su moneda que cada día se valoriza más con respecto al dólar. Orgullosos de tener el crecimiento económico más alto y las reservas de divisas más importantes de América Latina. Orgullosos de sus realizaciones tecnológicas como esa red de teleféricos de última generación, o su satélite de telecomunicaciones Túpac Katari, o su canal de televisión pública Bolivia TV.
Este canal, que dirige Gustavo Portocarrero, realizó, el 12 de octubre pasado, día de las elecciones presidenciales, una impactante demostración de su maestría tecnológica conectándose en directo –a lo largo de más de 24h ininterrumpidas– con sus enviados especiales en unas 40 ciudades en todo el mundo (Japón, China, Rusia, la India, Irán, Egipto, España, etc.) en las que votaban, por primera vez, los bolivianos residentes en el extranjero. Una proeza técnica y humana que pocos canales de televisión en el mundo serían capaces de realizar.
Todas estas hazañas –económicas, sociales, tecnológicas– explican en parte la rotunda victoria de Evo Morales y de su partido (Movimiento al Socialismo, MAS) en las elecciones del pasado 12 de octubre. Icono de la lucha de los pueblos indígenas y originarios de todo el mundo, Evo ha consiguido romper, con este nuevo triunfo, varios graves prejuicios. Demuestra que la gestión de gobierno no desgasta, y que después de nueve años en el poder, cuando se gobierna bien, se puede volver a ganar holgadamente. Demuestra, contrariamente a lo que afirman racistas y colonialistas, que “los indios” saben gobernar, y hasta pueden ser los mejores gobernantes que jamás haya tenido el país. Demuestra que, sin corrupción, con honestidad y eficiencia, el Estado puede ser un excelente administrador, y no –como lo pretenden los neoliberales– una calamidad sistemática. En fin, demuestra que la izquierda en el poder puede ser eficiente, que puede llevar a cabo políticas de inclusión y de redistribución de la riqueza sin poner en riesgo la estabilidad de la economía.
Pero esta gran victoria electoral también se explica por razones políticas. El presidente Evo Morales consiguió derrotar, ideológicamente, a sus principales adversarios reagrupados en el seno de la casta empresarial de la provincia de Santa Cruz, principal motor económico del país. Este grupo conservador que lo intentó todo contra el presidente, desde la tentativa de secesión hasta el golpe de Estado, ha acabado por rendirse y por sumarse en definitiva al proyecto presidencial, reconociendo que el país ha puesto rumbo hacia el desarrollo.
Es una victoria considerable que el vicepresidente Álvaro García Linera explica en estos términos: “Se logró integrar al oriente boliviano y unificar el país, gracias a la derrota política e ideológica de un núcleo político empresarial ultraconservador, racista y fascista, que conspiró por un golpe de Estado y trajo a gente armada para organizar una secesión del territorio oriental. En segundo lugar, estos nueve años han mostrado a las clases medias urbanas y sectores populares cruceños que tenían desconfianza, que hemos mejorado sus condiciones de vida, que respetamos lo construido en Santa Cruz y sus particularidades. Por supuesto, somos un Gobierno socialista, de izquierdas y dirigido por indígenas. Pero tenemos la voluntad de mejorar la vida de todos. Nos hemos enfrentado a las empresas petroleras extranjeras, igualmente a las de energía eléctrica, y las hemos golpeado para luego, con esos recursos, potenciar al país, fundamentalmente a los más pobres, pero sin afectar lo que poseen las clases medias o el sector empresarial. Por eso pudo realizarse un encuentro entre Gobierno y Santa Cruz muy fructífero. Nosotros no cambiamos de actitud, seguimos diciendo y haciendo lo mismo que hace nueve años. Los que han cambiado de actitud frente a nosotros son ellos. A partir de ahí empieza esta nueva etapa del proceso revolucionario boliviano, que es el de la irradiación territorial y la hegemonía ideológica y política. Ellos empiezan a entender que no somos sus enemigos, que si hacen economía sin meterse en política les va a ir bien. Pero si, como corporaciones, tratan de ocupar las estructuras del Estado y quieren combinar política con economía, les va a ir mal. Así como no puede haber militares que también tengan el control civil, político, porque ya tienen el control de las armas”.
En su despacho del Palacio Quemado, el ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, me lo explica con una consigna: “Derrotar e integrar”. “No se trata –me dice– de vencer al adversario y de abandonarlo a su suerte, corriendo el riesgo de que se ponga a conspirar con su resentimiento de vencido y se lance a nuevas intentonas golpistas. Una vez derrotado, hay que incorporarlo, darle la oportunidad de sumarse al proyecto nacional en el que caben todos, a condición de que cada cual admita y acate que la dirección política, por decisión democrática de las urnas, la llevan Evo y el MAS”.
¿Y ahora? ¿Qué hacer con una victoria tan aplastante? “Tenemos un programa –afirma tranquilo Juan Ramón Quintana– queremos erradicar la pobreza extrema, dar acceso universal a los servicios básicos, garantizar salud y educación de calidad para todos, desarrollar la ciencia, la tecnología y la economía del conocimiento, establecer una administración económica responsable, tener una gestión pública transparente y eficaz, diversificar nuestra producción, industrializar, alcanzar la soberanía alimentaria y agropecuaria, respetar a la Madre Tierra, avanzar hacia una mayor integración latinoamericana y con nuestros socios del Sur, integrar el Mercosur, y alcanzar nuestro objetivo histórico, cerrar nuestra herida abierta: recuperar nuestra soberanía marítima y la salida al mar”.
Por su parte, el presidente Morales ha expresado su deseo de que Bolivia se convierta en el “corazón energético de América del Sur” gracias a sus enormes potencialidades en energías renovables (hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica, biomasa) además de los hidrocarburos (petróleo y gas), lo que se completaría con la energía atómica civil producida por una central nuclear de próxima adquisición.
Bolivia cambia. Va para arriba. Y su prodigiosa metamorfosis aún no ha terminado de sorprender al mundo.
Pero lo más espectacular son los sensacionales teleféricos urbanos de tecnología futurista que mantienen sobre la ciudad un permanente ballet de coloridas cabinas, elegantes y etéreas como pompas de jabón. Silenciosas y no contaminantes. Dos líneas funcionan ya, la roja y la amarilla; la tercera, la verde, se inaugurará en las próximas semanas, creando así una red interconectada de transporte por cable de once kilómetros, la más larga del mundo, que permitirá a decenas de miles de paceños ahorrarse un promedio de dos horas diarias de tiempo de transporte.
“Bolivia cambia. Evo cumple” afirman unos carteles en la calle. Y cada cual lo constata. El país es efectivamente otro. Muy distinto al de hace apenas un decenio, cuando estaba considerado “el más pobre de América Latina después de Haití”. En su mayoría corruptos y autoritarios, sus gobernantes se pasaban la vida implorando préstamos a los organismos financieros internacionales, a las principales potencias occidentales o a las organizaciones humanitarias mundiales. Mientras las grandes empresas mineras extranjeras saqueaban el subsuelo, pagándole al Estado regalías de miseria y prolongando el expolio colonial.
País relativamente poco poblado (unos diez millones de habitantes), Bolivia posee una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados (dos veces Francia). Sus entrañas rebosan de riquezas: plata (piénsese en Potosí…), oro, estaño, hierro, cobre, zinc, tungsteno, manganeso, etc. El Salar de Uyuni tiene la mayor reserva de potasio y litio del mundo, este último considerado la energía del futuro. Pero la principal fuente de ingresos hoy la constituye el sector de los hidrocarburos, con las segundas mayores reservas de gas natural de América del Sur, y petróleo, aunque en menor cantidad (unos 16 millones de barriles anuales).
El crecimiento económico de Bolivia en estos últimos nueve años, desde que gobierna Evo Morales, ha sido sensacional, con una tasa promedio del 5% anual… En 2013, el PIB llegó a crecer hasta el 6,8%, y en 2014 y 2015, según las previsiones del FMI, también será superior al 5%… El porcentaje más elevado de América Latina. Y todo ello con una inflación moderada y controlada, inferior al 6%.
El nivel de vida general se ha duplicado. El gasto público, a pesar de las importantes inversiones sociales, también está controlado; hasta el punto de que el saldo en cuenta corriente ofrece un resultado positivo con un superávit fiscal de 2,6% (en 2014). Y aunque las exportaciones, principalmente de hidrocarburos y de productos de la minería, representan un papel importante en esta bonanza económica, es la demanda interna (+5,4%) la que constituye el principal motor del crecimiento.
En fin, otro éxito inaudito de la gestión del ministro de Economía, Luis Arce: las reservas internacionales en divisas de Bolivia, con respecto al PIB, alcanzaron el 47%, situando a este país, por primera vez, a la cabeza de América Latina, muy por delante de Brasil, México o Argentina. Evo Morales ha señalado que, de país estructuralemente endeudado, Bolivia podría pasar a ser prestamista, y ha revelado que ya “cuatro Estados de la región”, sin precisar cuáles, se han dirigido a su Gobierno pidiéndole créditos…
En un país en el que más de la mitad de la población es originaria, Evo Morales es el primer indígena, en los últimos cinco siglos, que alcanzó, en enero de 2006, la presidencia del Estado. Y desde que asumió el poder, este presidente diferente desechó el “modelo neoliberal” y lo cambió por un nuevo “modelo económico social comunitario productivo”. Nacionalizó, a partir de mayo de 2006, los sectores estratégicos (hidrocarburos, minería, electricidad, recursos ambientales) generadores de excedentes e invirtió una parte de estos excedentes en los sectores generadores de empleo (industria, manufactura, artesanía, transporte, desarrollo agropecuario, vivienda, comercio, etc.). Y consagró otra parte de esos excedentes a la reducción de la pobreza mediante políticas sociales (enseñanza, sanidad), incrementos salariales (a los funcionarios y trabajadores del sector público), estímulos a la inclusión [bono Juancito Pinto, renta dignidad, bono Juana Azurduy] y políticas de subvenciones.
Los resultados de la aplicación de este modelo se reflejan no solo en las cifras expuestas aquí arriba, sino en un dato bien explícito: más de un millón de bolivianos (o sea, el 10% de la población) han salido de la pobreza. La deuda pública, que representaba el 80% del PIB, se redujo a apenas el 33% del PIB. La tasa de desempleo (3,2%) es la más baja de América Latina, hasta tal punto que miles de bolivianos emigrados en España, Argentina o Chile empiezan a regresar, atraídos por la facilidad de empleo y el notable incremento del nivel de vida.
Además, Evo Morales ha emprendido la construcción de un verdadero Estado, hasta ahora más bien virtual. Hay que reconocer que la inmensa y torturada geografía boliviana (un tercio, altas montañas andinas, dos tercios, tierras bajas tropicales y amazónicas) así como la fractura cultural (36 naciones etno-lingüísticas) nunca facilitaron la integración y la unificación. Pero, lo que no se hizo en casi dos siglos, el presidente Morales está decidido a llevarlo a cabo acabando con la dislocación. Primero, promulgando una nueva Constitución, adoptada por referéndum, que establece por vez primera un “Estado plurinacional” y reconoce los derechos de las diferentes naciones que conviven en el territorio boliviano. Y luego lanzando una serie de ambiciosas obras públicas (carreteras, puentes, túneles) con el objetivo de conectar, articular, comunicar regiones dispersas para que todas ellas y sus habitantes se sientan parte de un todo común: Bolivia. Nunca se había hecho. Y por eso hubo tantas tentativas de secesión, separatismo y de fraccionamiento.
Hoy, con todos estos éxitos, los bolivianos se sienten –quizás por vez primera– orgullosos de serlo. Orgullosos de su cultura originaria y de sus lenguas vernáculas. Orgullosos de su moneda que cada día se valoriza más con respecto al dólar. Orgullosos de tener el crecimiento económico más alto y las reservas de divisas más importantes de América Latina. Orgullosos de sus realizaciones tecnológicas como esa red de teleféricos de última generación, o su satélite de telecomunicaciones Túpac Katari, o su canal de televisión pública Bolivia TV.
Este canal, que dirige Gustavo Portocarrero, realizó, el 12 de octubre pasado, día de las elecciones presidenciales, una impactante demostración de su maestría tecnológica conectándose en directo –a lo largo de más de 24h ininterrumpidas– con sus enviados especiales en unas 40 ciudades en todo el mundo (Japón, China, Rusia, la India, Irán, Egipto, España, etc.) en las que votaban, por primera vez, los bolivianos residentes en el extranjero. Una proeza técnica y humana que pocos canales de televisión en el mundo serían capaces de realizar.
Todas estas hazañas –económicas, sociales, tecnológicas– explican en parte la rotunda victoria de Evo Morales y de su partido (Movimiento al Socialismo, MAS) en las elecciones del pasado 12 de octubre. Icono de la lucha de los pueblos indígenas y originarios de todo el mundo, Evo ha consiguido romper, con este nuevo triunfo, varios graves prejuicios. Demuestra que la gestión de gobierno no desgasta, y que después de nueve años en el poder, cuando se gobierna bien, se puede volver a ganar holgadamente. Demuestra, contrariamente a lo que afirman racistas y colonialistas, que “los indios” saben gobernar, y hasta pueden ser los mejores gobernantes que jamás haya tenido el país. Demuestra que, sin corrupción, con honestidad y eficiencia, el Estado puede ser un excelente administrador, y no –como lo pretenden los neoliberales– una calamidad sistemática. En fin, demuestra que la izquierda en el poder puede ser eficiente, que puede llevar a cabo políticas de inclusión y de redistribución de la riqueza sin poner en riesgo la estabilidad de la economía.
Pero esta gran victoria electoral también se explica por razones políticas. El presidente Evo Morales consiguió derrotar, ideológicamente, a sus principales adversarios reagrupados en el seno de la casta empresarial de la provincia de Santa Cruz, principal motor económico del país. Este grupo conservador que lo intentó todo contra el presidente, desde la tentativa de secesión hasta el golpe de Estado, ha acabado por rendirse y por sumarse en definitiva al proyecto presidencial, reconociendo que el país ha puesto rumbo hacia el desarrollo.
Es una victoria considerable que el vicepresidente Álvaro García Linera explica en estos términos: “Se logró integrar al oriente boliviano y unificar el país, gracias a la derrota política e ideológica de un núcleo político empresarial ultraconservador, racista y fascista, que conspiró por un golpe de Estado y trajo a gente armada para organizar una secesión del territorio oriental. En segundo lugar, estos nueve años han mostrado a las clases medias urbanas y sectores populares cruceños que tenían desconfianza, que hemos mejorado sus condiciones de vida, que respetamos lo construido en Santa Cruz y sus particularidades. Por supuesto, somos un Gobierno socialista, de izquierdas y dirigido por indígenas. Pero tenemos la voluntad de mejorar la vida de todos. Nos hemos enfrentado a las empresas petroleras extranjeras, igualmente a las de energía eléctrica, y las hemos golpeado para luego, con esos recursos, potenciar al país, fundamentalmente a los más pobres, pero sin afectar lo que poseen las clases medias o el sector empresarial. Por eso pudo realizarse un encuentro entre Gobierno y Santa Cruz muy fructífero. Nosotros no cambiamos de actitud, seguimos diciendo y haciendo lo mismo que hace nueve años. Los que han cambiado de actitud frente a nosotros son ellos. A partir de ahí empieza esta nueva etapa del proceso revolucionario boliviano, que es el de la irradiación territorial y la hegemonía ideológica y política. Ellos empiezan a entender que no somos sus enemigos, que si hacen economía sin meterse en política les va a ir bien. Pero si, como corporaciones, tratan de ocupar las estructuras del Estado y quieren combinar política con economía, les va a ir mal. Así como no puede haber militares que también tengan el control civil, político, porque ya tienen el control de las armas”.
En su despacho del Palacio Quemado, el ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, me lo explica con una consigna: “Derrotar e integrar”. “No se trata –me dice– de vencer al adversario y de abandonarlo a su suerte, corriendo el riesgo de que se ponga a conspirar con su resentimiento de vencido y se lance a nuevas intentonas golpistas. Una vez derrotado, hay que incorporarlo, darle la oportunidad de sumarse al proyecto nacional en el que caben todos, a condición de que cada cual admita y acate que la dirección política, por decisión democrática de las urnas, la llevan Evo y el MAS”.
¿Y ahora? ¿Qué hacer con una victoria tan aplastante? “Tenemos un programa –afirma tranquilo Juan Ramón Quintana– queremos erradicar la pobreza extrema, dar acceso universal a los servicios básicos, garantizar salud y educación de calidad para todos, desarrollar la ciencia, la tecnología y la economía del conocimiento, establecer una administración económica responsable, tener una gestión pública transparente y eficaz, diversificar nuestra producción, industrializar, alcanzar la soberanía alimentaria y agropecuaria, respetar a la Madre Tierra, avanzar hacia una mayor integración latinoamericana y con nuestros socios del Sur, integrar el Mercosur, y alcanzar nuestro objetivo histórico, cerrar nuestra herida abierta: recuperar nuestra soberanía marítima y la salida al mar”.
Por su parte, el presidente Morales ha expresado su deseo de que Bolivia se convierta en el “corazón energético de América del Sur” gracias a sus enormes potencialidades en energías renovables (hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica, biomasa) además de los hidrocarburos (petróleo y gas), lo que se completaría con la energía atómica civil producida por una central nuclear de próxima adquisición.
Bolivia cambia. Va para arriba. Y su prodigiosa metamorfosis aún no ha terminado de sorprender al mundo.