2 ago 2014

Cárcel de Guantánamo, donde la muerte es preferible a la vida

Más de 100 de los 166 detenidos en Guantánamo se están dejando morir de hambre. 33 de ellos están siendo alimentados a la fuerza. “Te atan con correas a una silla sujetándote fuertemente las muñecas, las piernas, la frente y la cintura”, dijo Fayiz Al-Kandari a su abogado, el teniente coronel Barry Wingard. Al-Kandari, un kuwaití que lleva once años encerrado en Guantánamo, no ha sido acusado de delito alguno.

“El tubo que le meten le hace llorar abundantemente y empieza a salirle sangre por la nariz. Una vez que el tubo pasa por la garganta, empieza a tener arcadas. Después le meten en el cuerpo un líquido caliente durante un período de entre 45 minutos y dos horas. Siente como si su cuerpo fuera a sufrir convulsiones y a menudo vomita”, añadió Wingard.

El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas determinó que alimentar a alguien por la fuerza es tortura. La American Medical Association (AMA) dice que el alimento forzado viola la ética médica. “Cada paciente capacitado tiene derecho a rechazar la intervención médica, incluyendo las actuaciones para mantener la vida”, escribió el Presidente de AMA, Jeremy Lazarus, al Secretario de Defensa Chuck Hagel. Sin embargo, el Presidente Barack Obama prosigue con la tortuosa política de Bush de alimentar por la fuerza a los presos que hacen huelga de hambre.

Aunque pocos días después de llegar al poder Obama prometió cerrar Guantánamo, allí sigue abierto. “Continúo creyendo que tenemos que cerrar Guantánamo”, declaró Obama en su conferencia de prensa del 30 de abril. Pero, añadió, “el Congreso decidió que no iba a permitir que lo cerráramos”. Obama firmó un proyecto de ley que el Congreso aprobó aunque interponiendo obstáculos que impedían el cierre. Según un editorial de Los Angeles Times, “Obama se ha negado a emplear capital político en cerrar Guantánamo. En lugar de vetar los proyectos de ley de autorización de la defensa que han limitado su capacidad para trasladar a los presos, los firmó, si bien planteó dudas por si estaban inmiscuyéndose en su autoridad constitucional”.

“No quiero que esos individuos mueran”, dijo Obama a los periodistas. Pero Obama tiene realmente poder para salvar las vidas de los huelguistas de hambre sin tener que seguir torturándoles. 88 de los detenidos que siguen en Guantánamo debían haber sido ya liberados a lo largo de los últimos tres años. La Sección 1028 (d) del Acta de Autorización de la Defensa Nacional de 2013 faculta al Secretario de Estado para que apruebe el traslado de los detenidos cuando sea en interés de la seguridad nacional de los EE.UU. 56 de esos 86 detenidos que tenían que haber sido ya liberados son de Yemen. Pero Obama prohibió liberar a ninguno de ellos tras el fallido atentado en la Navidad de 2009 de un hombre nigeriano reclutado en Yemen. Obama debe empezar ya a firmar de inmediato esas certificaciones y exenciones.

En efecto, Obama dijo en su conferencia de prensa: “Creo, bien, ya saben, creo que es fundamental que entendamos que Guantánamo no es necesario para mantener seguros a los EE.UU.… Nos hace daño en nuestra posición internacional… Es una herramienta que sirve para reclutar extremistas. Tiene que cerrarse”.

Además, la Orden Ejecutiva 13567 de Obama del 7 de marzo de 2011, proporciona la posibilidad de volver a revisar administrativamente los casos de los detenidos. La Junta de Revisión Periódica (PRB, por sus siglas en inglés) debería darle la oportunidad a un detenido para poder impugnar el hecho de continuar sin motivo detenido. Pero Obama lleva retrasando más de un año las vistas de la PRB en las que podría decretarse la libertad de otros detenidos. A pesar del requerimiento para que las PRB empezaran con sus revisiones en el plazo de un año, no se ha puesto en marcha ninguna. Obama debería nombrar a un funcionario que supervisara el cierre de Guantánamo y comenzara de inmediato con las revisiones periódicas para que los detenidos pudieran recurrir sus designaciones y se pueda aprobar el traslado de más detenidos.

Además, como sugirió el teniente coronel David Frakt, que representó a los detenidos de Guantánamo ante las comisiones militares y en los procedimientos de habeas corpus federales, Obama debería ordenar al fiscal general que informara a los Tribunales de Apelación de Circuito D.C. que el Departamento de Justicia ya no considera que los presos absueltos puedan seguir detenidos. Obama ha bloqueado la liberación de ocho detenidos absueltos al oponerse a sus peticiones de habeas corpus. “Cuando la administración Obama quiere de verdad trasladar a un detenido, puede hacerlo perfectamente”, escribió Frakt en JURIST.

El Grupo de Trabajo para el Trato a los Detenidos del Proyecto Constitucional, que incluye a dos ex generales de alto rango de EE.UU. y a un ex congresista y abogado republicano, Asa Hutchinson, emitió un informe que concluía que el trato y detención indefinida de los detenidos en Guantánamo es “repugnante e intolerable” y pidió que se cerrara la prisión el año que viene.

25 ex detenidos en Guantánamo emitieron un comunicado recomendando que los profesionales médicos estadounidenses dejaran de ser cómplices en las técnicas de tortura de alimentar a la fuerza; que las condiciones de confinamiento de los detenidos mejorasen de inmediato; que todos los detenidos que no han sido acusados de nada fueran liberados; que se pusiera fin a los procesos de las comisiones militares y que todos los acusados fueran sometidos a las estipulaciones de los Convenios de Ginebra.

A los detenidos que están rechazando alimento se les han quitado todas sus pertenencias, incluyendo las colchonetas para dormir y el jabón, haciéndoseles dormir sobre suelos de hormigón en heladoras celdas solitarias. “Es posible que muera aquí”, dijo Shaker Aamer a su abogado Clive Stafford Smith. “Espero que no sea así, pero si muero, por favor, dile a mis hijos que son lo que más quiero de este mundo pero que tenía que defender el principio de que no es justo mantener detenidas sin juicio a las personas, especialmente después de haber sido absueltas”. Hace más de cinco años que se aprobó la liberación de Aamer, un británico padre de cuatro niños.

El coronel Morris David, que actuó como Fiscal Jefe en los juicios por terrorismo celebrados en Guantánamo, acusó personalmente al conductor de bin Laden Salim Hamdan, al australiano David Hicks, al adolescente canadiense Omar Khadr. Los tres fueron declarados culpables y han sido absueltos. “Hay algo profundamente equivocado en un sistema donde sin estar acusado de un crimen de guerra se te mantiene encerrado indefinidamente y una condena por crimen de guerra es tu billete a casa”, le escribió Davis a Obama.

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