Tal día como hoy, 28 de abril, los partisanos (guerrilleros antifascistas y comunistas) dieron su merecido al dictador fascista de Italia Benito Mussolini.
El 25 de abril de 1945 Benito Mussolini, "Il Duce", había fracasado en un intento por rendirse a los partisanos, los cuales no aceptaron su intento de rendición bajo una única condición: respetarle la vida a él, a su amante Clara Petacci y a otros miembros de la familia.
Tras el encuentro secreto en Milán, Mussolini se retiró al Lago di Como, virtual sede de la República Social Italiana, la "República de Saló". Estaba convencido de que sus horas estaban contadas. Ese mismo día "i partigiani" (los partisanos) convocaron a un levantamiento general y tomaron la ciudad.
Todos los 25 de abril se festeja actualmente "Il giorno de la liberazione" (El día de la liberación). "Il Duce", según se afirma, se contactó con su viejo amigo, el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, para encontrar una salida.
El Ejército Rojo de la Unión Soviética se acercaba a Berlín; los aliados occidentales avanzaban sin resistencia alemana en el frente franco-germano y en Italia; los yugoslavos de Josiph Broz ("Tito" y los albaneses de Enver Hoxha perseguían a los hitleristas más allá de los Balcanes. Las tropas del "III Reich" huían hacia donde pensaban que podían.
En esas circunstancias, el 28 de abril un partisano que realizaba, en Musso, un control rutero vio aparecer una caravana alemana en fuga a la que dio el alto. Al revisar uno de los camiones descubrió, disfrazado de soldado alemán, a aquel que durante más de dos décadas había gobernado Italia; al que su padre, un viejo socialista, le había puesto el nombre de un aborigen mexicano que llegó a ser un emblemático presidente de su país.
Los partisanos negociaron. Los camiones podían continuar su fuga hacia Suiza pero los italianos que iban allí debían quedarse. Mussolini, su amante y otros 16 jefes fascistas fueron bajados del vehículo. "Il Duce" y su amante fueron colgados poco después en Dogo y dejados, cabeza abajo, como escarmiento, en una estación de servicio de Milán. Las multitudes concurrían a insultar y esputar contra los cadáveres.
La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil comunicarse con Roma y reunir al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y Walter Audisio.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo. Los modos de la ejecución fueron decididos por la voluntad de interferir manifestada por los aliados que querían capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante una corte internacional.
Los cadáveres fueron trasladados a Milán y dejados en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo.
La documentación que portaba Mussolini en una cartera de cuero fue puesta a resguardo en un banco. Incluía, al parecer, correspondencia con Adolph Hitler y Churchill y reflexiones personales, entre éstas algunas descalificadoras del rey de Italia. Por la noche hubo un robo y, según se afirma, lo que desapareció fue la correspondencia con Churchill.
¡ Muerte al fascismo!
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