29 may 2015

Un espacio que se abre a la cultura

La mirada mezquina, sesgada, insidiosa se agota en sí misma y, finalmente, se pierde sola. Pero, no obstante el ataque alevoso y artero asombra.

En cualquier otro lugar, en cualquier circunstancia, un espacio que se abre para iluminar la cultura, como el Centro Cultural Kirchner, se aplaude. Se acompaña. Crea expectativas. La sociedad toda se congratula.

Lamentablemente aquí no, como lo demuestra la nota editorial del diario La Nación de hoy. Aquí hay sectores que no se congratulan con la concreción y puesta en marcha de este hito cultural. Que lo rechazan y lo desmerecen; que agravian a quien lo pensó, a quien lo concretó, a los que lo hicieron realidad. La voluntad de dañar, la monumentalidad del mal, podríamos decir parafraseándolos, ciertamente asombra.

Se propalan cifras mentirosas sin constancia alguna, se niega la importancia de ese espacio, se cuestiona su nombre, su ubicación y la excelencia que se ha querido darle para bien y orgullo de todos los argentinos y su cultura.

Se apunta a matar sin concesiones, se manipula a la opinión pública a fuerza de falsedades instalando en la sociedad la duda, la división y el rencor por la única razón de que quien funda este lugar, este centro cultural único en el país y en el continente, es un gobierno legítimamente elegido por el pueblo pero en las antípodas del pensamiento neoliberal que defiende los intereses de las corporaciones y de las elites, en desmedro de los intereses de las mayorías.

Un gobierno popular que incluye, que iguala, que piensa y hace que la Patria sea el otro por la sencilla y extraordinaria razón de que sin el otro no hay Patria.

Tanto los enceguece su odio y rechazo a este gobierno y sus acciones que ni siquiera un mínimo pudor los detiene al momento de escribir argumentos tan sin sustento, tan débiles y falaces, tan ostensiblemente insidiosos que rozan lo patético y lo panfletario.

Rechazar desde esa posición mezquina la democrática inclusión a la cultura ¿será porque no pueden tolerar que, pese a todos los infundios, la Plaza del 25 de Mayo fue multitudinaria?

¿Será porque no pueden soportar las políticas transformadoras que cambiaron definitivamente a la Argentina?

¿Será porque quieren borrar de la memoria del pueblo, como en otros tiempos intentaron hacer, los nombres de los que fueron capaces, con políticas claras, de devolvernos la dignidad como Nación?

Lástima grande que no nos enriquece como país pero sin embargo, oh paradoja, nos ayuda a definir con total certeza en qué lado de la vereda debemos seguir estando para tener futuro.

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