13 may 2017

LA NACION: De Bartolomé Mitre a Barton Corp que pertenecería a la CIA, y su maraña de otras offshore fantasmas


El matutino fundado por Bartolomé Mitre, ha sido una “tribuna de doctrina” liberal – conservadora y tiene una historia de negocios turbios desde su génesis hasta nuestros días. Desde la donación de la coqueta sede original a Mitre por parte de un grupo de contratistas después de la guerra de la triple Alianza, la historia del diario está signada de páginas oscuras. Pasando por las comunicaciones secretas que se cursaron a través del diario, en el intento de golpe de estado de 1874 coordinando a los golpistas, hasta la adquisición de Papel Prensa tras el sangriento golpe de estado de 1976.
Pero nunca al extremo actual, con su sospechosa constitución societaria mediante empresas offshore fantasmas, creadas en paraísos fiscales, con accionistas desconocidos. Que en el 2002 dieron lugar a una fallida investigación judicial por asociación ilícita y lavado de dinero, que culminó en el 2005 con el asesinato con un “submarino seco” de uno de sus accionistas, Luis Emilio Mitre. A la par que LA NACION mediante múltiples sociedades off shore fantasmas, se convertía en una multinacional norteamericana.
No obstante nadie ha podido saber quién es el dueño extranjero que baja línea a través de esta “tribuna de doctrina”. Lo cual plantea el interrogante, asistido por notables indicios, sí es la CIA norteamericana, a través de una consultora de esta agencia de inteligencia, cuyos integrantes fueron directivos en LA NACION; y además aparecen como fiduciarios en el plan de escisión que presentó en el 2014 el grupo CLARIN. Lo cual se vio reflejado en el posterior contenido de LA NACION en temas de notable trascendencia.
Ante esta posible injerencia extranjera solapada para la creación de la opinión pública interna, que resulta un crimen contra la democracia, los argentinos de cualquier bandería deberíamos exigir que se transparente exhaustivamente la cuestión, y se aclare el asesinato de Mitre que una década después permanece impune.
Bartolomé Mitre después de haber sido uno de los artífices de la guerra contra el Paraguay como instrumento del Reino Unido, recogió los frutos de los negocios que habilitó a proveedores del gobierno durante la contienda militar.
Carlos Alfredo D’amico, quién fuera gobernador de Buenos Aires entre 1884 y 1887, publicó en 1890 en México un libro denunciando la corrupción durante la administración de Mitre. Señalando que proveedores cuyas fortunas se habían hecho a la sombra de este, le regalaron la casa en que funciono la original imprenta del diario LA NACION.
La donación fue realizada el 23 de enero de 1869 ante el escribano José Victoriano Cabral. En un primer momento sin hacerse pública la identidad de los donantes, aunque pocos años después se sabría quiénes fueron los benefactores de Mitre.
Sarmiento, en carta privada a su corresponsal en Chile, Mariano de Sarratea, le decía: “Su casa fue obtenida gracias a la suscripción de los proveedores que mediante despilfarro de la rentas han ganado millones, como Lezica, Lanús, Galván, que la costearon casi en su totalidad”.
Las crónicas de la época demuestran que el fundador del uno de los dos diarios más antiguos que todavía circulan en la Argentina, hizo uso de su poder político para realizar negocios personales. Y algo más.
LA NACION pionera al servicio del golpe de estado
En 1874 Mitre desconoció la elección de Nicolás Avellaneda como presidente de LA NACION, y se alzó en armas contra el Gobierno de Domingo Faustino Sarmiento. Conforme narra Argentina Histórica, “la orden para comenzar el alzamiento se trasmitió mediante mensajes en clave, disimulados entre los avisos que publican LA NACION y la Prensa, ya que aquel diario es propiedad de Mitre y el dueño de este – José C. Paz- se cuenta asimismo entre los revolucionarios”.
No obstante el golpe fracasó estrepitosamente al ser derrotado Mitre en la batalla de La Verde, cerca de Bragado, por el ignoto coronel José Inocencio Arias. Ante quien se rindió con la mediación de Carlos Pellegrini, pactándose en el acta un indulto para todos, que pocos meses después concretó el presidente Avellaneda, pese las vidas humanas que había costado esa intentona. Dando comienzo así a los golpes de estado impunes que luego se sucedieron en Argentina, siempre apoyados por el diario LA NACION.
LA NACION socia del sangriento golpe estado de 1976
Como señalan los investigadores del Conicet, Mercedes González y Marcelo Borrelli: “Durante la última dictadura LA NACIÓN se ubicó entre los medios apologistas del gobierno militar. Bajo su óptica, el golpe no había derrocado a ninguna autoridad sino cubierto un vacío de poder, con lo cual la democracia retomaba su cauce”.
Como tantos otros medios en la época, LA NACION con la adhesión ideológica al régimen hizo un buen negocio. “Su apoyo no puede deslindarse del importante beneficio económico obtenido en 1977, cuando junto a Clarín y La Razón, se convirtió en socio del Estado en Papel Prensa, la empresa monopólica de producción de papel para periódicos”, agregan González y Borrelli.
Por su parte Robert Cox, el director inglés del Buenos Aires Herald, que tuvo que salir apresuradamente del país durante la dictadura, dijo “en el momento en que el gobierno militar dio su aprobación para la compra de Papel Prensa pensé que era un soborno para que los diarios garantizaran su cooperación en el encubrimiento del plan de los militares de exterminar a todo aquel considerado “subversivo” haciéndolo “desaparecer”.
Y en un reportaje que concedió a la revista NOTICIAS en el 2002, Cox expresó: “Creo que si hubiese habido una prensa libre e independiente, la Argentina no hubiera vivido el horror que vivió. Yo aquí entendí el Holocausto. Hubo un gran silencio. Y un gran cinismo. Los periodistas en reuniones privadas hacían chistes de humor negro sobre la gente que volaba y caía en el Río de la Plata. Los secuestros se veían en la calle… No es cuestión de tirar culpas, pero “LA NACION” parecía el “Pravda” de Moscú.”
Dicho negociado tuvo la particularidad, que el capital lo puso en realidad el estado bobo argentino, mediante el expediente de inflar enormemente las inversiones por parte de los privados que lideraban el proyecto. Quienes además obtuvieron una protección arancelaria que encareció enormemente el papel importado, por lo que esos tres diarios adquirieron una posición dominante sobre el resto de los diarios argentinos.
El traspaso de Papel Prensa a los diarios LA NACION, Clarín, y La Razón por parte de la dictadura, se concretó después que estos diarios hicieran a mediados del año de plomo de 1976, una campaña denunciando que David Graiver, que detentaba la propiedad de Papel Prensa a través de terceros, y había fallecido presuntamente en una accidente de avión en México, había reciclado dineros de Montoneros. Y el mismo se concretó mientas los herederos e integrantes del grupo Graiver eran detenidos y torturados en un campo de concentración clandestino, habiendo alguno de ellos muerto en la mesa de tortura.
En el 2011 la Unidad Fiscal Federal de La Plata, que interviene en casos de terrorismo de Estado, calificó como “crimen de lesa humanidad a los hechos que rodearon la transferencia de acciones de la empresa Papel Prensa entre 1976 y 1977”. Los fiscales Rodolfo Marcelo Molina y Hernán Schapiro destacaron que “las pruebas revelan que los hechos denunciados podrían ser parte de acciones persecutorias e impregnadas por espurios intereses económicos”.
No obstante el juez Arnaldo Corazza se sacó la causa de encima, remitiéndola a la Justicia Federal de Comodoro Py. Donde recayó en manos del juez Daniel Rafecas, que también planteó su incompetencia, aunque en uno de sus escritos dejó asentado que se trataba de un crimen de lesa humanidad. Finalmente, la causa quedó en manos del juez Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano, que hicieron toda pirueta judicial posible para demorar la causa.
Después de diversos tironeos, su prosecución la dejaron sujeta a una interminable pericia. La que no obstante haberse terminado, señalando que los tres diarios habrían optado por pagar un precio sustancialmente menor al valor contable, poniendo así de relieve la naturaleza del negociado, no ha suscitado hasta ahora pronunciamiento alguno por parte de esos magistrados.
Que a la par se muestran sumamente ágiles en las causas relacionadas contra los integrantes de la cúpula del anterior gobierno. Lo que pone en evidencia el temor cerval que la gran prensa ejerce sobre quienes supuestamente deben impartir justicia, además de otras posibles influenciad, con trágicas consecuencias como se verá seguidamente.
De Bartolomé Mitre, a la offshore fantasma Barton Corp.
A pesar de haberse constituido como sociedad anónima en 1909, LA NACION fue casi con exclusividad, él diario de los Mitre hasta comienzo de la década del 90. En 1992, Matilde Ana María Noble Mitre de Saguier, tenía un porcentaje mínimo de acciones. Ella es viuda de Julio Saguier, político radical que murió sorpresivamente en 1987, mientras ejercía el cargo de intendente de Buenos Aires, y sobrina de Roberto Noble, el fundador de diario Clarin. De esa manera los dos grandes diarios argentinos entrelazaron sus prosapias y negocios comunes, como Papel Prensa, Cimeco, DYN, etc.
Por su parte los hijos de Noble Mitre de Saguier, alejados del diario, estaban lejos de detentar alguna fortuna. Julio César se desempeñaba como abogado adjunto en el estudio de Gustavo Mirko Schiossberg. Luis estudiaba marketing. Alejandro administraba el campo de su madre. Y Fernán era el corresponsal de LA NACION en Washington.
Pero en 1995, liderados por Julio, obtuvieron en EEUU un supuesto préstamo de aproximadamente 40 millones de dólares por parte de Clariden Bank, la rama de “banca privada” del Credit Suisse, que luego se transformó en Clariden Leu, y luego directamente se fusionó con el Credit Suisse. Banco que tenía como representante en Argentina a los hermanos Rohm, del quebrado Banco General de Negocios.
Con supuestamente ese crédito comenzaron a comprar acción por acción a los Mitre. Sólo Bartolomé “Bartolo” Mitre decidió no vender su parte. Y si lo hicieron principalmente los hijos menores de la familia, María Elisa y Luis Emilio, que solo retuvieron un 5 % de las acciones cada uno.
Así a fines de 1995, Noble Mitre de Saguier, y sus hijos Julio César, y Alejandro Julio pasaron súbitamente a ser los principales accionistas de S.A LA NACION, desplazando a los Mitre de su control. Al detentar el 62,95 % de sus acciones a través de la firma MNMS Holding S.A. creada en Buenos Aires ese mismo año. Quedando los Mitre con solo el 20,56 % de ellas, los Drago Mitre con el 0,96 %, y los Gowland Mitre con el 0,39 %.
No obstante esta toma del control de LA NACION por parte aparentemente de los Saguier, rompiendo la herencia histórica de los Mitre a lo largo de 125 años, tenía un lado oscuro, que puso en evidencia la revista El Guardián, cuya propiedad se atribuyó al banquero Raúl Moneta. La que en su edición de fines de noviembre del 2002, luego ampliada durante el 2003, publicó una investigación que demostraba que en realidad la que controlaba el diario era la offshore fantasma Barton Corp, radicada en la Islas Gran Caymán.
La cual como un juego de cajas chinas o mamushkas rusas, tenía como único accionista a otra offshore fantasma, Kron Corp AVV, radicada también en Gran Cayman, de la que nadie sabe tampoco quién es el dueño.
Diversos analistas y trascendidos desde LA NACION, achacaban la existencia de esa denuncia a intentos de compra del diario LA NACION por parte de Moneta, dueño del Banco República, y presidente del CEI Citicorp Holdings. En el marco de un conflicto por el control de los medios, alentado por el presidente de la Nación Carlos Saúl Menem, para enfrentar al grupo dominante CLARIN.
Menem se manifestaba arrepentido de haber derogado en el comienzo de su mandato, el art. 45 de la ley de radiodifusión. Que permitió a CLARIN convertirse en un multimedio con una posición dominante en el periodismo, con capacidad de moldear la opinión publica mayoritaria, a la que procuraba contrarrestar. Pero los móviles supuestamente espurios de quienes impulsaban esa investigación y denuncia pública, no descalifican en manera alguno los concretos datos que aportaba.
La investigación y denuncia de El Guardián
En concretó El Guardían develó que la firma MNMS Holding SA, creada en Buenos Aires en octubre de 1995 con un capital de 12 mil pesos / dólares, tenía como accionistas en 1996 a Noble Mitre de Saguier y sus seis hijos, que detentaban el 50 % de las acciones. Y a la mencionada Bartón Corp, creada en febrero de ese año en Gran Cayman, que detentaba el otro 50 %.
Llegándose a esa situación de la siguiente manera. A principios de diciembre de 1995 desde Panamá, Enna Ferrer de Carles, en su condición de única directora de Kron Corp AVV y Bartón Corp., autorizó al abogado argentino Pedro Berkenwald, a inscribir a Bartón Corp en Buenos Aires, designando como su representante a Laura Magalí Valladares.
Y a su vez a fines de diciembre, MNMS Holding dispuso ampliar su capital a más de 20 millones de pesos dólares, mediante el aporte de acciones de SA LA NACION. Que habían estado acaparando durante esos meses, mediante efectuar a sus tenedores originales tentadoras ofertas.
Seguidamente a fines de febrero del año siguiente, se concretó una extraña asamblea extraordinaria en Nueva York, que fue objetada por la Comisión Nacional de Valores, y hubo que ratificarla en Buenos Aires. Por la que los accionistas Saguier de MNMS Holding decidieron duplicar el capital, a más de 40 millones de pesos dólares.
Oportunidad en que Barton Corp aportó una suma superior a los 37 millones de dólares, en efectivo y al contado, destinada a cancelar la deuda con el Clariden Bank, obteniendo así una participación del 50 % en las acciones de MNMS Holding. Apareciendo como directores en esta sociedad Philips Clive Blows y Cristopher Shaw, de domicilio y nacionalidad desconocida, que no figuran en ningún registro impositivo, de seguridad social, bancario o policial de la Argentina, ni de las Islas Caimán.
Actas Asamblea publicadas por El Guardián
El primero hasta la fecha permanece en ese puesto, habiendo sido sustituido el segundo en el 2010, por Bruce David Mc Naught, y este a su vez actualmente por Andrew Parr, según las actas de asamblea de MNMS Holding publicadas en el Boletín Oficial.
De Shaw y Parr, al ser nombres y apellidos muy comunes, sin mayores datos resulta difícil precisar quienes son. Pero Blows es un residente en el paraíso fiscal de la isla de Guernsey, dependiente de la Corona Británica, y fue también director de las compañías inglesas Cove Lamorna Limited, y Seadragon Technical Services Limited.
Por su parte Mc Naught, tambien es residente en el mismo paraíso fiscal de Guernsey, y es a su vez director de siete compañías británicas, compartiendo directorio con Blow en Seadragon Technical Services Limited. Siendo las restantes compañias South Downs Holdings Limited, Inverness Marine Limited, I.M. (GB) Limited, Miwa Limited, Meon Properties, MDE Medical Device y Engineering And Supply Limited.
Esto evidenciaría que Blows y Mc Naught tendrían por profesión rentada la de ocupar poltronas en los directorios, por encargo de terceros que no quieren aparecer en ellos. Pero además Mc Naught figura en los Panama Papers como socio de la petrolera fantasma Oyster Oil an Gas Limited, radicada en las islas Vírgenes Británicas por el estudio de Mossack Fonseca, con domicilio legal en la misma isla de Guernsey. La cual como se puede ver en la siguiente imagen, es un pulpo con múltiples e insondables vínculos.
En la mencionada asamblea de Nueva York, quedó integrado el directorio de cuatro miembros titulares, con Noble Mitre de Saguier como presidenta, y Alejandro Julio Saguier como vicepresidente, más los antes nombrados.
Apareciendo como directores suplentes, Julio César y Fernan Saguier. Rodrigo Moreno, abogado panameño socio de la nombrada Ferrer de Carles, en el estudio AFRA “Alfaro, Ferrer & Ramírez”, con sede en Panamá y filiales en Aruba, Islas Vírgenes Británicas, y Bahamas. Y Rafael Ginebra, abogado norteamericano perteneciente al estudio jurídico neoyorkino “Fox Horán & Camerini LLP”, vinculado estrechamente con el gobierno de EEUU y la CIA, como se verá más adelante. Que fue el que ejerció la batuta en la extraña asamblea extraordinaria concretada en Nueva York.
Posteriormente en 1998, Matilde de Saguier y sus hijos constituyeron en las Islas Vírgenes Británicas la sociedad offshore fantasma Matilde de Saguier Corp, que pasó a detentar la tenencia accionaria de los Saguier en MNMS Holding, quedando así conformado el sociograma que aparece en la portada. Siendo notable que ninguna de estas sociedades offshore, figuran en la base de datos opencorprates.com, la mayor base de datos de empresas del mundo.
Interin según informó El Guardián (30/7/2003) en julio de 1997 Bartón Corp habría hecho un aporte de capital adicional, de casi 52 millones de pesos dólares, hasta totalizar la suma de 88.778.018 de estas monedas. Con lo cual habría pasado a controlar el 66,7 % del capital de MNMS Holding, quedando el 33,3 % en manos de los Saguier.

La dictadura de Barton Corp en LA NACION

Bajo el sardónico título “Los chirolitas de Barton Corp”, adornado con una imagen de los hermanos Saguier, El Guardian informaba que esa confluencia empresaria había tenido como origen, un acuerdo previo entre los Saguier, y Bartón Corp como Grupo Inversor. En el que habría intervenido el mencionado estudio de abogados “Fox Horán & Camerini LLP”, y en el que se preveía que:
Constituída la Sociedad Holding (NMMS) y vendido el 50 % de las acciones al Grupo Inversor (Bartón) La Accionista (la familia Saguier) y el Grupo Inversor celebrarán un acuerdo de accionistas que deberá reproducir determinadas obligaciones asumidas por la accionista con el Banco, que se consideran esenciales para que el Grupo Inversor pueda coparticipar en todo tiempo, en la conducción de LA NACION.
A estos efectos se deja constancia que por las obligaciones referidas, la Accionista se ha comprometido a respetar y cumplir, y hacer respetar y cumplir a LA NACION las conductas o prohibiciones que a continuación se indican, las que solo pueden ser contrariadas si el Grupo Inversor, previamente y por escrito, renuncia a exigir su cumplimiento”. Algunas de esas obligaciones minuciosamente detalladas eran:
  • No modificar el contrato de constitución ni los estatutos de LA NACION.
  • No efectuar aumento, disminución o composición de su capital de ninguna manera, ni emisión de nuevas acciones o títulos de deuda.
  • Sin la autorización de Bartón Corp, SA LA NACION o MNMS Holding no declarará ni distribuirá dividendos. Ni comprará, rescatará, o adquirirá sus propias acciones.
  • LA NACION no liquidará, ni se disolverá, ni cesará en sus negocios, ni se consolidará o fusionará con o dentro de otra compañía. Tampoco podrá vender todo o parte sustancial de sus activos, adquirir otra compañía, entrar en nuevas líneas de negocios o abandonar los actuales.
  • LA NACION no hará cambios en la conducción de sus negocios u operaciones, salvo expresa autorización de Bartón Corp.
  • LA NACION deberá informar a Bartón Corp de su presupuesto anual y plan de negocios y comercialización, y una vez aprobado el mismo, no lo podrá modificar o enmendar sin autorización de Barton Corp.
  • Tampoco podrá LA NACIÖN “aumentar, disminuir, fijar salarios, nivel de beneficios u otras compensaciones pagaderas a los directores o cualquier gerente” sin la aprobación de Barton Corp.
  • LA NACION solo puede endeudarse o firmar contratos sin pedir autorización a Bartón Corp por un millón de dólares. Tampoco puede adquirir bienes de capital que no figuren en el presupuesto aprobado por Barton.
  • LA NACION tampoco puede remover a los auditores externos e internos, o sus directores, gerentes, secretarios de redacción sin la autorización de Barton Corp. Y para la elección de alguno de estos, se requiere el consentimiento expreso de Barton Corp.
Finalmente respecto la “Línea Editorial” se disponía ambiguamente que “es condición de la relación entre los accionistas de la Sociedad Holding el mantenimiento de la línea editorial histórica y tradicional de LA NACION.”

Para asegurarse el cumplimiento de esas disposiciones de inversión por parte de Bartón Corp a cambio de acciones de MNMS Holding, los Saguier otorgaron un mandato irrevocable a los abogados del mencionado estudio neoyorquino, “Fox Horán & Camerini LLP”, Ginebra, Eduardo Taibo, y Rafael Urquía, para que representen el 50 % de las acciones de LA NACION, en la asamblea extraordinaria a realizarse para modificar sus estatuto social. Para que diligencien y supervisen la creación de la sociedad MNMS Holding. Y para vender el 50 % de las acciones de esta sociedad a Barton Corp. Revelándose así que este estudio vinculado con el gobierno de EEUU y la CIA, habría sido el artífice de la asociación entre los Saguier y Barton Corp.

La causa radicada en la justicia contra Saguier y otros

La causa caratulada Saguier, Julio Cesar y otros s/delito de acción pública” Expte. Nº B-6.659/02 se inició por una doble denuncia efectuada por separado el 28 de noviembre de 2002, por Jorge Omar Daives y Marta María Noemí Coste ante la Policía Federal, contra los directivos de MNMS Holding, por el delito de lavado de dinero y asociación ilícita. Estaban basadas en lo publicado por El Guardián el día anterior, aduciendo que la maniobra de copamiento de LA NACION, se había concretado con un ingreso de capitales sin declarar en la AFIP.
Destacando como agravante de haber sido ejecutados por directivos de un conocido matutino, “quienes tienen a su vez la trascendente responsabilidad de informar a la opinión pública para hacer más transparente el funcionamiento de las instituciones republicanas”.
Las denuncias pasaron al juzgado de la jueza María Romilda Servini de Cubria, opinando a principio de diciembre del 2002 el fiscal Federico Delgado, que la jueza debía declinar su competencia y remitir las actuaciones al juez en lo Penal Económico, por tratarse en principio de una cuestión impositiva. No obstante Servini de Cubria rechazó ese planteo, y ante ello fiscal adjunto de Delgado, Eduardo Freiler, apeló ante la Cámara Nacional de Apelaciones Federal.
Por su parte el fiscal General, Norberto Quantin, que reemplazaba al fiscal General Germán Moldes, en febrero de 2003 desistió de esa apelación, diciendo que primero “corresponde al juez de la causa esclarecer los aspectos fácticos del proceso para evitar pronunciamientos prematuros”.
La causa volvió así a manos de Servini de Cubría, quien a mediados de marzo del 2003 pidió a la UIF (Unidad Información Financiera) a cargo de la Cra. Alicia López, que colaborara con la pesquisa. A principios de abril Servini instó a la UIF que informara los resultados de ella, ante lo cual la directora de la UIF María José Meincke, expresó que eranecesario contar para ello con copias completas de los expedientes relacionados con la inscripción de las empresas involucradas, actas y registros conexos, sus antecedentes patrimoniales y financieros, y la documentación presentada a la AFIP por ellas y sus directivos.
En consecuencia el 21 de abril el Juez Federal Subrogante Norberto Oyarbide, ordenó librar oficio a la Inspección General de Justicia y la AFIP para que en plazo de cinco días remita copias de esa documentación. Ante la demora en cumplir ese pedido, a fines de abril Servini ordenó a la Policía Federal y la UIF que precedieran a incautar esa documentación.
Seguidamente la UIF informó que para confeccionar el análisis necesitaba contar también con los libros contables, actas y registros de las firmas involucradas, y que el BCRA informara respecto si el Clariden Bank AG, contaba con autorización para funcionar en el país. Y se entregara en tal caso la documentación vinculada con las operaciones concretadas por las firmas investigadas.
Acorde con ese pedido, el 27 de mayo de 2003, Servini de Cubría, ordenó allanamientos en las oficinas donde funcionaban las empresas involucradas, incluido el diario LA NACION. Los que se concretaron al día siguiente, en horas de la mañana, encabezados por el Jefe de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, conjuntamente con Alicia López, quienes no efectuaron revisación alguna, y se limitaron a solicitar la documentación.
Seguidamente compareció en la causa Julio César Saguier, en su carácter de Presidente de S.A. LA NACIÓN, quién pidió copia de la totalidad del expediente y designó a Roberto Durrieu, secretario de Justicia durante la dictadura, como defensor.
A continuación el 2 de junio de 2003, ante la demora del BCRA, la jueza libró orden de requisa ante este, para que informe respecto el Clariden Bank. Y a pedido de la UIF, el 14 de junio el tribunal dispuso que los imputados provean una serie de informes y documentación adicional referida a las transacciones entre las firmas involucradas. Intimándolos a su entrega, e intimando también a la Presidenta de la UIF, a que en el plazo perentorio de 72 horas, entregue el informe solicitado, que fue cumplido seguidamente.
Por su parte el 20 de junio de 2003, el imputado Saguier, presentó un escrito solicitando se dicte sobreseimiento de todos los imputados en la causa, y se proceda a la devolución de los libros y documentación secuestrada, haciendo a su vez reserva del caso federal, considerando que se encontraban en juego garantías de orden constitucional.
Esto es todo lo que se conoce públicamente de dicha causa, en base al expediente labrado en el Consejo de la Magistratura, con motivo del pedido de jury incoado contra la jueza Servini, por el allanamiento a LA NACION. Que fue desestimado por dicho Consejo un año después de concretado el mismo.
El cierre de la causa contra Saguier con la intervención del fiscal Moldes
Extrañamente, toda la información que brinda la web respecto la resolución de dicho caso, se ciñe a decir que fue cerrado en el 2005 por la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal. Que entonces estaba integrada por Horacio Cattani, Martín Irurzun, y Eduardo Farah, magistrados que hoy se muestran implacables, no contra el poder de turno, sino contra el que le precedió.
Quienes habrían declarado nula la medida tomada por Servini de Cubría a fines del 2002, de investigar y no pasar la causa al fuero penal económico, nulificando así a favor de los Saguier, todos los actos posteriores. Y también habrían ordenado el archivo del expediente, sin pasarlo al fuero penal económico, quizás con la convicción que transcurridos diez años de los hechos, para el cual ellos mismos se tomaron su tiempo, los posibles delitos tributarios estaban prescriptos.
El defensor de los Saguier ante la Cámara, fue el abogado Joaquín da Rocha, del estudio da Rocha, Gene, Muraba. Que tiene como adscriptos del palo peronista, a Rafael Bielsa y Octavio Bordón. Por ello da Rocha fue designado Procurador del Tesoro en el 2010, para ser luego removido de sus funciones menos de un año después por la presidenta Fernández de Kirchner, por su inacción en el caso Papel Prensa, y los contactos que mantenía con los Saguier.
De cualquier manera uno de los principales artífice para este resultado negativo, no habría sido otro que el fiscal General German Moldes, titular de esa fiscalía, que había sido sustituido momentáneamente por Quantin, el impulsor de la causa. El que al menos no habría instado la causa, ni apelado ante la Cámara de Casación, si es que el mismo no fue el que planteó la nulidad. Moldes proviene del peronismo de derecha, y llegó a ese puesto gracias a los oficios de Carlos Corach, el de “los jueces de la servilleta”, y de José Luis Manzano, el de “robo para la corona”.
En 1992 se desempeñó en el cargo de secretario de Población, como segundo de Manzano en el Ministerio. Y el director de Migraciones Gustavo Druetta, lo denuncio por haber montado una “industria de la radicación” de extranjeros y venta de pasaportes. Posibilitando así el ingreso irregular al país del traficante de armas sirio Monzer Al Kassar.
Ante este escándalo, Moldes renunció en diciembre de 1992, pero seis meses más tarde fue nombrado fiscal ante los Tribunales Orales en lo Penal Económico de la Capital Federal. Y a principios de 1994, por influencia del jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, fue nombrado fiscal adjunto ante la Cámara de Apelaciones de la Capital Federal, quedando bajo su supervisión la causa de la voladura de la AMIA.
En veloz ascenso, en mayo de 1995 Moldes pasó a ocupar la fiscalía General ante la Cámara de Apelaciones, que aun ocupa. Y tiene como uno de sus fiscales adjuntos a Eugenia Anzorreguy, sobrina del mencionado jefe de la SIDE, que luego fue procesado por el encubrimiento en el caso AMIA. Cuya designación fue cuestionada por el resto de los fiscales, por entender que carecía de antecedentes para ese puesto.
A partir de allí Moldes mantuvo solidos lazos con los jefes de la SIDE, entre los que descollaba “Jaime” Stiuso. Siendo memorable la actuación que tuvo cuando concurrió a la escena del atentado de la AMIA, y alzando un pedazo de metal proclamó ante los periodistas que se trataba de un coche bomba. Prueba que no obstante se olvidó de resguardar. Casualmente esta temprana interpretación del atentado, estaba en perfecta sintonía con la sostenida por la CIA, el Mossad, y Stiuso.
Su supervisión de la causa AMIA no obstante fue un rotundo fracaso, dado que el juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Müllen y José Carlos Barbaccia a cargo de la causa, fueron destituidos en el 2005, y enjuiciados por encubrimiento del atentado. Y seguidamenteMoldes fue acusado por los familiares de las víctimas, de “cajonear” esta causa que investiga la investigación de la AMIA.
En la que actualmente también están encartados el mencionado ex titular de la SIDE y tío de la fiscal adjunta de Moldes, Anzorreguy, y el ex titular de la AMIA y la DAIA, Rubén Beraja. Siendo también acusado de haber permitido que zafara de ella el imputado Corach, al adelantar que no iba a sostener una apelación a su sobreseimiento, si lo llegaba a concretar el fiscal Patricio Evers. Motivando estas peripecias que el fiscal Alberto Nisman lo acusara públicamente, de haberla obstruido en su desarrollo.
Por su parte en el 2013, los integrantes de Memoria Activa representantes de las víctimas, denunciaron a la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó que los fiscales Moldes, Nisman, Evers, y Raúl Pleé, no cumplían con el deber constitucional de promover la acción penal y defender los intereses de la sociedad, pidiéndole sus reemplazos.
Sin embargo Moldes secundado por Raúl Plee, fue uno de los airados fiscales convocantes a la marcha del 18/F con motivo de la muerte de Nisman, sosteniendo sin prueba alguna que se trata de un homicidio. Acorde con la tesis formulada ante la justicia y difundida en la sociedad por Jaime Stiuso, no obstante ser este objetivamente el inductor al suicidio de Nisman.
Al haberlo intoxicado con falsa información a través de su subordinado Ramón “Allan” Bogado, para que hiciera una falsa denuncia contra la presidenta de la Nación Fernández de Kirchner, que al percatarse de ello lo llevó a quitarse la vida.
La actual pareja la fiscal Anzorreguy adjunta de Moldes, es Fabián Aníbal Picon, socio de Eugenio Ecke. Con quien comparte el domicilio fiscal, al ser ambos dueños de Palermopack SA, la firma que detenta el automóvil Audi que empleaba Nisman hasta el día de su muerte. Y junto su otro socio, el desaparecido financista Damián Stefanini, ambos efectuaron depósitos en la cuenta clandestina que Nisman tenía en Nueva York.
Ecke por su parte fue jefe de Seguridad del grupo Exxel, y es considerado como el operador de Frank Holder. Un oficial de Inteligencia de la Fuerza Aérea de los EEUU, que fue transferido a la sección de Asuntos Latinoamericanos de la CIA, Y se desempeñó en los ‘90,como analista político – militar de la embajada estadounidense en Argentina, cuando aconteció la intrusión de Bartón Corp en LA NACION, y otros hechos luctuosos que se narran más adelante.
Holder después fundó, vendió, y trabajó en distintas empresas de seguridad e investigaciones: Holder Associates, Kroll Inc, Holder International, FTI Consulting, y BGR (Berkeley Research Group). Las que en realidad son agencias de inteligencia privadas, y muchas de ellas funcionan a la sombra de la CIA, habiendo sido fundadas por ex agentes de esta.
Interin Holder tuvo que cumplir una probation, por haber hecho una falsa denuncia de robo de un vehículo que había importado como diplomático. Y también se vio envuelto en la misteriosa muerte del matrimonio Perel (Isidoro Mariano Losanovsky Perel, y Rosa Berta Golodnitzky) acontecido a principios de 2001 en Cariló, ambos con un disparo en la nuca, que permanece impune.
Quedando la duda si se trató de dos homicidios, o de un homicidio y un suicidio posterior, deliberadamente ejecutado para que parezca un homicidio, o de un montaje para dar apariencia de esto. Habiendo previamente Losanovsky Perel entablado una demanda contra Holder y Kroll Inc., por falsos informes comerciales, por el que Kroll se vio obligado a indemnizarlo.
De esa forma rodea al fiscal Moldes toda una trama de sórdidas relaciones con los submundos de los servicios de inteligencia, que en nada se corresponde con la supuesta majestad de la Justicia.
Moldes también ha sido acusado de no haber sostenido la apelación ante la Cámara Federal en el 2010, en dos causas contra el matrimonio Kirchner, una por negociaciones incompatibles con la función pública, y otra por asociación ilícita. Y repartiendo una de cal y otra de arena, lo mismo hizo con respecto a una causa abierta contra Eduardo Amadeo, el representante de los intereses de EEUU en Argentina. Sustanciada con motivo de falsos subsidios otorgados cuando se desempeñaba como secretario de Desarrollo Social del presidente Menem.
Algo parecido a lo que habría hecho en la causa contra Saguier y los restantes socios de LA NACION. No obstante hoy cuestiona ruidosamente a otros fiscales que obran de manera parecida. Y como un Savonarola moderno, escribe incendiarias notas en Clarín, plagadas de adjetivos, despotricando contra el “Stalinismo en Comodoro Py” (6/12/16). Con una jerga de “guerrero frio” impropia de un fiscal y más bien propia de un agente de la CIA como Holder. Proclamando además que hay que “desratizar y fumigar” la Justicia Federal.
Para lo cual habría que comenzar por el mismo, si se atiende la denuncia que hizo el médico y escritor Jorge Rachid, secretario de Prensa durante el gobierno de Carlos Saúl Menem. Quien tras ese estrepito de Moldes, denunció públicamente que este en 1990 como funcionario del Congreso y operador de Manzano, le había ofrecido un portafolio con dinero, si desdecía lo publicado por la revista Confirmado.
Dando cuenta de la denuncia que había efectuado pocos meses antes Rachid en una reunión de Gabinete, diciendo que Manzano le había ofreció a él y a Menem, el 30 % de participación en la privatización de Canal 11 (hoy Telefé), si esta e efectuaba a favor de Franco Macri y Silvio Berlusconi.
No obstante los fiscales federales subordinados a Moldes, se quedaron en el molde. Y a ninguno de ellos, que hoy ponen rostros de valientes ante las cámaras, se le ocurrió imputar a su superior. Atento que pese el tiempo transcurrido, a lo largo del mismo Moldes se desempeñó como funcionario público hasta la fecha, por lo que la prescripción no correría a favor de él.
La disfunción de Moldes como agente de la Justicia, y de la misma Justicia Federal, se puede apreciar objetivamente con los datos que ofrece el Observatorio de Corrupción inaugurado recientemente por la Corte Suprema. Que da cuenta que por la Cámara de Apelaciones Federal donde él se desempeña, se tramitaron desde 1996 hasta la fecha 494 causas de corrupción, de las que solo han pasado a juicio oral 10 de ellas, un magro 2 % del total. Habiéndose terminado solo 26, un 5 % del total, y ninguna de ellas con condena a los imputados.

Las repercusiones públicas de la causa judicial
El allanamiento al diario LA NACION ordenado por Servini de Cubria, arranco estentóreas protestas, con editoriales de Clarín y LA NACION, y por parte de diarios colegas, y columnistas de diversos medios. E incluso algunos funcionarios y políticos que salieron a expresar sus apoyos al diario allanado y sus directivos.
Entre ellos el secretario de redacción de Página /12 Martín Granovsky, y el columnista estrella de LA NACION, Joaquín Morales Solá. Coincidiendo todos ellos en descalificar a El Guardíán como “pasquín sensacionalista”, atribuyendo al ex banquero Moneta oscuras intenciones de apoderarse de LA NACION. Y casualmente todos ellos también coincidieron en otra actitud, consistente en no informar a sus audiencias en qué consistía la denunciade El Guardián, y el trámite judicial que había ocasionado. O sea no solo descalificaron al mensajero, sino también ocultaron el mensaje.
Y así si uno pone actualmente en los buscadores de internet las palabras <servini saguier> entre el 1/1/2003 y 31/12/2005, lo único que obtiene son cinco notas de medios secundarios, ya que ningún medio de primer orden cubrió ese caso. Y los mismo pasa si se pone <NMMS Holding>. Correspondiendo además todas esas notas, al primer semestre del 2003, como si una mano poderosa se hubiese encargado de limpiar la web, lo cual habla además de la pésima calidad o corrupción del periodismo argentino.
La SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) y ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) también rasgaron sus vestiduras. Sosteniendo esta última que se procuraba debilitar a La Nación “para que capitales hostiles puedan adquirir parte de sus acciones mediante la compra de su deuda a precios devaluados”.
No obstante haberse hecho imposible esa toma de control, al menos por parte de capitales extranjeros, por efecto de la ley de “protección de industrias culturales” que acababa de sancionar en el Congreso el bloque justicialista, tras el triunfo de Néstor Kirchner como candidato a presidente de la Nación. Para el que había contado con el solapado apoyo de Clarín y LA NACION, mediante la difusión de tapas alarmistas y falsas encuestas que alteraron la actitud del electorado, siendo retribuidos por el presidente Eduardo Duhalde con dicha ley.
Por su parte la edición de El Guardián posterior al allanamiento, se regocijba con este, poniendo en tapa un título catástrofe sobre fondo negro “TODAS LAS PRUEBAS – LA NACION – LOS SAGUIER – EL LAVADO”. Y seguidamente le dedicó diez páginas al tema, mostrando el facsímil de las pruebas. Diciendo además que el abogado de los Saguier, Durrieu, le había pedido a la presidenta de la UIF Alicia López, que saliera de incógnito de LA NACION y no mostrara la cara, para aminorar el escándalo.
Agregando que los hermanos Julio César y Alejandro Julio Saguier se habían presentado ante la jueza Servini, para conocer detalles de la causa y brindar explicaciones, ante las cuales está les habría espetado en seco: “Lo que ustedes tienen que explicar es lo de Barton, quién es Barton y de donde salió la plata”. Ante lo cual “los hermanos Saguier empalidecieron y uno de ellos balbuceo una respuesta: “Es que doctora… es que de eso, de eso no podemos hablar.
También decía que en las oficinas de LA NACION se vivía un clima de escándalo, con un Bartolomé Mitre que en tono de revancha por el desplazamiento que había soportado proclamaba a los cuatro vientos, “Estos p… no solo fundieron el diario sino que van a lograr que alguien termine preso”.
Pero a continuación, sorpresivamente El Guardian dejó de aparecer. Recién reapareció ocho años después, en el 2011. Pero abandonando enteramente su línea editorial previa, de “periodismo explícito” y denuncias explosivas como la de Bartón Corp, asunto del que se olvidó enteramente, su cobertura la centró en temas políticos y económicos en una línea afín al kirchnerismo, hasta su cierre en el 2013.
La postura de la revista Veintitrés que luego olvidó
El único medio de alguna trascendencia que no se dedicó a matar el mensajero y ocultar el mensaje, fue la revista Veintitrés dirigida por Jorge Lanata. Que parodiando la página de Economía & Negocios de LA NACION, a fines de junio del 2003, publicó una nota con título “Secretos y mentiras en la denuncia por lavado – Dos ignotas compañías off shore son accionistas del segundo diario nacional”.
La nota comenzaba: “En principio, todo es cierto: la denuncia la hizo un prófugo de la Justicia por estafas”, pero más adelante aclaraba “el problema es, también, si lo denunciado es cierto. Es decir si puede imputarse al matutino fundado por Bartolomé Mitre, el delito de lavado de dinero. Veintitrés tuvo acceso al expediente judicial que originó la denuncia en manos de María Romilda Servini de Cubría. Y allí, hay elementos probatorios de que la “tribuna de doctrina” depende de dos ignotas corporaciones off shore y sospechas de lavado de 76 millones de dólares en efectivo para limpiar sus deudas financieras”.
Tras plantear que “cuando se devele el misterio de quienes son los que están detrás de Barton Corp (una de las ignotas corporaciones off shore) tal vez nos sorprendamos”, continuaba: “La Justicia aun no puede establecer (ni consigue que LA NACION lo haga) quienes son los verdaderos capitalistas, cual es el origen del dinero y que canales se usaron para su traslado.”
¿El Guardián está equivocado? Los informes que produce LA NACION conducen a quitar toda credibilidad a El Guardián. Sin siquiera tocar la cuestión que se describe en la investigación. Y se descarta la información por ser “parte de una estrategia para realizar una compra hostil”. “¿Llegará el momento en que todo artículo negativo sobre alguien o algo sea desacreditado por supuestas motivaciones ajenas a la labor de informar a la sociedad, si no es realizado por “medios que respeten la tradición y lo establecido”?
¿No es noticia publicable que el diario LA NACION está en manos de los fantasmas de Barton Corp? ¿No es de interés? El ex fiscal y actual secretario de Seguridad. Norberto Quantín dictaminó que la denuncia merece ser investigada. Y sobre la calidad del denunciante (el prófugo por estafas) no es obstáculo para investigar el fondo de la cuestión”, decía la nota de Veintitrés.
Por su parte Ernesto Tenembaum, el colega de Lanata en esa revista, afirmó: “LA NACION se niega a decir de donde sacaron los 38 millones de dólares para comprarle su parte a los Mitre y controlar el diario. Dicen que no lo quieren debatir en público porque el tema se agranda. Si algo tiene que hacer un diario es debatir en público cosas como esas”.
La diferencia de los 76 millones de dólares a los se refirió Lanata, proviene de la detección por parte de Veintitrés de un giro por más de 33 millones de dólares, a favor de la filial del mencionado estudio AFRA, en la isla de Aruba. Enna Ferrer de Carles, integrante del mismo, había sido en su juventud beneficiada con una beca Fulbright en EEUU a fines de los ‘80, en la que habría coincidido con el presidente de LA NACION, Julio César Saguier, también beneficiado con ella.
Por su parte otro colega de Lanata, Marcelo Zlotogwiazda, en consonancia con ellos afirmó: “Los periodistas suelen decir que la información sirve en sí misma. No importa quién la publique. Lo que valen son los datos, los documentos. Dicho de otra manera: Si fuera el diablo el que dice la verdad, si la verdad es verdad, es verdad. Estoy totalmente de acuerdo con esto”.
No obstante ese trio fantástico, y su colaborador de entonces Nicolás Wizñaki, parecen haberse olvidado velozmente de esa “verdad”. Y así hoy fatigan a sus audiencias con la ruta de los dineros K, pero nada dicen de la ruta de los dineros S de los Saguier. Lo cuatro nunca más volvieron a hablar de ello, al compás de los apuros económicos que soportaba la revista Veintitrés, fundada por Lanata en 1998. Que pretendía competir con Noticias, de la Editorial Perfil, la revista de actualidad de mayor relevancia.
La cual en sus ediciones de entonces denostaba a Moneta, pero nada decía ni de Bartón Corp, ni de MNMS Holding. Al comienzo, Lanata tuvo suerte en esa postura. Llegó a vender hasta 250.000 ejemplares en sus primeras ediciones. Sin embargo cinco años después su suerte había cambiado, ya que en el 2004 su circulación apenas llegaba a entre 15.000 y 20.000 ejemplares semanales. Por efecto de la competencia de internet, y de otras revistas que aparecieron ínterin, como TXT y Debate.
Finalmente en el año 2008 Lanata abandonó Veintitrés para lanzar el diario Crítica. Y mostrando su afinidad con la embajada de EEUU, concurrió a esta para pedirle que sugiriera a las empresas norteamericanas que pusieran avisos en su diario. Para poder enfrentar la competencia desleal que soportaba por parte el grupo CLARIN, según revelaron los cables de Wikileaks.
Se dice que en el periodismo se gana más plata con las noticias que no se publican, que con las que se publican. Como es el caso de Noticias, que habló de Moneta pero no de Barton Corp y los Saguier, y tantas otras. Pero en el caso de El Guardían y Veintitrés, ello se podría ampliar diciendo que también se logra, con las noticias que se dejan de publicar.
Según las constancias de la causa abierta con motivo de su homicidio, Luis a fines del 2005 le manifestó a su abogado Adrián Hope, que tenía la intención de testar a favor sus sobrinos Mitre, las acciones que aún poseía de SA LA NACION. Y de repartir una fortuna en efectivo y bienes estimada en 25 millones de dólares, obtenida buena parte con la venta de sus acciones de SA LA NACION, con dos de sus amantes, Marcelo Gaspar “Ener” Chiapetta, y Tomás González, y otros amigos. Acción que quedaron en concretar formalmente al comienzo del año siguiente, habiendo no obstante según algunas fuentes, confeccionado un testamento ológrafo con esas intenciones.
Pero en la medianoche del penúltimo día de diciembre del 2005, tras cenar en soledad, regresó solo a su departamento ubicado en el selecto barrio porteño de Recoleta, en el 8º piso de Posadas 1454. Que contaba con seguridad las 24 hs, y guardia personal encargada de controlar el acceso a la vivienda.
Allí lo estaban esperando al menos dos hombres desde hora y media antes, que habían encendido su computadora, que Luis no usaba ni sabía cómo hacerlo. Quienes pese la denodada resistencia que opuso, lo redujeron violentamente a golpes, lo ataron a una silla de pies y manos. Y lo asfixiaron hasta morir haciéndole el “submarino seco”, con una bolsa de nailon asegurada con bandas adhesivas.
Sin intentar violentar la caja fuerte que había en el departamento, los asesinos solo se llevaron unas condecoraciones de bronce otorgadas a su padre, arrancadas del panel donde se exhibían. Por lo que la hipótesis de robo quedó descartada de entrada. Y algunas versiones dicen que también tiraron al inodoro el árbol genealógico de los Mitre, que Luis irónicamente había colgado en el baño.
Su cadáver recién fue encontrado el primer día del año, por su empleada doméstica Ema Dreid, que se alarmó al encontrar varios diarios tirados en la puerta de entrada. Razón por la que llamó al psiquiatra de la víctima, Rafael Groisman, que poseía llaves del departamento, y a sus familiares. Narrando Drei que estos concurrieron inmediatamente, pero seguidamente tardaron más de cuatro horas en dar aviso a la policía, previo intentar la concurrencia de un médico amigo. Que alertado por el caso García Belsunce, les recomendó que llamaran a ella
Mientras tanto su hermano Bartolomé se dedicó a coordinar con el diario LA NACION el tratamiento a darle a la noticia, a la par que sus hermanas se preocupaban por los papeles que podría haber dejado el occiso. Drei testificó también que antes que llegara la policía científica, aparecieron dos hombres de civil que se presentaron como policías, y revolvieron el departamento, en busca de documentos y dinero.
Detalle que evidencia que los homicidas no tenían eso como objetivo, lo cual en principio dejaría a salvo del homicidio a la familia Mitre, que en tal caso solo habrían intentado aprovecharse de ella. En consecuencia la investigación del mismo se encaminó inicialmente contra su ex parejas, Gonzalez, y Chiapetta, quien no obstante al poco tiempo fue dejado en libertad por falta de mérito. Al comprobarse que los dos tipos de sangre detectados en el departamento, que no correspondían a Mitre, tampoco correspondía a la de estos.
También resultó sospechado el vigilador Carlos Socorro, que no vio entrar a los asesinos. Con el agregado de haber desaparecido el libro de novedades que registraba las entradas y salidas. Habiendo no obstante muerto este pocos años después, pese su juventud, y lo mismo sucedió con otro vigilador a cargo del turno.
Por su parte los sobrinos de la víctima, hijas e hijos de sus hermanas, Soledad Lacarra Mitre, Paula Lamarca Mitre, y Miguel y Félix Larreta Mitre, manifestaron públicamente muchos años después, en el 2014, que habían mantenido reuniones con un abogado, procurando hacer una investigación paralela, que apuntaba a su hermano Bartolomé Mitre como autor del crimen. Motivado supuestamente por el odio, por haber perdido por su culpa el control de LA NACION, y la codicia por su herencia. Habiendo Paula Lamarca, deslizado en la causa judicial esas dudas, y la posibilidad de que la familia haya encubierto lo sucedido.
Lo cierto es que a la par que se eternizaba la causa penal, la sucesión civil en la que intervino el mencionado Hope, abogado de Luis, marchó sobre rieles. Y así a los pocos meses los hermanos y hermanas de Luis Emilio, pasaron a detentar sus bienes, repartiéndose las acciones de SA LA NACION, y el efectivo encontrado en diversas cuentas, en Montevideo y Nueva York.

El asesinato de Mitre “un mensaje mafioso”
No obstante a principios del 2006, poco días después del homicidio, su hermana María Elisa concedió un reportaje a la revista Noticias, que planteó una hipótesis enteramente distinta a la una tragedia pasional o intrafamiliar. Anunciándola en la tapa de ella con título, “Inesperado giro en el crimen de Luis Mitre – Hermana y amigos denuncia un mensaje mafioso contra los dueños de LA NACION” (30/1/2006).
María Elisa Mitre de Larreta, psicóloga y psicoanalista, desechó la pista pasional, y afirmo qué habían recibido dos atentados o intimaciones previas. “Estremecida aún por lo ocurrido, María Elisa no descarta que se haya tratado de un crimen mafioso y arrima por primera vez una hipótesis inquietante: “El asesino de mi hermano podría ser una persona que quiso dar una señal que involucre al Gobierno”. Por su parte el amigo de Luis, Uki Goñi, expresó que el suceso “suena como un mensaje a la familia Mitre y a LA NACION”.
“Cuando el lunes 2 llegué al departamento –recuerda María Elisa- había treinta investigadores, huellas por todos lados, la fiscal diciéndome que tenía muchos sospechosos… ¿Y? Ahora buscan a ese pobre tipo “Ener”, que no tiene ningún antecedente y todavía no pueden encontrarlo. A mí me da la sensación de que nunca sabremos la verdad. Porque en este país nunca se descubre nada.”
“Me da temor seguir investigando, alguien dijo que podría ser peligroso para nuestros hijos, y eso me quedó muy grabado… Hoy los miedos se entremezclan con una nueva sospecha alimentada por otra revelación: la familia Mitre habría sufrido dos ataques en la misma semana del asesinato. Por el momento, la familia desistió de contratar los servicios de una agencia privada, que al principio parecía ser una alternativa para desenterrar la investigación oficial del pantano donde se encuentra”.
Seguidamente la nota narra que un sobrino de Luis Mitre y un amigo, fueron interceptados el mismo día del homicidio por dos hombres de 40 años, bien vestidos. Quienes le pidieron que los acompañaran, cosa que hicieron pensando que eran policías, pero estando fuera de la mirada de terceros, los tiraron al suelo y les robaron el dinero que portaban. Y que horas antes del entierro de Luis Emilio, la casa de uno de sus hermanos habría sido asaltada por un grupo de delincuentes.
“Para los amigos de la familia, quienes desfilan anónimos entre la desgracia del lustre ajeno, el asesinato del hermano de Bartolomé Mitre, director del matutino, tiene un móvil claro. “No hay dudas de que es un atentado mafioso – político y eligieron el personaje más vulnerable de la familia para dar el mensaje” asegura Uki Goñi, periodista e investigador, uno de los mejores amigos de la víctima. Y se preguntó ¿Cómo puede ser que al custodio de aquella noche lo hayan trasladado a otro edificio así como así, y que esto no alerte a los investigadores?
Posteriormente en el 2014, María Elisa, olvidó su locuacidad de antaño y se mantuvo hermética al respecto. Pero insistió en negar el motivo pasional, aunque acusó a las ex parejas de Mitre de haber facilitado el ingreso al edificio de los sicarios. Lo cual aleja a los asesinos del círculo familiar, y lo acerca al pesado silencio existente en torno de quienes son los dueños de Bartón Corp. Al que tanto los Saguier como los Mitre, rodearon hasta ahora de un hermético y pesado silencio de plomo, que nadie ha podido perforar.
Existiendo la posibilidad de que Luis Emilio, la oveja negra de la familia Mitre, haya filtrado a El Guardián de Moneta la información reservada de la existencia de esa off shore fantasma, como controlante de LA NACION. No siendo casual en tal sentido que los máximos filtradores de secretos en el mundo, sean dos gay, Edward Snowden, y Bradley Edward Manning (hoy Chelsea Elizabeth Manning).
Como si esa condición felizmente facilitara la aireación de los inmundos secretos que desde siempre se ocultan tras el poder. Y que en consecuencia, Luis Emilio haya sido asfixiado con un “submarino seco”, como un claro mensaje mafioso de que debía mantenerse el silencio.

El silencio es salud dijeron LA NACION y CLARIN
Resulta periodísticamente obscena la casi nula cobertura que dieron al asesinato de Mitre, tanto LA NACION, como su socio Clarín. En abierta contraposición con los escándalos periodísticos que desataron en relación, por ejemplo, con los casos de María Soledad Morales, Garcia Belsunce, Nora Dalmasso, y el fiscal Nisman.
En total hasta la fecha, ambos diarios solo dedicaron menos de una docena de notas al caso, y todas en el primer semestre del 2006. Insinuando de entrada LA NACION que se trataría de un crimen pasional. Y después, Silencio Stampa, Apagón Informativo, Silencio Informativo, Media Blackout, Press Blackout. O como quiera llamarse, por parte de los Noble Mitre de Saguier, y los Noble Magnetto.
Al punto que bien podría figurar como un caso ejemplar de desinformación periodística, y consentimiento del asesinato. Al no haber sacado ni siquiera una nota, cuestionando la demora de la Justicia durante una década sin esclarecer el caso. Tampoco lo hizo la familia Mitre, quizás por el miedo que declararon tener ante un mensaje mafioso.
Por contrario tantos esos medios como la familia, parecen estar usando a una de sus integrantes, perteneciente al mundo de la farándula, Esmeralda Mitre, casada con Dario Lopérfido, para tratar de lavar un cuestionado apellido que quedó oscuramente manchado con sangre. Al punto de confesar Esmeralda en un reciente reportaje, “mi misión fue darle una vuelta al apellido”. Asegurando además que la muerte violenta es lo que suele suceder a las personas que viven solas.
Ante ese Silencio Stampa, Jorge Asís dijo que “el crimen de Mitre resulta ideal para tratar los límites de la libertad de expresión. La imposibilidad de informar sobre lo corporativamente inconveniente. En la Argentina, la concentración monopólica de la información, suele convertirse en un atentado cotidiano contra la democracia”.

Las semejanzas con el caso IBM Banco Nación

El caso tiene ribetes parecidos con el escándalo IBM Banco Nación, que muestra que los muchachos del norte no se andan con chiquitas para arreglar sus problemas. Consistente en el fraude para informatizar dicho banco por parte de la Big Blue, por un monto de 250 millones de dólares, viabilizado con una coima de 38 millones de dólares, o sea el 15 %. En el marco de una estrategia empresaria de vender equipos informáticos al sector público con gigantescos sobreprecios, en cuya área casualmente se encontraba al frente la hoy canciller Susana Malcorra.
El fraude involucraba directamente a las autoridades de la Big Blue de EEUU y las de su filial local. A la cúpula del Banco Nación integrada por los cordobeses amigos del superministro Domingo Cavallo, Aldo y Mario Dadone, Genaro Contartese, Hugo Gaggero, y Alfredo Aldaco. A Alberto Kohan y Juan Carlos Cattáneo, a cargo de la secretaría General de la Presidencia durante el menemismo. Y a Marcelo Cattáneo, hermano de Juan Carlos, titular de la subcontratista de IBM, CONSAD, y de la informática fantasma CCR por donde se canalizaron las coimas.
Tras descubrirse cuentas en Suiza a nombre de dichas autoridades del banco, a mediados de 1998 Contartese y Aldaco confesaron haber recibido esos dineros para concertar el contrato, por parte de Juan Carlos Cattáneo. Siendo en consecuencia citado este a declarar ante la Justicia.
Pero días antes, en octubre de ese año, después de haber dejado filtrar que estaba dispuesto a esclarecer el caso, Cattaneo apareció muerto por asfixia, colgado de una soga, en una casucha junto al rio detrás de la Ciudad Universitaria. Teniendo dentro de su boca prolijamente doblada una nota periodístico impresa del diario LA NACION, referida al escándalo IBM Banco Nación.
La muerte de entrada fue caratulada como averiguación de suicidio, y a lo más que se llegó a investigar fue de suicidio inducido, sin probarse por parte de quien. No obstante que suviuda aseguraba que lo habrían mandado a matar, para evitar que declarara en tribunales. Pero lo cierto que allí se acabó enteramente la locuacidad de los involucrados y su colaboración con la Justicia, quienes se llamaron a silencio.
De esa manera diez años después, en el 2009, el caso se cerró sin pena ni gloria, ni juicio oral y público, pese las confesiones existentes. Ya que ninguna de las autoridades de IBM de la matriz en EEUU ni de la filial local fueron condenadas, y tampoco las autoridades políticas argentinas.
Solo recibieron penas menores los directores del Banco Nación Mario Dadone, Contartese, Gaggero, y Aldaco, a cambio del compromiso de devolver en cuotas parte del dinero de la coima. Quienes evitaron el juicio oral y público con un juicio abreviado, negociado opacamente con la fiscal federal Sabrina Namer, que hoy está a cargo de la causa AMIA. Pidiéndoseles disculpas además por el largo trámite de la causa.
Por su parte Aldo Dadone, el gran amigo de Cavallo y firmante del contrato como presidente del banco, zafó limpiamente diciendo que apenas sabía lo que era una PC. Y que la cuenta que le habían detectado en Suiza a nombre de la off shore fantasma Vesley, no le pertenecía a él. Lo cual felizmente lo corroboró el subsecretario de PYMES de su íntimo amigo Cavallo, y ex secretario en la embajada en Washington, Guillermo Juan Hunt. Quién se atribuyó la misma y justificó esos cuantiosos dineros, diciendo que provenían de la explotación de campos heredados.

El coletazo de evasión impositiva tras la sociedad con Barton Corp.
En el 2000 Matilde Noble Mitre de Saguier percibió una distribución de dividendos de Matilde de Saguier Corp, provenientes de MNMS Holding, del orden de los dos millones de pesos, que fueron girados directamente desde SA LA NACION a su beneficiaria. Sin pagar tributo alguno por ello, por considerarlos dividendos de fuente nacional, que estaban en cabeza de SA LA NACION, pese provenir supuestamente de la off shore fantasma Matilde de Saguier Corp.
Por esa maniobra, el juez federal Javier López Biscayart la imputó a ella, y también a su hijo Alejandro Julio, por considerarlos partícipes primario de la evasión, calculada en 822 mil pesos. Biscayart, ya había investigado a la familia en 1997 por otra presunta evasión, pero la justicia no avanzó en tiempo y forma con la instrucción, y la causa prescribió.
Pero en esta ocasión Biscayart procesó. Y por ello en este caso la Justicia, que se había encargado de tapar el lavado de dinero de Matilde de Saguier Corp, MNMS Holding, y Barton Corp, declarando nula las actuaciones previas, tuvo que hace un esfuerzo intelectual para sobreseer a los imputados y declararlos inocentes.
En concreto, los jueces de la Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico, Carlos Alberto Pizzatelli, Roberto Enrique Hornos, y Marcos Arnoldo Grabivker, dijeron que impositivamente había que ir al fondo de la cuestión, dejando de lado las formalidades. Y que en definitiva, si la renta original provenía de SA LA NACION, aunque la detentara la sociedad off shore fantasma Matilde de Saguier Corp, proveniente de MNMS Holding, había que dejar enteramente de lado esa triangulación, y considerar que SA LA NACION había tributado por ella, y a otra cosa mariposa.
Sin tomarse el trabajo de ver porque existía esa triangulación a través de off shore fantasmas. Lo cual muestra la asimetría de la administración Justicia, según si el justiciable es hijo de Mitre, o un cualquiera, sobre el que seguramente le hubiesen caído todas las formalidades de la ley. Sin hacer ningún esfuerzo para fijar novedosas jurisprudencias. Aunque estas en definitiva pongan en evidencia la inacción de la Justicia en etapas previas.

La voraz compra de medios posterior a la irrupción de Barton Corp.
En 1996 inmediatamente después de la irrupción de Barton Corp, S.A LA NACION, junto al Grupo Clarín, y al holding español Vocento, conformaron CIMECO (Compañía Inversora de Medios de Comunicación S.A.) y adquirieron el control accionario de los dos principales diarios del interior, Los Andes de Mendoza, y La Voz del Interior de Córdoba. Que tenían la característica de ocupar entonces una posición dominante en el periodismo de esas provincias, por detentar el monopolio de los avisos clasificados, igual que CLARIN.
Vocento, que ocupa una posición dominante en la prensa española, es dueña del diario conservador ABC y otros de similar orientación, con una línea editorial afín al PP (Partido Popular) liderado por José María Aznar y Mariano Rajoy. Gobernantes ostensiblemente aliados con EEUU, habiendo sido España bajo el mando de Aznar, el único país importante que se plegó a EEUU y el Reino Unido, para concretar la invasión a Irak en el 2003, liderada por George W. Bush, que la ONU había desautorizado.
Tras la crisis económica del 2001, los Saguier debieron iniciar un fuerte proceso de reestructuración de deudas por las acreencias asumidas durante la convertibilidad con bancos extranjeros. Según S.A. LA NACION, la reestructuración logró que a mediados de 2003, la deuda acumulada no pesificable de US$ 140 millones se redujese a US$ 35 millones, a pagar en siete años.
Ya recuperados del terremoto financiero de comienzos de la década, en agosto de 2007 LA NACION y Clarín, adquirieron en partes iguales la participación del grupo Vocento. Y un año después, en la crisis del 2008, S.A LA NACION vendió sus acciones de CIMECO a Clarín. Y dos años después, reorientó sus inversiones hacia portales inmobiliarios y de búsqueda laboral en internet, mediante ingeniosas maniobras financieras e impositivas con empresas off shore.

LA NACION, los Panamá Papers, y más y más offshore fantasmas

No obstante sus andanzas públicas y judiciales con las off shore fantasmas Barton Corp y Matilde de Saguier Corp, (¿o quizás por ello?) LA NACION y algunos de sus periodistas fueron elegidos por el ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) para participar en la investigación de las filtraciones provenientes del estudio de abogados Mossack Fonseca, conocida como Panamá Papers.
Sin embargo, conforme esos antecedentes ocultados por la gran prensa, los Saguier también se ganaron su lugar como investigados en los Panama Papers, con motivo de su ingreso al negocio de los clasificados online. Marcando así otro hito en la maraña de off shore fantasmas urdida por los aparentes dueños de LA NACION, para no transparentar quienes son sus verdaderos dueños, y eludir sus obligaciones fiscales locales.
En esta ocasión LA NACION trató preventivamente de brindar una explicación pública, que había evitado expresamente hacer respecto Barton Corp, pero que en realidad no explica nada. Diciendo que por casualidad se había visto implicada con una off shore fantasma creada por Mossack Fonseca, como consecuencia de un vuelto en el intercambio de sus negocios.

“En enero de 2015, SA LA NACION vendió sus operaciones de clasificados digitales a la compañía internacional líder del sector, denominada Navent Group Ltd. Parte del precio de venta fue cancelado con acciones de esa compañía, que quedaron en poder de SA LA NACION. Las acciones representan menos del 10% del capital accionario de Navent, por lo que desde entonces Luis Saguier figura como integrante del nuevo directorio de Navent. En 2010, cinco años antes de producirse la transacción y cuando se constituyó la sociedad Navent Group Ltd., su registro fue inscripto por el estudio Mossack Fonseca, de Panamá. De allí que SA LA NACION aparezca en documentos de los Panamá Papers.” 
No obstante el sociólogo Octavio Ciaravino, auditor de campo en la Auditoria General de la Nación y docente universitario, brindó una detallada explicación de esa trama, que está lejos del papel casual y tangencial que se atribuye LA NACION. Informando que tras la crisis de las puntocom en el 2003, Nicolás Tejerina logró sobrevivir con el sitio Bumerang, reciclado con el nombre de Navent, gracias al aporte financiero informal de SA La Nación SA.
Se expandió así en seis países de la región, en el negocio de los clasificados online, citas, y afines, y se radicó en el paraíso fiscal de las Islas Caimán, con el nombre de Navent Group Ltd. Desde allí controla las subsidiarias locales: Navent Argentina, Navent Brasil, Navent Colombia, etc, a los efectos de eludir los impuestos locales.
Por su parte Saguier también incursionó en el negocio de los clasificados online. En el 2008 financió y luego adquirió Deremate.com, que luego pasó a llamarse DRIDCO (DeRemate + Interactivos Digitales + Compañía). Y expandió sus negocios con los lanzamientos de Danuncis.com, y  NexoLocal.
En agosto de 2008,  DRIDCO vendió a MercadoLibre.com las operaciones de DeRemate, DeReto y DePagos en U$ 40 Millones de dólares, realizando la transacción más importante de venta de negocios en internet de América Latina en los últimos años. De esta manera DRIDCO de los Saguier obtuvo el financiamiento necesario para seguir desarrollando sus negocios, publicando online los avisos clasificados inmobiliarios (www.zonaprop.com) y laborales (www.zonajobs.com) y tributando en el exterior.
DRIDCO Holding LLC (fundada en enero de 2010) se encuentra registrada en el paraíso fiscal de Delaware, EEUU, en el que se encuentran radicada con el mismo nombre DRIDCO USA, INC. (fundada en Julio del 2008). No informando opencorporates.com de más datos, al tratarse de empresas conchas o fantasmas, con las que expresamente se evade esa información.
Existen también una DRIDCO Hispania SL, fundada en España en junio del 2011. YDRIDCO Luxembourg SA, fundada en agosto 2013, registrada en el paraíso fiscal del Principado de Luxemburgo, siendo esta última empresa la que controlaría a las anteriores. La que a su vez estaría controlada por la sociedad holandesa Hispanoamerica Media Investment bv (HMI.bv) de la cual es accionista SA La Nación.
En el 2015 Saguier decidió vender los portales de clasificados de DRIDCO a la compañía Navent Group de Tejerina. Según La Nación, dicha operación incluyó un intercambio de acciones por el cual Saguier pasó a ser dueño del 10 % de Navent Group. Por ello su figuración en el directorio de Navent Panamá.
No obstante los Saguier en su explicación no tuvieron en cuenta que Navent Group está registrada en Islas Caimán, siendo allí donde debería aparecer el 10% de Saguier, y no en la filial panameña de Navent. Con el agregado que ninguna de esas compañías Navent figura en opencorporates.com, siendo por ello fantasmas. A lo que se suma que olvidaron enteramente de hablar de la trama de off shore fantasmas de DRIDCO, igual que antes hicieron con Barton Corp.
Pero ahí no acaban la cosa, lejos de ello. Dado que opencorporate.com informa que Luis Maria Saguier, integrante de la familia, y hasta el 2014 CEO de Personal de LA NACION, fue director de HSM FORUM LIMITED, radicada en el Reino Unido, que operó entre Julio del 2005 y Junio de 2009. Y tenía como codirector a José Luis Marcelino Caputo, el hermano fallecido prematuramente del hoy famoso Nicolás “Nicky” Caputo, el “hermano del alma” del presidente Macri.
El mismo Saguier fue director de DEREMATE.COM. INC. radicada en Florida en noviembre de 1999, hoy inactiva. Y existen otras dos homónimas inscriptas en parecida fecha. Una DEREMATE.COM.DO INC, en Panama, en octubre del 2000. Y la fantasma de la que no se conocen sus dueños ni directores, DEREMATE.COM INC, inscripta en el paraíso fiscal deDelaware en agosto de 1999.
En la DEREMATE.COM de Florida, Saguier tenía como codirectores a los ejecutivos de LA NACION, Francisco Cabrera, y Eduardo Lomanto, y a Gustavo Mirko Schlossberg, el director de MNMS Holding que intervino en la entente con Barton Corp. También estaban Mariano Nejamkis y Guido Grinbaun, los conductores de DeRemate.com. Todos los nombrados incluido Saguier, aparecen también en la firma OPERACIONES USA, INC. Radicada en julio del 2000 en Florida, hoy también inactiva.

La “tribuna de doctrina” multinacional de LA MULTI – NACION

Luis Saguier es director también de GDA (GRUPO DE DIARIOS AMERICA S.A.) firma radicada en Florida en septiembre de 1998, tras la intrusión de Barton Corp. en LA NACION. Se trata de una agrupación de diarios y empresas periodísticas de América Latina, integrada actualmente por once diarios: La Nación (Argentina), O Globo (Brasil), El Mercurio (Chile), El Tiempo (Colombia), La Nación (Costa Rica), El Comercio (Ecuador), El Universal (México), El Comercio (Perú), El Nuevo Día (Puerto Rico), El País (Uruguay), El Nacional (Venezuela) y La Prensa Gráfica (El Salvador).
Su objetivo, según su página web, es facilitar la colocación de avisos en más de uno de esos países. Y “fortalecer el intercambio de contenidos periodísticos y editoriales consolidando al GDA como la mejor fuente de información sobre América Latina”. O sea establecer desde EEUU una uniformidad informativa por parte de esos medios, que son la expresión de los sectores conservadores de esos países simpatizantes con EE.UU.
Públicamente según propia confesión, LA NACION también es dueña de la empresa fantasma US HISPANIC MEDIA, INC, radicada en el paraíso fiscal de Delaware en enero de2012, de la que opencorporates.com no brinda mayores detalles. Pero cuyo presidente es el mencionado Lomanto, gerente de Finanzas de LA NACION, cuestionado por el gremio por su compulsivo estilo para negociar retiros voluntarios del personal.
A través de esa offshore fantasma, SA LA NACION adquirió el 90 % de ImpreMedia, no habiéndose hecho público el monto de la operación, por la existencia de “una cláusula de confidencialidad en el contrato”. Pero lo que en realidad adquirió LA NACION es un racimo de empresas interrelacionadas, que comparten el nombre de ImpriMedia, y tendrían como compañía holding a una empresa con el mismo nombre radicada en Suiza.
En total se trata de 18 compañias off shore, 9 de ellas radicadas en el paraíso fiscal de Delaware, 4 en California, 2 en Florida y Nueva York, y la de Suiza, contemporánea a la creación de la mencionada anteriormente US HISPANIC MEDIA INCCasi todas ellas fantasmas, al no conocerse ni sus accionistas ni sus directores. Conformándose así el siguiente sociograma del conglomerado de compañías off shore que detenta o participa actualmente LA NACION de los Saguier en el extranjero, por lo que bien podría cambiar su nombre por el de LA MULTINACION.
Igual que en el caso de GDA, Lomanto afirmó que esa compra tiene la finalidad atraer nuevas audiencias y anunciantes, que deseen llegar al mercado hispano de los EEUU. Con alcance al 25 % del mismo, siendo ImpriMedia propiedad de LA NACION, la propietaria de los diarios La Prensa, La Opinión de Los Ángeles, El Diario de Nueva York, y la revista Vista, de circulación nacional en EEUU, etc.
De esta manera LA NACION haciendo honor al dicho más barato por docena, detenta o ha detentado el control de más de tres docenas de empresas off shore, gran parte de ellas fantasmas, estando la mayoría de ellas radicadas en paraísos fiscales, principalmente en EEUU.
Un hecho elocuente en esta situación, es que Monica Lozano, la CEO de US Hispanic Media, Inc y de ImpreMedia, de propiedad de LA NACION, es integrante del Consejo de Administración de la Fundación Rockefeller. Quedando así LA NACION pringada de los intereses norteamericanos más concentrados.

Los notables rastros que conducen a la CIA

La afinidad de LA NACION con los EEUU surge claramente de su contenido editorial. Al punto que según los cables de Wikileaks, LA NACION es considerada el “diario de registro” de la embajada norteamericana. Que apunta las cuestiones que esta le interesa, señalando a su columnista estrella Joaquín Morales Solá como el vocero oficioso de ella. Tal como lo trasuntan sus columnas dominicales. A la par que afirmaba que CLARIN tenía un bajo nivel periodístico, pero que con él que (o por ello) se podían hacer buenos negocios.
Pero más allá de esa interpretación de textos, existe un claro rastro que conduce hacia la CIA. Consistente en la intervención del poderoso estudio de abogados estadounidense, Fox Horan & Camerini LLP. Que llevó adelante la ingeniería legal y financiera, que primero permitió a los Saguier acaparar las acciones de SA LA NACION. Y luego ensambló a MNMS Holding con Barton Corp, como propietarios de SA LA NACION. En la que intervinieron directamente sus abogados David Camerini, Rafael Urquía II, y Rafael Ginebra.

Habiendo pasado continuación Ginebra, a desempeñarse como director suplente de MNMS Holding SA, desde su ensamble con Bartón Corp. en 1996, hasta el 2010. Actualmente en el portal en español de ese estudio, se puede leer la leyenda, “Aquellos que desean consultar sobre un tema jurídico en español, favor de contactar a Rafael A. Ginebra o David Camerini”.

Bajo el título “Relaciones Gubernamentales”, el portal expresa actualmente que el estudio se especializa en asesorar a entes gubernamentales en “asuntos relacionados con defensa nacional, seguridad nacional, energía nuclear, justicia, cumplimiento ambiental y comercio internacional”. Incluyendo el asesoramiento en un “programa especial de adquisición de la CIA”configurando así un estudio de abogados al servicio del poder imperial de los EEUU.
Nuestros clientes a menudo necesitan asistencia con la toma de decisiones del Poder Ejecutivo Federal y con legislación y asignaciones por el Congreso. Los abogados de la firma tienen amplia experiencia en eldesarrollo e implementación de estrategias para alcanzar los objetivos de nuestros clientes en asuntos relacionados con defensa nacional, seguridad nacional, energía nuclear, justicia, cumplimiento ambiental y comercio internacional. Tomando el servicio en cargos altos y responsables dentro del gobierno, también ayudan a los clientes a licitar, negociar y realizar contratos gubernamentales; Resolver los conflictos que puedan surgir en relación con esos contratos; Y las investigaciones de suspensión y exclusión de contratistas, procedimientos y acuerdos de cumplimiento ético… A nivel estatal y local, participamos activamente en procesos de adquisiciones, ejecutivos y legislativos.”
Las organizaciones profesionales son otro foro en el que nuestros abogados ayudan a dar forma a la consideración pública de asuntos políticos importantes. Nuestros abogados son regularmente llamados a servir en posiciones de liderazgo en comités de asociaciones de abogados nacionales, estatales y municipales, consejos de relaciones exteriores, organizaciones de ejecutivos de negocios y cámaras de comercio internacionales. Sobre una base pro bono, han realizado misiones e informes escritos sobre los sistemas judiciales de países extranjerosRevisó la legalidad de un programa especial de adquisición de la CIA; Escritos y conferencias sobre transacciones transfronterizas, inversiones, cumplimiento de las regulaciones de control de armas, normas contra el lavado de dinero y los derechos de los artistas…”
Lo notable del caso es que en el año 2014, también el grupo Clarín recurrió a ese mismo estudio de abogados de alto bordo que tiene como cliente a la CIA, para concretar el plan de adecuación a la ley de medios, mediante su escisión en distintas empresas. Designando en ellas como fiduciarios de LRP Grupo Clarín New York Trust, Grupo Clarín New York Trust, HHM Grupo Clarín New York, y ELHN Grupo Clarín New York, además de a los Pagliaro, Sáenz Valiente, Pablo César Casey, y Héctor Magnetto, clásicos directores del grupo Clarín, a los antes mencionado Ginebra, y Ezequiel Camerini, otro integrante del estudio Fox Horan & Camerini LLP, hijo de David.
Escisión que a la postre resultó innecesaria, gracias al triunfo de Macri y la virtual derogación de la ley de medios que concretó este inmediatamente después de asumir. A la par que efectuaba un abierto giro geopolítico, pasando a ser conforme las palabras del presidente Barack Obama, “aliado y socio estratégico” de EEUU.
Triunfo que se vio enormemente facilitado por la muerte del fiscal Nisman al comienzo del año electoral 2015, que conmovió a la sociedad, y aún no fue aclarada. Y peor aún, su investigación se ha ensuciado cada vez más, al pasar a la Justicia Federal. La que parece especializarse en hacer la investigación de la investigación, y la investigación de la investigación de la investigación, como en el caso AMIA, y ahora el de Nisman, siendo esta la manera de no aclarar nunca lo que realmente sucedió. Por lo que es predecible que igual que en el caso de Mitre, nunca quede establecida la verdad legal de esos casos, como tantos otros en Argentina.

Bartón Corp y la captura del presunto agente doble de la CIA Gorriarán Merlo

Pero más allá de ese rastro ¿Que habría llevado a la precipitada conjunción entre los Saguier y Bartón Corp, a los efectos de la toma de control de LA NACION, concretada en el último trimestre de 1995?
Si uno revisa los titulares de los diarios, se encuentra que en los últimos días de octubre, mes en que los Saguier crearon MNMS Holding, se produjo la detención del guerrillero Enrique Haroldo Gorriarán Merlo. Prófugo de la Justicia desde el copamiento en enero de 1989 del cuartel militar de LA TABLADA, perpetrado por la organización MTP (Movimiento Todos por la Patria) que el lideraba.
Prima facie la cuestión parece no solo no tener nada que ver, sino todo lo contrario, al encontrarse el rancio diario LA NACION, en las antípodas del MTP. Pero es el caso que esa absurda resucitación de la guerrilla en enero de 1989, con un saldo de 44 muertos y desaparecidos, en una fecha parecida a la muerte del fiscal Nisman, tiene también un extraño parecido con las consecuencias que produjo esta última.
Ya que fue la fragorosa inauguración de un año electoral, que dio comienzo al final anticipado del Gobierno del presidente Raúl Alfonsín. Que sucumbió de manera tan rotunda, que posibilitó la aplicación de las medidas de shock que aplicó seguidamente el presidente Menen, recomendadas desde EEUU, con cierto parecido a las del actual Gobierno. Y además permitió dictar los indultos a favor de las cúpulas militares, atrasando en una década la política de Derechos Humanos, que dificultosamente había llevado adelante Alfonsín.
O sea que ese ataque al cuartel se trató de un tenebroso gol en contra, que no obstante parecería ser una especialidad del guerrillero Gorriarán. Tal como sucedió con el ataque al cuartel de Azul durante el último Gobierno de Juan Domingo Perón, por parte del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Liderado también por él en enero en 1974, y casi para la misma fecha que el de La Tablada y la muerte de Nisman, en lo que podría llamarse los trágicos idus de enero en la historia argentina.
Según Clarín, el ataque al cuartel de Azul “fue una catástrofe militar y política”, igual que el de La Tablada, razón por la que Gorriarán fue despromovido de la cúpula del ERP. Al haber facilitado la reforma al código penal, a los efectos de la lucha contra la subversión, resistida por los legisladores progresistas. Y al precipitar la caída en dominó de los gobiernos provinciales de la “Tendencia Revolucionaria” peronista, siendo reemplazados por la derecha peronista.
El ataque dio inicio a un feroz baño de sangre, que justificó el temprano regreso de los militares al poder un par de años después. Tras haberse idos escupidos de él siete meses antes de ese ataque. Quienes entronizaron al representante de los intereses Rockefeller en Argentina, “Joe” Martínez de Hoz, como superministro de Economía.
Con motivo del mismo Perón se pronunció por “aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal”, y en una carta a los militares de la guarnición de Azul, auguró que “el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República”.

Por esa razón distintas personalidades de la izquierda argentina, sostienen que el infausto hecho de La Tablada, habría sido una variante de las operaciones de false flag o bandera falsa, llevada adelante por Gorriarán como agente doble de la CIA. Incluso hay un libro de Juan Salinas y Julio Villalonga, “Gorriarán, La Tablada, y las Guerras e inteligencia en América Latina”, que permanentemente insinúa eso, sin llegar a expresarlo con todas las letras.

Corroborando esto, CLARIN en el año 2014 publicó una nota de Fabian Bosoer con título “a 25 años del copamiento del Regimiento de Infantería 3 del Ejército – La Tablada: ¿una operación de la inteligencia militar? El asalto al cuartel por el MTP fue parte de un entramado político. Una hipótesis habla de la mano de los servicios.” (22-1-2014)

Diversas fuentes públicas sostienen además que Gorriarán Merlo aportó en 1987 un millón de dólares para el lanzamiento del diario Pagina 12, dirigido por Jorge Lanata. Diario que se lanzó a una confrontación con los carapintadas militares, y con sus contenidos fue dando pábulo al supuesto golpe de estado por parte de estos, conducidos por el coronel Mohamed Alí Seineldín. Al que supuestamente el MTP intentó impedir con el copamiento al cuartel. Constituyéndose así ese diario y LA NACION con su conservadurismo de derecha pro militar, en los medios que dialécticamente propiciaron al choque de La Tablada, con sus absurdos resultados.
Gorriarán mostraba una gran disponibilidad de recursos, de origen ignoto. Ya que además de financiar Página 12, los integrantes del MTP era militantes rentados, y con vehículos a su disposición. Sugestivamente además, Gorriarán construyó la credibilidad de sus seguidores, mediante preanunciar los remezones carapintadas de La Tablada, Monte Caseros, y Villa Martelli, que se sucedieron después de Pascua de 1987. Por esa razón, asistido por los contenidos de Pagina 12, pudo hacer irrumpir a sus huestes en el cuartel Gral. Belgrano de La Tablada en enero de 1989, quedándose él en el exterior.
En una nota publicada por el diario PERFIL con título “Gorriarán Merlo estaba a 400 metros del cuartel”, cuenta un testigo de La Tablada” – El periodista Carlos Reyes siguió el copamiento y vio al líder del MTP a bordo de un Jeep”, Reyes afirma: “Junto a dos compañeros se acercaron a un Jeep con cuatro militares adentro. Era mediodía. Desde la madrugada se escuchaban los tiros. Quisieron entrevistarlos. No tuvieron éxito. Tiempo después, cuando vio su cara en todos los medios, se dio cuenta: uno de los supuestos oficiales era Enrique Gorriarán Merlo, líder del MTP, que siguió el ataque al cuartel desde las inmediaciones. “Nunca me voy a olvidar esa imagen. No llegamos a reconocerlo” (25-1-2013).

Gorriaran escribió además una proclama, hallada en la mochila de uno de los atacantes, que sirvió para condenar a sus seguidores con graves penas, por haber atentado contra el orden democrático. Al referirse en ella a una esperpéntica operación para tomar el poder, basada en que luego de reprimir a los supuestos golpistas, el MTP iba a marchar con tanques y acompañado del pueblo hacia Plaza de Mayo, para instaurar un orden revolucionario.

La cobertura de LA NACION al guerrillero Gorriarán
Siguiendo la tesitura de que La Tablada consistió una operación de inteligencia de false flag, sorpresivamente uno se encuentra con dos hechos notables en la línea editorial de LA NACION. Una es la extraordinaria cobertura que le dio a ese nefasto personaje, si uno consulta el buscador de sus ediciones on line. Que arroja un total de 294 menciones desde 1995 hasta ahora. Contra solo 24 menciones on line, o sea doce veces menos, por parte de su colega y socio, Clarín.

Esta inusitada diferencia se acentúa si el cotejo se hace anualmente, como se puede en el gráfico adjunto. En el que se advierte que en el periodo en que Gorriarán estuvo preso, entre 1995 y el 2003, LA NACION alcanzó un promedio anual de 26 notas mencionándolo, que llegan a 50 o más en los años 1998 y 2000. Mientras que por su parte Clarín solo registra un promedio de 0,6 notas anuales.
Tras la liberación de Gorriarán en el año 2003, con el indulto del presidente Duhalde en los últimos días de su Gobierno, que habría sido gestionado por el embajador en EEUU y lobista de este país Eduardo Amadeo, el promedio anual de notas con menciones de Gorriarán por parte de LA NACION decayó sensiblemente a 10 anuales, mientras que el de Clarín solo subió 0,7 anuales.

Y a partir de la muerte de Gorriarán en el 2006, las menciones a este en LA NACION, se derrumban a un promedio de 3,2 anuales. Mientras que las de Clarin suben a 1,9 anuales, por efecto de la promoción que hizo del libro “La Tablada: A vencer o morir. La última batalla de la guerrilla argentina”, de Pablo Waisberg y Felipe Celesia. Que da una visión lineal y ortodoxa del acontecimiento, como si las operaciones de inteligencia planteadas incluso por el mismo CLARIN, no existieran.

La promoción del indulto de Gorriarán por parte de LA NACION

El otro hecho notable que se observa en la cobertura de LA NACION respecto a Gorriarán, es la frecuencia con el que en ellas se habla de un posible indulto a su favor. Arrojando el buscador un total de 136 notas, desde 1995 hasta ahora. O sea casi el 46 % de las 294 notas apuntadas previamente.

Como se puede ver en el gráfico adjunto, ellas fueron en un crescendo desde su detención en 1995, año en que Barton Corp adquirió el control de LA NACION. Hasta llegar a 21 notas en el año 2003 en que este se produjo, pasando por 20 y 16 notas en los años 1998 y 2000 respectivamente. Registrándose un total de 79 notas en ese periodo, con un promedio de 9 notas anuales referidas al tema, cuyo primer interesado era Gorriarán.
En ellas se plantea el indulto, totalmente en contra de lo que podría esperarse de un diario ultraconservador y profundamente antiguerrillero como LA NACION. Y se lo justifica aduciendo que el mismo también alcanzaría a Seineldin y los carapintadas. En el siguiente link se pueden encontrar los vínculos de las notas de LA NACION con ese contenido, donde extrañamente el arcángel aboga a favor del diablo.
Un notable difusor televisivo y justificador de ese indulto, era el entonces columnista estrella de LA NACION, y vehemente pro norteamericano, Mariano Grondona, en su programa Tiempo Nuevo. Asegurando que así vendría un nuevo tiempo de paz y orden, si los golpistas Gorriarán y Seineldin y sus secuaces salían en libertad.
La detención de un agente doble por parte del adversario reporta una grave crisis para un servicio de inteligencia. Ante la posibilidad que devele delicados secretos, que en este caso revelarían un plan de desestabilización integral del Gobierno de Alfonsín por parte de EEUU, para imponer el flamante Consenso de Washington que llevo al país a la catástrofe del 2001.
Tesis que sostienen radicales y sectores progresistas, entre otros Simón Lázara, en su libro“Asalto al poder”. Acorde con los antecedentes de golpes de estado soportados a lo largo del siglo pasado por los países de Latinoamerica, urdidos por EEUU.
En ese marco lo mínimo que se puede decir, atento a la cantidad y tenor de esas notas, es que LA NACION habría desplegado una estrategia de contención del agente doble Gorriarán Merlo, a los efectos que mantuviera sus secretos. A la par que procuraba viabilizar y hacer tolerable por parte de la sociedad, el indulto con que fue beneficiado. Acorde la frase que dice que la prensa es lo que hace natural, lo que hasta entonces era innatural.

La cobertura de LA NACION a Stiuso, al espía preferido de la CIA

Otro indicio importante que arroja el buscador de LA NACION, es en relación a la cobertura brindada a Antonio Horacio Stiuso, el ex agente de inteligencia argentino conocido como Jaime Stiuso, Jaime Stiles, Jaime Stiler, etc, proviniendo el Jaime del Agente Secreto 007, James Bond. Reputado por LA NACION, como el hombre de confianza de la CIA y el Mossad en Argentina.
Hasta el año 1999, solo se encuentra una mención sobre él, pero desde el 2000 hasta el 2006 aparecen una o dos menciones al año, de carácter encomioso. No obstante haber estado involucrado en el escándalo de Spartacus, en el que se filmaron escenas íntimas del juez gay Norberto Oyarbide. Siendo este uno de los tantos recursos que Stiuso empleaba (¿y emplea?) para controlar a los magistrados judiciales.
Interin, en el año 2001 se produjo una grave crisis entre la CIA y la SIDE, por la publicación por parte de Página 12, de la foto del jefe de la estación de la CIA en Buenos Aires, Ross Newland, quién así tuvo que retirarse del país. La CIA le atribuyó esa filtración al entonces director de Contrainteligencia, Alejandro Brousson, el Jefe de la “Sala Patria” que en 1995 había logrado atrapar a Gorriarán”, y exigió su renuncia.
Brousson fue reemplazado por Jaime Stiles o Stiuso, el hombre de confianza de la CIA y el Mossad, elogiado por LA NACION en sus notas, como “el más poderoso de los espías”. Por lo que cabe suponer que esa publicación habría sido una treta por parte de la CIA, para a continuación abrir por parte de Stiuso, la pista iraní respecto los atentados de la Embajada y la AMIA, sostenida por la CIA y el Mossad.
Con motivo de la denuncia de Gustavo Beliz contra Stiuso en el 2005, señalándolo como un peligro para la democracia, y el juicio instado contra este por parte de Stiuso, por haber mostrado su rostro públicamente, las notas en LA NACION mencionando a Stiuso se elevaron a 4 y 7 en el 2007 y 2008.
Pero en el 2009, ante las críticas por parte de LA NACION respecto el encubrimiento en la causa AMIA, y la demanda efectuada por Stiuso contra su presidente y director, Mitre y Saguier, se precipitó una confrontación entre Stiuso y LA NACION, que esta atribuyo que la impulsaba el Gobierno kirchnerista.
Razón por la que LA NACION, con un total de 11 notas en los años 2010 y 2011, pasó a denostar las maniobras que intentaba Stiuso procurando la condena de Beliz, destacando finalmente la absolución de este. A continuación sobrevino una caída a entre cero y dos notas anuales con menciones a Stiuso, entre el 2012 y 2014, mientras se empollaba la ruptura de Stiuso con el kirchnerismo, por el Memorandum de Entendimiento con Irán, cuestionado por EEUU.
A continuación, al producirse la ruptura publica entre el Gobierno kirchnerista y Stiuso, seguida de la muerte del fiscal Nisman, en el año 2015 las menciones de LA NACION a este personaje explotaron, trepando a 366 notas anuales. O sea que prácticamente no hubo día que no habría nombrado a Stiuso, llegando hasta ahora en el año 2016 a 183.
Sin que en ninguna de ella revele el lado nefando de este personaje, y el oscuro e inmundo poder que obtuvo sobre los magistrados de la justicia federal, que aún mantiene. A la que el ex fiscal de las Juntas Militares Luis Moreno Ocampo denomina la “Casa de Stiuso”.

La cobertura de LA NACION a la CIA

Otro indicio interesante que aporta el buscador de LA NACION, es con la palabra CIA, con todas las connotaciones penosas que ella arrastra. En 1995 no se registra mención alguna. Pero en 1996, cuando Bartón Corp ya había irrumpido en el control de LA NACION, comienzan a sucederse menciones que rápidamente trepan hasta la decena anual, hasta el año 2000.
Y lo curioso de ellas, no es solo lo encomioso respecto las faenas y logros de la CIA, sino el sarcasmo o tono burlón que emplea LA NACION, respecto los que creen ver la mano de la CIA en todos lados. Y esa desinformación mediante una hipérbole, justamente es la que haría la CIA como distracción, en relación a su intrusión en el diario LA NACION.
En el 2001, cuando su produjo la crisis de la CIA con la SIDE, y el reemplazo del captor de Gorriarán, Brousson, por el pro CIA Stiuso, las menciones a la CIA trepan ya a un nivel de 25 anuales, manteniéndose entre ese nivel y el anterior de 10 hasta el 2012. Excepto en el año 2004 que apenas llegan a 6, en las que sin embargo afirma que Stiuso es considerado por parte de la CIA y el Mosadd, como un excelente agente, el más poderoso de Argentina, haciendo así una promoción de ese triste trio.
Desde el 2013 al 2015 las menciones a la CIA treparon casi al centenar anual, por lo que su escala escapa del gráfico. Aunque su contenido ya no fue uniformemente encomioso, por los escandalosos métodos de obtener confesiones mediante la tortura del “submarino seco”, y los vuelos y traslados a prisiones secretas. Concretados por la CIA con la venía del presidente George W. Bush partir del 11/S. Y en el año 2016, como si LA NACION fuera el organ house de la CIA, hasta noviembre las menciones a la CIA superaban largamente el centenar.

La CIA, los medios, y la Operación Sinsonte
Wikipedia dedica un largo artículo a la Operación Sinsonte, que es el nombre de una campaña secreta por parte de la CIA, para influir en los medios de comunicación masivos, iniciada a mediados del siglo pasado. El sinsonte es un ave americana parecida al mirlo, y el origen de su palabra en náhuatl quiere decir “cuatrocientos cantos”, con los que engaña a otras aves imitándolas.
Su creador en 1948 fue Frank Wisner, el director de la Oficina de Proyectos Especiales (OSP) de la CIA, renombrada luego como Oficina de Coordinación Política (OPC), a los efectos de organizar una estructura que reuniera las labores de “propaganda, guerra económica; acción directa preventiva, incluyendo sabotaje, anti-sabotaje, demolición y medidas de evacuación; subversión contra estados hostiles, incluyendo ayuda y apoyo a grupos de resistencia ilegales, además de apoyo a todas las fracciones anti-izquierdistas del país que amenazaran a los países del mundo libre.”
Una derivación de esa estructura fue Sinsonte, un programa destinado a influir a los medios de comunicación domésticos y foráneos. Para ello Wisner reclutó a Philip Graham del The Washington Post para comenzar por los grandes medios. Según la historiador Deborah Davis, a principios de los años 50, Wisner “era dueño” de respetados periodistas que se desempeñaban en The Washington Post, The New York TimesNewsweek, CBS y otros medios de comunicación, alcanzando en EEUU a 25 periódicos y agencias de noticias, y al menos tres mil agentes estaban destinados a la propaganda.
En 1977, Rolling Stone afirmó que uno de los más importantes periodistas controlado por la Operación Sinsonte de la CIA era Joseph Alsop, cuyos artículos aparecían en al menos 300 periódicos. Otros periodistas denunciados por Rolling Stone Magazine por operar para la CIA incluían a Stewart Alsop (New York Herald Tribune), Ben Bradlee (Newsweek), James Reston (New York Times), Charles Douglas Jackson (Time Magazine), Walter Pincus (Washington Post), William C. Baggs (The Miami News), Herb Gold (The Miami News) y Charles Bartlett (Chattanooga Times). Estos periodistas escribían supuestamente artículos que en realidad eran escritos por Frank Wisner. Además la CIA los retribuía con información confidencial que los valorizaba en su trabajo.”
Después de 1953, la red estaba supervisada por Allen W. Dulles, director de la CIA. Durante este periodo la operación Sinsonte tenía una influencia mayor sobre al menos 25 periódicos y servicios de noticias. Estas organizaciones estaban controladas por personas de tendencia derechista reconocida como William Pawley (CBS), Henry Luce (Time y Life Magazine), Arthur Hays Sulzberger (New York Times), Alfred Friendly (editor del Washington Post), Jerry O’Leary (Washington Star), Hal Hendrix (Miami News), Barry Bingham, Sr., (Louisville Courier-Journal), James Copley (Copley News Services) y Joseph Harrison (Christian Science Monitor).”
La mencionada OPC, fue fundada con fondos supuestamente dirigidos al Plan Marshall. Algunos de los cuales fueron usados para comprar periodistas y dueños de periódicos. En 1954, Wisner reunió fondos para financiar la producción de Hollywood, Animal Farm, una alegoría animada basada en la novela de George Orwell. Según Alex Constantine en los años 50, “al menos 3.000 empleados asalariados de la CIA estaban destinados sólo a propaganda“. Wisner tenía la capacidad de censurar a los periódicos para que no informaran de ciertos eventos, por ejemplo los complots de la CIA para derrocar al gobierno de Irán y Guatemala.”
Según otros testimonios, el alcance mediático de la CIA se extendió a todo el mundo, al punto que David Bruce como miembro del Comité Presidencial de Consultores en Actividades de Inteligencia Externa, en un informe especial del año 1956 interrogaba:“¿Qué derecho tenemos los norteamericanos de andar comprando la prensa de oposición a sus gobiernos o de financiar a sus partidos de oposición?”
Thomas Braden, director de la International Organizations Division (IOD), jugó un papel importantísimo en la Operación Sinsonte. Muchos años después se revelarían estos hechos: “si el director de la CIA en el presente quiere atacar a alguien, por ejemplo en Europa un líder laborista, este hombre usa 50.000 dólares de los que no tiene que dar cuenta a nadie. Simplemente no tiene límites y no hay personas que estén fuera de su alcance en esta guerra, la guerra secreta… Es multinacional. Puede ser uno de los primeros. Los periodistas son el blanco, los sindicatos son un blanco particular, ésa es una de las actividades en las que los comunistas gastan más dinero.”
Eisenhower empezó a preocuparse por las acciones encubiertas de la CIA y en 1956 nombró a David K. E. Bruce como miembro del Comité Presidencial de Consultores en Actividades de Inteligencia Externa (PBCFIA). Eisenhower pidió a a Bruce que escribiera un informe acerca de la CIA. Fue presentado a Eisenhower el 20 de diciembre de 1956. Bruce afirmó que las acciones encubiertas de la CIA eran responsables en gran medida, del sentimiento de inestabilidad y de las dudas que existen sobre muchos países de esos momentos. Bruce fue muy crítico de Sinsonte. Afirmó: “¿Qué derecho tenemos los norteamericanos de andar comprando la prensa de oposición a sus gobiernos o de financiar a sus partidos de oposición?”
Además la acción de la CIA se encaminaba también a emplear “toda clase de trucos sucios y financiación” por inmoral que sea, incluida la extorsión, para atacar los medios críticos que pusieran a la luz del día sus andanzas de guerreros fríos.
En junio de 1965, Desmond FitzGerald fue nombrado Jefe del Directorio de Planes. Se hizo cargo de Sinsonte. A finales de 1966 FitzGerald encontró que Ramparts, una publicación de izquierda, descubrió que la CIA había estado financiando secretamente la Asociación Nacional de Estudiantes. FitzGerald ordenó a Edgar Applewhite que organizara una campaña de desprestigio contra el magazine. Applewhite más tarde contaría a Evan Thomas en su libro The Very Best Men: “Tenía toda clase de trucos sucios y financiación para atacarlos. Las personas que manejaban Ramparts eran muy vulnerables a la extorsión. Teníamos cosas brillantes en mente, algunas de las cuales hicimos
Esta campaña de trucos sucios contra Ramparts fallaría porque publicó la historia en 1967. El artículo escrito por Sol Stern, estaba titulado NSA and the CIA. Informó probadamente que la CIA financiaba a la Asociación Nacional de Estudiantes así como a todo el sistema de organizaciones de fachada anticomunista en Europa, Asia, y América del Sur. Apuntaba a Cord Meyer como la figura clave en esta campaña. Esto incluía la financiación del periódico literario Encounter.
En mayo de 1967, Thomas Braden respondió con un artículo titulado “Estoy feliz de que la CIA sea ‘Inmoral'”, en el Saturday Evening Post, donde defendía las actividades de la División de Organizaciones Internacionales de la CIA. Braden también confesó que las actividades de la CIA habían tenido que mantenerse en secreto para el Congreso de los EEUU. Como afirma en el artículo: “A principio de los años 50, cuando la Guerra Fría estaba realmente caliente, la idea de que el Congreso aprobara la mayoría de nuestros proyectos sonaba como si la Sociedad John Birch tuviera que aprobar el Medicare.
Por su parte, el conocido como Comité Church del Senado norteamericano, presidido por el senador Frank Church, denominado en realidad Comité Selecto del Senado de los EEUU para el estudio de las Operaciones Gubernamentales respecto las Actividades de Inteligencia” confirmó largamente las múltiples andanzas de la CIA, incluidos sus asesinatos o intentos de asesinatos. En el informe del año 1975, “Acción encubierta en Chile 1963-1973” señalaba la vinculación de la CIA con “El Mercurio” de Chile, el socio de LA NACION en GDA (Grupo de Diarios América).
Además de financiar a los partidos políticos el Comité 40 (organismo de los servicios secretos norteamericanos) aprobó grandes sumas para sostener a los medios de oposición y para mantener así una campaña de oposición implacable. La CIA gastó un millón y medio de dólares para apoyar a “El Mercurio”, el principal periódico del país y el canal más importante de propaganda contra Allende. Según documentos de la CIA, estas gestiones tuvieron un papel significativo en la preparación del escenario para el golpe del 11 de septiembre de 1973… Tanto el Gobierno de los EEUU, como la ITT encausaron dinero hacia manos de individuos asociados al diario (El Mercurio)”.
Y en el año 1976, en el Informe Final de la Comisión Especial para el Estudio de Operaciones de Gobierno respecto de las actividades de inteligencia”, confirmó todas esas maniobras, en particular las emprendidas en relación con periódicos y periodistas, cuyo costo estimó entonces en 265 millones de dólares al año:
“La CIA mantiene una red de centenares de individuos a lo largo y ancho del globo que entregan inteligencia para la CIA además de tratar de influir la opinión en sus países por medio de propaganda encubierta. Estos individuos proveen a la CIA acceso directo a un sinnúmero de periódicos y tabloides, servicios periodísticos y agencias noticiosas ,estaciones de radio y televisión , editores de libros comerciales y medios extranjeros .”
En febrero de 1976, George H. W. Bush (padre), por entonces flamante Director de la CIA, y luego presidente de EEUU, anunció una nueva política diciendo “la CIA no volverá a pagar o contratará a ningún periodista o dueño de periódicos, a tiempo completo o parcial acreditado en algún servicio de noticias, periódico, radio o televisión norteamericanos. Sin embargo, la CIA continuará “bienviniendo” la cooperación voluntaria no paga de periodistas de este país. Dejando así bien claro que Sinsonte iba a continuar operando afuera de EEUU.
Por su parte el ex agente de inteligencia militar que conocía el monstruo desde adentro, Steve Kangas, dijo: El periodismo es una cubierta perfecta para agentes de la CIA… La agencia quería que estos periodistas no sólo transmitieran cada información sensible que descubrían, sino que asimismo escribieran propaganda anticomunista y procapitalista cuando lo necesitara”.
“Sinsonte fue extraordinariamente exitosa. En poco tiempo, la agencia había reclutado al menos 25 organizaciones mediáticas para diseminar propaganda de la CIA. Al menos 400 periodistas eventualmente se unirían a la nómina de la CIA, de acuerdo al testimonio de la agencia ante un aturdido Comité Church en 1975, aunque el Comité presumió que el número verdadero fue considerablemente mayor”. Kangas murió muy joven, asesinado en forma inexplicada, como le sucede generalmente a quien abandona el inmundo submundo de los servicios de inteligencia, y viola sus secretos.

Conclusión
A esos indicios directos que señalan que era la CIA la que estaba detrás de Barton Corp, la controlante de LA NACION, se suman otros que indican que una fuerza muy poderosa solo equiparable a ella, estaba actuando subrepticiamente en el escenario, tras la denuncia que concretó El Guardián.
Evidenciada por el intempestivo cierre de este, poco después de desatar el escándalo de Barton Corp. La no cobertura de su denuncia por casi todos los medios. Salvo excepciones como la revista Veintitrés, seguido por el posterior olvido del tema por parte de esta. El sigiloso cierre de la causa contra los Saguier, sin que trascendiera en ningún medio. El asesinato de Mitre, que amilanó a su familia, al punto de nunca reclamar justicia por su integrante asesinado. La absoluta ausencia de presión por parte de la gran prensa, para el esclarecimiento del mismo. La reaparición años después de El Guardían, pero olvidándose enteramente del asunto. La explosiva creación de offshore fantasmas por parte de LA NACION que vino después, que la hizo LA MULTI-NACION, etc.
En este cuadro de situación, con la superposición de secretos a cual más graves y su posible filtración, como el control de LA NACION por parte de la CIA a través de Barton Corp., y la posible delación de que Gorriarán Merlo pertenecía a la CIA, sumada a la contención ejercida hacía este, y la inexplicable promoción de un indulto a su favor por parte de LA NACION, resulta posible explicar el misterioso asesinato de Mitre. Con un “submarino seco”, que era el instrumento autorizado y preferido de la CIA desde el 11/S para obtener confesiones… o para evitarlas.
En cuya investigación judicial, descartada enteramente a esta altura la hipótesis del robo y del crimen pasional alentada desde LA NACION, solo es posible sostener otras dos hipótesis, a cual más grave. Una que resulta demasiado lineal y obvia, que fue asesinado por encargo de la familia Mitre para quedarse con su herencia que corría peligro de dispersarse en terceros ajenos a ella, y como venganza por la pérdida del control de LA NACION.Y la otra es que provino de la familia Saguier, Barton Corp, y la CIA, para intimidar a los Mitre, y preservar los secretos que se esconden tras esa off shore fantasma que controla LA NACION.
Siendo no obstante ese crimen, y más aún esas hipótesis, enteramente invisibilizadas por LA NACION y CLARIN. Medio este último que sin embargo en una reciente columna de su secretario de Redacción Ricardo Kirschsbaum, afirmó que “el país tiene demasiadas zonas opacas, que persisten y algunas crecen justamente por debajo de apelaciones a la ética, y esa opacidad es la que impregna la actividad política y la convierte en sospechosa”. (4/12/16)
Pero esa opacidad también impregna la actividad periodística de LA NACION y CLARIN, convirtiéndola en más que sospechosa. Siendo la prueba flagrante de esto el hecho de que si uno pone en los buscadores de estos medios <MNMS Holding> o <Barton Corp>, no obtiene resultado alguno, como si fueran palabras tabú.
Cierto periodismo escrito, igual que los criminales, parece seguir creyendo que no deja rastro alguno de sus actos u omisiones. Ya que hasta 1995 -año de aparición de Barton Corp- comprobar esas acciones u omisiones disimuladas en el fárrago de sus ediciones gráficas, era buscar una aguja en un pajar. Pero a partir de ese año, las agujas se pueden encontrar fácilmente en el pajar, o verificar que no existen, e incluso hacer ponderaciones estadísticas sobre ellas.
Nos encontramos así con un gran periodismo en Argentina, que habla y mal habla de los otros. Pero como cumpliendo un siniestro pacto de omerta, ni habla y menos aún mal habla de ellos mismos. Y tiene además la particularidad, de eliminar enteramente la voz crítica del disidente, segmentando o mutilando así la realidad. A la que se suma ahora otra cualidad negativa, que es la de no saber en nombre de quién realmente habla.
Al mismo tiempo estos dos grandes medios son los más acerbos críticos de los piquetes de encapuchados, que cortan las calles para hacerse oír, porque esos mismos medios no brindan espacio a sus reclamos. Practicando un periodismo piquetero encapuchado, ya que no se sabe a ciencia cierta quienes son sus dueños o controlantes, que interrumpen el libre flujo de las noticias e información, en directo detrimento del orden democrático.
Recientemente el Papa Francisco afirmó que “la desinformación es probablemente el daño más grande que puede hacer un medio. Porque orienta la opinión en una dirección, quitando la otra parte de la verdad. Los medios yo creo que tienen que ser muy limpios, muy limpios y muy transparentes”.
Agregó: “Los medios de comunicación tienen una responsabilidad muy grande. Hoy en día, en sus manos está la posibilidad y la capacidad de formar opinión. Pueden formar una buena o mala opinión… son constructores de una sociedad. Por sí mismos, son para construir. Para intercambiar. Para fraternizar, para hacer pensar, para educar”. Pero nada de esto sucede en Argentina, planteando el interrogante si esta es la verdadera causa de nuestro fracaso como país.
En EEUU los medios gráficos acostumbran a poner a principio de año, quienes son sus dueños. Pero en Argentina hace veinte años nadie sabe en realidad, quién es el dueño de LA NACION. A la que recientemente se la premió con un canal de televisión LA NACION +, igualando al grupo Clarín. No obstante que en EEUU no podrían obtenerlo, y acá hasta hace un año tampoco.
Pero un decreto presidencial remedando los golpes militares, lo posibilitó. Reemplazando el derecho a ser informado por múltiples fuentes, por una supuesta “convergencia” tecnológica, que en la práctica converge hacía una mayor concentración de medios. Y parece tener como último ratio, a luz de lo visto con LA NACION y CLARIN, a la CIA.
En consecuencia los argentinos deberíamos exigir que LA NACION cese enteramente con sus ediciones y emisiones, hasta que aclare fehacientemente quienes son sus verdaderos dueños. Y hasta que se aclare efectivamente que sucedió en relación con la muerte de quien fue uno de sus accionistas principales, hasta el advenimiento de los Saguier de la mano de Bartón Corp.
Y lo mismo debería hacer el grupo CLARIN con sus acciones colocadas en Londres, pese el grave conflicto que mantenemos con el Reino Unido, en el que están juego inmensas riquezas, y la trágica guerra que hubo de por medio, Y hasta que aclare la intervención como fiduciarios, de integrantes de una consultora allegada a la CIA, en el abortado plan de escisión que hicieron público en el 2014.-

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