En fecha ya tan remota como el año 2007 un memorándum oficial de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSA) incluía a Venezuela entre sus seis “objetivos prioritarios”, siendo China, Rusia, Corea del Norte, Irán e Iraq, los otros cinco países señalados en el mismo con igual carácter. Dicho documento fue filtrado en el año 2013 por el ex consultor tecnológico estadounidense, antiguo empleado de la CIA y la NSA, Edward Snowden, al diario británico The Guardian, que a su vez lo cedió a The New York Times.
El conocido diario neoyorquino, que permanentemente hostiga a Venezuela, en el artículo mediante el cual presentaba este documento señalaba que uno de los objetivos del mismo era:
“Ayudar a los encargados políticos (estadounidenses) a prevenir que Venezuela obtuviese sus objetivos de liderazgo regional y desarrollase políticas que impactasen negativamente los intereses globales de EE.UU”, y es que según decía el mismo diario, el gobierno de George W. Bush se veía “en una competición por el liderazgo en Latinoamérica con el líder de Venezuela, Hugo Chávez”.
Es razonable suponer entonces que este objetivo y esta competitividad se hayan ido intensificando en el tiempo a medida que la Revolución Bolivariana, de la mano del Comandante Chávez, iba alcanzado cada vez mayores logros a lo interno de, al mismo tiempo que se colocaba en posiciones cimeras en la escena internacional, contribuyendo decididamente a importantísimos logros en materia de la integración regional (ALBA, UNASUR, CELAC y Petrocaribe) y de la conformación del actual mundo multipolar que acabó enterrando la desdichada y estúpida tesis del ”fin de la historia”. Todo ello logrado en medio de la más descomunal injerencia de ese inmoral imperio, materializada a través de la inmensa cantidad de acciones ilegales, extremadamente cruentas algunas de ellas, que éste planificó, promovió y financió, con el mayor desparpajo y el más descarado apoyo de la canalla mediática nacional e internacional, entre los días iniciales de la revolución y la prematura muerte de Chávez.
Considero que las acciones y operaciones psicológicas de naturaleza terrorista ejecutadas por miembros de la oposición con el concurso de mercenarios de diferentes nacionalidades, al igual que las frustradas por la oportuna intervención de los organismos de inteligencia y prevención con el apoyo del pueblo revolucionario desde el día siguiente a la elección de Nicolás Maduro hasta el pasado 30 de julio, día de la elección de la actual Asamblea Nacional Constituyente, todas ellas planificadas, promovidas, apoyadas y coordinadas por el imperio, aún sin haber materializado su invasión, son sólo son comparables con algunas de las desarrolladas contra de la Revolución Cubana, a lo largo de sus más de cincuenta años de existencia.
Ocurre adicionalmente que, en medio de tan arteros ataques, la Revolución Bolivariana no sólo es que ha sobrevivido dignamente, sino que se ha convertido, sólo por la vía del ejemplo y de la excelsa presencia del Hugo Chávez y ahora de su legado, en inspiradora de otros movimientos revolucionarios exitosos a nivel continental conocidos por todos y en un auténtico faro de luz capaz de orientar a los más diversos movimientos revolucionarios a nivel planetario.
Por lo que resulta perfectamente explicable entonces que Obama haya emitido aquella infamante “Orden Ejecutiva” del 09 de marzo de 2015, ya que el imperio considera a Venezuela como una real amenaza, a pesar de estar situados a miles de kilómetros de distancia de su territorio; de que no contamos con armas de alcance estratégico; y de que nunca hemos empleado recursos ni funcionarios para conspirar en contra del orden constitucional estadounidense.
Como quiera que con cada intento fallido de significación a lo largo de todos estos años (golpe de abril de 2002; paro-sabotaje petrolero 2002-03; incursión paramilitar colombiana y “guarimbas” de 2004; “guarimbas estudiantiles” de 2007; acciones armadas de desconocimiento del triunfo de Maduro en mayo de 2013; acciones terroristas de “La Salida”, febrero a mayo de 2014; “Golpe Azul” de febrero 2015; y acciones terroristas de abril a julio del presente año), el imperio ha perdido una cantidad importante de sus operadores locales, y que los que aún le quedan han demostrado ser absolutamente ineficientes, no le ha quedado otra opción que intentar asumir directamente las futuras acciones de la contrarrevolución local, incluyendo una intervención militar directa, tal como lo ha señalado de manera explícita el mismísimo Donald Trump en unas terribles declaraciones ofrecidas la semana pasada, luego de reunirse con su secretario de Estado, Rex Tillerson; su asesor de seguridad nacional, H.R. Mc Master; y su embajadora ante la ONU, Nikki Haley.
En relación al alcance real de tales declaraciones consideramos que es necesario poner enteramente en tela de juicio unas declaraciones de Noam Chomsky, ese presunto anarquista estadounidense que con demasiada frecuencia gusta de enmendar la plana al imperio aparentando atacarlo, que pretenden minimizar el impacto de las amenazas de Trump, señalando que son “irresponsables” aunque “típicas” de anteriores presidentes, para luego entrar en flagrante contradicción al decir que “… la mejor esperanza es que algunos de los generales a su alrededor, que presumiblemente entiendan las consecuencias, logren controlarlo”.
No puede haber dudas en relación a que el imperio está plenamente determinado a invadir Venezuela militarmente mucho más temprano que tarde, sólo que como ha dicho ese famosísimo periodista australiano llamado John Pilger, que ha actuado como corresponsal de guerra en conflictos tan álgidos como los de Vietnam, Camboya, Egipto, India, Bangladés y Biafra: “… Washington sólo invade países indefensos, y Venezuela no está indefensa…” , por lo que a juicio nuestro habrá de intentar hacerlo con el apoyo de aquellos países latinoamericanos que le son más incondicionales, esto es: Colombia, Perú, Méjico, Honduras, Panamá y Paraguay, entre otros.
Es en procura del apoyo militar de estos países cipayos que el vicepresidente Mike Pence está realizando su actual gira suramericana que lo ha llevado a Colombia, Argentina, Chile y lo llevará a Panamá, durante la cual no sólo es que no ha tratado de atenuar el terrible impacto de las declaraciones de su jefe, ya mencionadas, sino que se ha atrevido a tildar a Venezuela de “estado fallido”, al igual que antes otros funcionarios de igual o mayor nivel lo hicieron en países que luego resultaron invadidos (Afganistán, Iraq y Libia, entre ellos), y ello nada más y nada menos que en el “Estado Forajido de Colombia” .
Una demostración palpable de que el imperio está tratando de conformar una fuerza militar multinacional para invadir a Venezuela lo constituye la celebración de una serie de ejercicios y maniobras militares conjuntas a lo largo del presente año en territorio suramericano y del caribe, cuando lo usual desde comienzos de los años sesenta era celebrar anualmente sólo las Maniobras Navales UNITAS. A continuación presentamos un listado público, tomado de la página de Google, contentivo de este tipo de maniobras, celebradas y por celebrarse durante el año en curso:
Maniobras Navales “Tradewinds 2017” (Vientos Alisios 2017), celebradas en el mar territorial de Barbados, del 06 al 12 de junio y en las aguas territoriales de Trinidad & Tobago, a 600 km. de la costa venezolana, del 13 al 17 de junio, con participación de efectivos militares de países de la región del Caribe (Méjico, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, República Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Surinam, San Vicente y las Granadinas y Trinidad & Tobago), junto a las de los siguientes países de la OTAN: EEUU, Canadá, Francia y el Reino Unido .
Maniobras aéreas Colombia-Estados Unidos, celebradas durante los días 15, 16 y 17 de julio en el espacio aéreo de la base estadounidense de Palanquero (Colombia), a 300 km. de la línea fronteriza del Táchira.
Maniobras Navales UNITAS LVIII-Fases del Pacífico y Anfibia, celebradas en las costas del Perú, entre el 13 y el 26 de julio, con participación de efectivos militares de los siguientes países: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Indonesia, Italia, México, Panamá, Paraguay, España, y Reino Unido.
Participación de efectivos de las fuerzas aéreas de Colombia y Brasil en el ejercicio internacional “Mobility Guardian”, celebrado en Seattle, estados Unidos, entre el 29 de julio y el 12 de agosto.
Ejercicios Militares AmazonLog, a celebrarse en la ciudad brasilera de Tabatinga, en el estado Amazonas, que haciendo frontera con Leticia (Colombia) y Santa Rosa (Perú), dista unos 700 km. de la frontera de Brasil con Venezuela, a celebrarse entre el 6 y el 13 de noviembre próximos, con la participación de las fuerzas armadas de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay, Estados Unidos y Canadá.
Maniobras Navales UNITAS LVIII-Fase del Atlántico, a celebrarse, como es costumbre, en un país de la costa atlántica suramericana (Argentina, Brasil o Uruguay), durante el último trimestre del año, según detalles que no pudieron ser obtenidos.
Para finalizar sólo me queda decir que la amenaza militar del imperio sobre Venezuela es absolutamente real y que lamentablemente podría ser materializada en cualquier momento a partir de ahora, mientras que la amenaza que Venezuela pudiera representar para la hegemonía imperial, nunca de carácter militar, es algo que nos enorgullece y que al ser reconocida por nuestros aliados, gobiernos y movimientos sociales a nivel mundial, debiera promover su más decidido apoyo a la Revolución Boliviariana junto al más contundente rechazo a las bastardas pretensiones del imperio.
Aunque celebro y agradezco aquella frase de Pilger con la que trata de exaltar a la revolución bolivariana hasta el infinito, al señalar que “Si Venezuela cae, la humanidad cae“ , no la comparto en su totalidad; prefiero decir que si Venezuela cae, toda la América Latina estará en riesgo inminente de volver a ser el “patio trasero” de los Estados Unidos y esto, que es de tan extrema gravedad, no puede ser permitido por nadie en el seno de la comunidad mundial “decente”, ni mucho menos por los aliados venezolanos del ALBA-TCP, ni por Rusia, China e Irán.
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