9 jun 2015

Histórico: Nigeria prohíbe la mutilación genital femenina

Por En la actualidad, 40 millones de mujeres y niñas son mutiladas. Nigeria se suma a la lista de países que prohíben esta escalofriante práctica.

A pesar de estar en 2015, aún hoy 40 millones de mujeres y niñas son mutiladas genitalmente en todo el mundo, según recientes datos de Amnistía Internacional. Una práctica escalofriante que aún se realiza en 29 países pero que de a poco se erradica.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, firmó un proyecto de ley que penaliza cualquier extirpación, parcial o total, de los órganos sexuales femeninos así como otros hábitos de abuso de género como el abandono familiar sin responsabilidad económica por parte del hombre.

La nueva ley establece que quienes practiquen o promuevan la mutilación podrían enfrentar hasta cuatro años de prisión y una multa de mil dólares. Nigeria es el 23° país africano en abolir, por ley, una práctica que tiene sus raíces en la cultura tradicional africana. Según estimaciones de la UNICEF, en el continente hay 29 los países donde las mutilaciones genitales femeninas sigue siendo practicada, en su mayoría de forma ilegal.

La MGF (Mutilación Genital Femenina) es muy común en África pero también en Hispanoamérica e incluso, en zonas de Europa, a pesar de no haber datos oficiales, el Parlamento Europeo cifra en 500 000 la estimación de víctimas. Esta mutilación se ha realizado en Nigeria, el país más poblado del continente africano, a casi 20 millones de niñas y mujeres.

Tras este primer movimiento hacia su prohibición, los expertos esperan reacciones en cadena en el resto de países africanos para que den un paso adelante en sus leyes. Esta práctica está muy arraigada en ciertos países como Egipto, que a pesar de haber abolido la mutilación genital femenina en 2008, cuenta con un porcentaje de mutiladas del 92% en las mujeres casadas. Junto con Guinea, Kenia, Somalia y Djibouti, Egipto es uno de los lugares con más mujeres genitalmente amputadas del mundo.

Desde UNICEF advierten de que lo más importante es educar a las mujeres autóctonas para que sean conscientes de la violación de sus derechos y sean ellas mismas las que denuncien unos usos que provocan, en muchos casos, daños irreparables tanto físicos (infecciones, hemorragias, dolor crónico, aumento de la mortalidad materna, entre otros) como psicológicos.

Para ello, organismos como el Consejo Europeo y Amnistía Internacional, llevan a cabo programas de erradicación del MGF que consisten en políticas integradas que realmente sancionen a los perpetradores e impliquen a los gobiernos en la protección real de las víctimas. Todas estas acciones están respaldadas por el Convenio de Estambul, el primer instrumento europeo jurídicamente vinculante dedicado enteramente a la violencia contra las mujeres, siendo la mutilación genital uno de sus principales frentes y considerándolo una de las torturas más crueles perpetradas contra el sexo femenino.


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