4 mar 2013

El Vaticano recurre a EE.UU. para intervenir en América Latina


WikiLeaks ha puesto al desnudo unos despachos diplomáticos norteamericanos que indican que el papado de Benedicto XVI mantuvo desde 2005 contactos con EE.UU. para tratar asuntos "preocupantes" en América Latina.

Las conversaciones se centran, sobre todo, en Cuba, en el presidente venezolano, Hugo Chávez, y en la situación tras el golpe de Estado de Honduras que derrocó al presidente Manuel Zelaya, revela WikiLeaks al diario 'O Estado de S. Paulo'. 

Así, el documento del tres de abril de 2006 indica que el cardenal mexicano Juan Sandoval pidió al Gobierno de George Bush durante una reunión en la embajada norteamericana en México que actuara en la región latinoamericana.  

"Sandoval nos repitió lo que algunos de nuestros interlocutores en el Vaticano están apuntando como preocupaciones sobre líderes de la izquierda de América Latina, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kirchner, Michele Bachelet, y tal vez López Obrador en México. Lo considera una tendencia peligrosa y nos preguntó si el presidente Bush podía ayudar", expresó un diplomático estadounidense en el cable.

El primero de febrero de 2007, mantiene WikiLeaks, el entonces embajador estadounidense en Caracas, William Brownfield, y el cardenal Jorge Savino se reunieron en la Nunciatura Apostólica de la capital venezolana para discutir si el viaje de ese año del Sumo Pontífice a Brasil podía servir para presionar a Chávez. “Chávez no lo invitaría”, dijo el religioso al descartar una escala en Caracas del papa.

Un cable diplomático destaca que el caso de Honduras fue citado en una reunión entre el presidente Barack Obama y el canciller del Vaticano, Tarcisio Bertone, el 10 de julio de 2009. Cinco días después diplomáticos estadounidenses se reunieron con el cardenal Francisco Forjan, que aclaró que para el Vaticano la caída de Zelaya no es un “golpe de Estado” y le pedía a Washington que explicase a su público que la crisis se produjo “por acciones anticonstitucionales del Gobierno”.

Otro cable del 19 de agosto de 2009 revela que el viaje de cardenales y obispos estadounidenses a Cuba de aquel año no fue una simple visita episcopal, sino que tenía como objetivo “presionar al Gobierno de La Habana en relación a los prisioneros políticos, un pedido de Washington”.

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